Sunday, March 15, 2009

¿Concurso en Escalona?

Al lector de esta entrada se le recomienda leer previamente la crónica del día anterior que relata las aventuras de Miguel y un servidor en Cortes. Dicha crónica se encuentra a continuación de esta.

Había quedado con Vicent para ir a pescar el domingo. La idea inicial era volver a Cortes, pero... dejémoslo en que estabamos cansados de sacar basses de Cortes. Así que nos fuimos a Escalona.

Cuando llegamos allí nos encontramos que la rampa estaba inundada de remolques, era como una concentración motera, pero de pescadores de bass. Una botella de coñac sobre una mesa plegable era la invitada de piedra de aquello. Bueno, que había concurso del Bass Alicante y no lo sabiamos. Planteé la posibilidad de ir a Tous, pero ya estabamos allí. Así que echamos la barca y a la marcha.

Subimos hasta la cola del embalse pescando la parte alejada de la orilla a drop-shot (era la primera vez que pescaba a drop-shot en mi vida), mientras Vicent hacía flipping por las orillas. Llegamos hasta los árboles y los pescamos como Javi, miembro del E.P.R. ", nos había explicado" con jigs de jewel de 3/8oz en color marrón con púrpura y trailer de cangrejo en el mismo color. Esta vez la cosa no funcionó, estuvimos deambulando por allí, probando y probando, pero nada de nada.

Decidimos meternos en la récula larga de Escalona y es cuando empezó el espectáculo. Vicent, con un cangrejo a texas pescateaba entre los juncos, cuando contando una de sus batallitas (no me quiero imaginar cuando sea viejo), la interrumpe diciendo en tono de indignación/sorpresa "Me han picado". A mí me sonó, como cuando a una tía le tocan el culo en un bullicio, y dice "alguien me han tocado el culo". Reaccionó rápido, clavó y tras sacarlo de la maraña de juncos, lo pesamos y fotografiamos. Era un pez muy guapo de 1.4kg. Bien nos habiamos dado cuenta que empezaban a estar por las orillas, a diferencia de lo que había ocurrido en Cortes el día anterior.

Seguimos hacia dentro de esa récula pescando árboles sumergidos sin resultado. Yo alternaba una lombriz kut-tail a drop-shot, con el skitter grub del día anterior, y el jig de jewel marrón. Ya saliendo de la récula, en la orilla de la izquierda, debajo de un árbol sumergido, Vicent sacó otro de kilo y pico. Treinta metros después y entre los juncos sacaba otro, y eso que el cab.... iba de co-angler.


Eso no podía ser, cogí la caña que mi compañero Miguel que con tanto amor me había prestado, y el jig de jewel marrón, y me dispuse a meterlo en los árboles que había bajando por la récula en la parte derecha. Tras probar y probar, en un agujero entre las ramas de un árbol caído, dejo caer el señuelo hasta el fondo y con el hilo pasando por encima de una rama, noto una picada leve . Pam, clavo y tras una lucha por sacar el bass de la cobertura, lo consigo. Era un bass de 1.3kg, era bueno.

Seguimos pescando, y cuando llegamos a los cortados en la primera pared tras la zona de juncos dejo caer el jig pegado al cortado, pero cerca de los últimos juncos. Sigo la línea mientras cae, sin embargo veo que la línea viene hacia mí tras una leve sacudida, je je, allí había otro, toc, clavo, y se pone a pelear como una fiera. Este era más grande, aunque sólo dió en la báscula 1.5kg para lo que aparentaba. Tras arreglar el cangrejo del jig hago otro lance cinco metros a continuación, y otra vez. El hilo venía hacia mí, clavo, y sí era otro, pero era más pequeñete, y al querer izarlo rápidamente a la barca se me escapa.

Ese sería el último pez que vimos ese día. Salimos de la récula por
la orilla de la izquierda, bajamos hacía la presa haciendo el moniato, quiero decir, power fishing, pero nada de nada de nada. Cuando nos cansamos de ver observar la fauna alóctona y tomar el sol, volvimos a la rampa de salida, parando a comer como señores atados a un árbol. Este día nos deparó otro cupo para el recuerdo, que al igual que el día anterior, se valoró mucho más cuando sabes que el resto de barcos que estuvieron ese día en el embalse sacaron uno o ninguno, y en el mejor de los casos tres basses.

Han sido dos jornadas de pesca magnífica, aunque agotadoras donde me tras un duro invierno la vida vuelve a nuestros embalses. Vimos pequeños basses en un par de ocasiones por las orillas de Escalona, y en Cortes los alburnos empezaban a pasearse por la superficie como si supieran que tenían una semana de margen para que el bass despierte de su letargo, y se vean saltando por encima del agua temiendo por su vida.

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