Wednesday, December 31, 2008

La "NO-CRÓNICA"


Hola amigos,

Esta no va a ser la habitual crónica que colgamos aquí en el blog, tampoco va a ser una crónica de la jornada futbolística, ni siquiera tiene nada que ver con la fantasiosa película "Las crónicas de Narnia", ni por supuesto se trata de la "crónica de una muerte anunciada"... simple y llanamente la voy a denominar la "NO-CRÓNICA".

Todo empezó hace algunas semanas... Los compañeros de la Bass UPV decidimos hacer una salida luciera para despedir el año, parecía que nos íbamos a juntar muchos, nos íbamos a comer el mundo y lo íbamos a pasar la mar de bien... pero pronto aparecieron los inconvenientes... el primero para ver qué día íbamos ya que cada uno de nosotros dependía de nuestros respectivos compromisos.

Finalmente fijamos el día 29 de diciembre, y éramos bastantes apuntados en la lista de convocados... pero poco a poco sucedió como ha sucedido en el Real Madrid esta temporada... empezaron a producirse bajas: Yolanda estaba en Francia comiendo croissants, Miguel Franco se quedaba estudiando anatomía, Cisco se iba a la China Mandarina a tocarse la flauta, Miguel García prefería quedarse en casa preparando la comida a su família. Así que finalmente hubo que alinear a un equipo de emergencia para salvar la situación... Este equipo lo formarían:


Hernán Crespo (sí, el futbolista),





Georgie Dann (sí, el cantante),





Bruno Almenar (sí, el de las Almenaras de Gondor -del Señor de los Anillos-),





Gaylord Follen (sí, el enfermero Ben Stiller),



y un servidor Rock Hudson (sí, el de la película de pescador de basses que no sabe ni como los saca).




Todo estaba preparado, las baterías cargadas, las cañas montadas, los pikies y mogambos sedientos de sed del agua de Tous, las barcas haciendose la idea de sufrir un temporal de agua y viento... pero algo sucedió el día de antes... Uno de nosotros sufrió una intoxicación la noche del sábado en una cena que pasará a los ANALES (lo que le gusta a nuestro Gaylord) de la historia, dando como consecuencia que Mr. Hudson no pudiera personarse el lunes en Tous al encontrarse indispuesto.

Pero parecía una epidemia en masa, pronto Hernán Crespo fue convocado por Argentina para jugar en casa el último amistoso contra su mujer y su hija!, Gaylord tuvo un brote psicótico y tuvo que ir a la UPV en busca de un secretario de Caminos muy simpático que repartía caramelos!, y Georgie fue secuestrado por la princesa baby-Rapunzel que se lo llevó al Torreón de Godelleta!! Diosssssssssss, no había tiempo que perder, rápidamente llamé al guardián de las Almenaras de Gondor para que me protegiera en el peligroso viaje en busca de los monstruos del reino de Tous el pasado martes 30 de diciembre...

La tarde anterior preparamos meticulosamente el viaje... montamos en nuestra preciosa Carabela llamada "La perca negra"







un curioso artilugio capaz de buscar los monstruos debajo de las frías aguas de Tous -el Monte del Destino- para que nosotros estuviéramos prevenidos y supiéramos donde lanzar nuestras armas de destrucción masiva para capturarlos. Algún arreglillo más y todo estaba listo para nuestra aventura en busca de los malvados monstruos, que en latín antiguo de la época es conocido como NORDEN PIKE...








Pero aún teníamos que poner hora de comienzo a nuestra jornada... nuestro guardián Bruno propuso inicialmente las 5,30h de la madrugada!!! jajaja a lo que yo respondí que los monstruos del reino de Tous no despertaban en esta época del año hasta pasadas las 12h de la mañana, entre un tira y afloja entre él y yo decidimos quedar a las 6,45h en la puerta del Bar Cocodrilo, sin duda un magnífico lugar para quedar y emprender nuestra apasionante aventura.



Había llegado la hora de la verdad!!! Los dos valientes nos dispusimos a ir en busca de nuestra Carabela y afrontar la búsqueda del terrible Norden Pike...



Llegamos al reino de Tous sobre las 8,15h,







Hacía 4ºC pero no hacía nada de viento, con lo que estábamos la mar de bien, estaba amaneciendo y pronto vimos que los dioses nos bendecían, no había ni una sola nube, todo sol!!! Evidentemente tuvimos que acordarnos de nuestro Gaylord y reirnos un poquito de él ;)


Metimos nuestra Carabela en las heladas aguas (10ºC) y largamos amarras, no sin antes probar la "nueva tecnología" que acababa de adquirir...la reductora de mi carro. Así pues y tras unos 30min de viaje en los que terminamos de poner a punto nuestras armas de destrucción masiva (os aseguro que sí que existen), encendimos nuestro artilugio capaz de ver debajo del agua y encontrar a los malvados monstruos y localizamos una gruta a 20m de profundidad que parecía querenciosa, cerca de la zona donde se abren las aguas de la "Arboleda" camino de la cola. Estuvimos un ratillo y pronto cambiamos de zona.


Nos dirigimos a un gran acantillado sumergido que tenía un escalón abisal que llevaba a las profundidades, cercano a una zona de árboles sumergidos prácticamente en la mitad del lago. Todo era lanzar nuestras armas a los lugares más recónditos e inóspitos, pero seguíamos sin tentar a los monstruos.


Eran las 11h y mientras nos desplazábamos a otra zona querenciosa repusimos fuerzas con los magníficos almuerzos que traíamos. Pronto llegamos a la gran Recula del Cuervo, que escondía al final de ella una sombría y fría cueva en la que no habían monstruos... era un día resplandeciente, y empezaba a hacer calor, no era de extrañar que los monstruos del Monte del Destino hubieran decidido buscar zonas más soleadas en aguas someras, próximas a zonas profundas... allá que fuimos, volvimos a cambiar de zona, y nos encontramos con un ser extraño y negro, muy negro que nadaba a poca profundidad, era un bass!! Curioso era, estaba nadando sin ninguna cobertura, eran las 12h y la temperatura del agua marcaba 11ºC. Algo pasaba.


No era el especimen que tratábamos de localizar, pero dado nuestro éxito con los grandes monstruos, optamos por dedicar algunos lances en tratar de destruir a esa cosa negra y fea que seguramente había salido de las profundidades. Parecía que se acercaba a nuestro engaño cuando de pronto arrancó y se fue... nunca más lo volvimos a ver.


Bruno, el guardián de las Almenaras de Gondor, estaba tenso, tenía ganas de demostrar que pese a su reciente incorporación al equipo del sofisticado equipo destructor de la BASS UPV, era capaz de comerse el mundo. Debieron ser los nervios por enfrentarse a un monstruo de tan grandes dimensiones, ya que estaba seguro en varias ocasiones de haber notado las picadas de algunos de ellos. Yo por mi parte no había tenido ocasión.

Empleamos viejas técnicas ancestrales provenientes de los sabios monjes budistas que nos trajo nuestro amigo Jaime de sus viajes: yo-yo, dientes de sierra, recogida uniforme... Todas ellas parecían abocadas al fracaso.






Pasaba el tiempo y cambiamos de orilla, estuvimos en una zona cercana donde el gran sabio conocedor del comportamiento de los monstruos, George, "The Lord of the Luckys", había conseguido capturar un especimen de cerca de 10 toneladas (sí, sí, toneladas).






Pero no, no había manera de localizarlos, probando a varias profundidades, principalmente entre 6 y 15m. No hubo nada que hacer...


Eran las 15h y emprendimos nuestro viaje de retorno con la Carabela, en busca de la protección de las murallas de nuestro reino valenciano. Pronto divisamos en lo alto del Monte del Destino, la torre antigua del guardián del reino de Tous.





Bruno que en las típicas charlas del Bar Cocodrilo con el antiguo guardián del reino de Tous (Álex Fabra) había escuchado que cerca de dicha torre era una buena zona para localizar a los monstruos, así que probamos de nuevo en los cortados y en los puntales de varias orillas... pero de nuevo fracasamos... hasta ese momento me había mantenido tranquilo y relajado, pero como no podía ser de otra manera terminé el año practicando el power fishing con los grandes pikies (no podía ser de otra manera).
Empezaba a anochecer, eran las 16,30h y la luz se diluía en el horizonte. Era el final, habíamos fallado. Pude mantener mi ilusión al recordar mi anterior expedición al reino de Tous en la que conseguí capturar un monstruo de dimensiones exageradas, y dado que Bruno no lo había visto, aquí lo tiene.








Terminamos el año con una porrita (con chocolate). Que conste que fuí coaccionado por Bruno... el día de antes me amenazó en que si lograba capturar más monstruos que él, pensaba tirarme al agua!!! (verídico) ;)

Pero bueno, pasamos un buen día, con muy buenas temperaturas (en algunos momentos en polo con mangas subidas) y sin ningún típico incidente.

Feliz 2009, preparaos para el próximo año que dará mucho que hablar y lo pasaremos genial!! Un abrazo a todos!!

P.D. Espero que os haya gustado esta "NO-CRÓNICA". Me he reído mucho al hacerla!!

Tuesday, December 23, 2008

Almenara, ese gran desconocido.

Esto que tengamos las navidades tan cerca y que Cisco estaba de vacaciones, ha hecho que vayamos a pescar día sí, día no, día sí :-) ¡Cómo mola!

En el día de ayer fuimos a Almenara, los cuatro magníficos, Bruno, Cisco, Juan y yo. Habíamos quedado a las 7:30h a medio camino, y a las 8 y media ya estabamos en Almenara.

Cuando llegamos hacía un frío no despreciable, había escarcha por las orillas y las palestras estaban blancas. Sin embargo, el manantial de agua era caliente (toque el agua) y vertía sus agua al estanque. Montamos las cañas y antes de salir nos hicimos una foto de grupo.




Acto seguido, nos pusimos a pescar, yo monté un cangrejillo, el que el otro día me había dado en Cortes el único bass, Bruno montó un jig, y Cisco y Juan no me acuerdo lo que llevaban, pero algo para que picasen los basses. Al segundo o tercer lance, Bruno clavaba una raspa, y yo poco después otra. Ibamos dando la vuelta al estanque que en muchas zonas tenía coberturas espesas, incluso en medio del estanque. Poco después sacaba otra raspa lanzando antes de ponerme encima del puestet, pero sí era otra raspa. En ese momento llegó Juan que creo que había pescado otro.

Con eso nos pasamos a la zona de enfrente, donde están la compuertas. En esa parte había otro estanque donde el primo lejano de Paco Revert (el primo lejano de Paco Revert?!?!?, sí, nano, el guarda se llama X Dasí, y Paco Revert es Paco Revert Dasí, de ahí el parentesco), nos había dicho que se habían sacado basses de 3 kilos. Tras echar un vistazo al estanque y ver que tenía mala pinta, tiré mano de la genética - la misma que menciona en su mítica frase Javi Mateo: "Es que el rattling se les está metiendo en la genética." - para inferir la veracidad de la afirmación sobre basses de 3 kilos, hice algunos lances con poca confianza y me fuí para la compuerta, de la que dicen las malas lenguas que se sacan los más tochos.

Cuando llegué, allí estaba Juan disfrutando como un enano, pasando un cangrejo por encima de la cobertura y los basses pegando unas ostias que dirían algunos, yo diría lanzando ataques desde abajo a aquello que se movía por encima de las hierbas. Me puse en la compuerta con mi cangrejo y ví unos cuantos basses por encima del kilo nadando contra la corriente, como si fueran truchas, y eso que no les gusta la corriente. Deje caer el señuelo, pero enseguida me día cuenta que aquello era misión imposible, esos basses estaban requetepescado y eran políglotas. Creo que Juan en ese punto saco un par de basses, uno de ellos de kilo, ya era bueno.

Me puse al lado de Juan, un momento, mientras oía como atacaban el señuelo de Cisco que estaba enfrente pescando con una rata (una rata?, sí, una rata, de esas que veía en las tiendas de pesca, y decía, ¿qué se pescará con eso?). Estando allí enseguida vino Bruno y aquello parecía el camarote de los hermanos Marx, así que recogí bártulos y seguí rodeando el estanque.

Para mi sorpresa, el estanque que quedaba a la derecha lo estaban desecando :-( y era lodazal increíble. Tras ver que con mi cangrejo estaba tocando el bombo, recordé que mi cuñado Andrés me había regalado unas ranitas que casi nunca había usado. Así que este era el momento. Lanzaba y pasaba la ranita por encima de las coberturas a saltitos, y ¡ostias!, en varias ocasiones atacaron desde abajo, pero no conseguía clavar ninguno. En un caso estuve a punto, pero eran pases pequeños y la rana estaba más dura que la pata de Perico (qué la pata de Perico?!?, sí, nano). En ese momento eché de menos un ranita blandita y saladita del tío Yama. En fin que le ibamos a hacer.

Volví sobre mis pasos, pasando la compuerta, y en la siguiente esquina, había un hueco. Lanzo mi rana y cuando estaba a 4 metros de mí, pam!, ataque, doy la mano instintivamente y la rana sale disparada pasando cerca de mí, y casi se la meto en la boca a Bruno que estaba observando la jugada a mi espalda. Lanzo otra vez, ¡pam!, ataque, falla, pero había un agujero en la cobertura al lado y acierto a dejar caer la rana de un saltito por ahí, jeje, allí estaba ese bass, coge la rana y se la lleva, clavó y esta vez sí, para fuera. Os podríais imaginar que este sería un tocho, de 2 ó 3 kilos, pero no, era una raspa más.

El caso es que volvimos a almorzar y recuperar fuerzas, los que almorzamos, porque sé de uno que se quedo sin almorzar, pero a la próxima, ya me dijo que no se le olvidaría, ¡eh, Bruno!

Después de almorzar, Cisco y yo nos fuimos para los puestos que hay a la izquierda cuando entras en el aparcamiento. Llegamos a un sitio donde al vernos empezaron a salir basses de debajo de la cobertura, aaaaggg!! nos habían visto y estos basses de Almenara eran todos doctores (al menos honori causa), y no picaban a nada, y más si sabían que venía de tí. Un chaval que estaba en un puesto cercano se le escapó uno bueno a crankbait. Probamos en otros puestos y volvimos. Yo me quedé un rato en el puesto donde había visto los basses empeñado en sacar alguno. Monté mi big ika smoke with silver flakes y lo recogía rápido a tirones para provocar la picada de algún bass enfurecido (y que no estuviera afectado por la atmosferas). En eso que consigo arrancar a uno, paro el ika que se va al fondo, y el bass se acerca por curiosidad, se queda durante unos segundos mirando fijamente el señuelo, en eso que pego un tirón brusco (como me enseño el gran maestro Castellano) y aquel bass sale propulsado, atrapa el ika, se gira, doy la mano, y lo fallo, ¡aaaggg! Sí lo fallé :-(

Bueno volvimos para las compuertas, y Bruno y yo nos metimos pegados a una acequia. Sí, había basses pero salían corriendo cuando nos veían, y obviamente, no picaban a nada, tenían más miedo que una abuela. Mientras haciamos el tonto intentando que picaran, Cisco sacó un tocho de 1.5kg que le había atacado hasta dos veces a una rata, pero que al final lo engañó con un ika. ¡Muy buen pez!

Y con esto, nos fuimos para el coche porque eran ya las 15h y estabamos agotados. Al final nos hicimos una foto de grupo de despedida. Juan y Cisco se quedaron a comer con la mujer y suegra de Cisco y su hija Aitana que es toda una pescadora de bass en potencia.



Fotos cortesía de Cisco.

Cuando los basses parecen luciopercas

Esta crónica empieza cuando Juan y Cisco me comentan su intención de ir a Cortes el domingo 21 de diciembre. Las condiciones meteorológicas durante esa semana habían sido anticiclónicas y los días soleados se repetían, así que yo ya me veía subiendo un bass de esos tochos que pican en invierno mediante la técnica de izado del siluro al barco.

Quedamos a las 8h en la gasolinera de Buñol, pero no la de la vía de servicio, que luego nos toca hacer el cambio de sentido, sino en la de entrada al pueblo, que también está muy bien y nos viene de paso. Me encontré con un Cisco y un Juan muy ilusionados por ser su primera vez que pescaban desde embarcación en Cortes, aunque ya les avisé que la pesca en invierno en Cortes es muy difícil, y que la imagen que se llevarían no sería real.

Pues nada, nos fuimos para allá, y cuando pasamos el pueblo de "El Oro", nos encontramos tramos de carretera con escarcha o hielo en la calzada, y la verdad, yo me acojoné. Por suerte, y conduciendo con cuidado y buena letra llegamos sanos y salvos a la rampa de desembarque, la temperatura era de 3ºC, casi ná y eran las 9h.

Echamos la barca al agua y tras arrancar el motor (que me costó más que nunca tras pasar el motor por la revisión pertinente) salimos hacia la zona del Ral. En el camino, había una ligera brisa que levantaba una marejadilla que al chocar con el casco de la embarcación hacía que nos salpicase el agua helada, y si no que te lo cuenten Juan y Cisco que se mojaron un poquete, que me recordó aquella vez que los Franco también se mojaron, pero no era en invierno. Hicimos una parada a mitad camino para hacer flipping y pescar el lucio pero nada de nada, estabamos a la sombra y estabamos helados. Así que proseguimos nuestro camino hacia la zona del Ral donde ya pegaba el sol.

Cuando llegamos, para mi sorpresa hacía un molesto viento, y más para Juan y Cisco que no habían pescado nunca desde embarcación. Empezamos a pescar el bass con jigs despacito y en zonas con coberturas (árboles) y profundas, pero con acceso cercano a playas. El problema fue el viento que me impedía mantener la embarcación estática por unos segundos y no podiamos pescar despacito. Estabamos en el Ral en la récula a la derecha de la zona de pesaje, en la zona donde pegaba el sol, pero no picaban nada de nada. Entrabamos en las réculas para protegernos del viento, pero sin resultado.

Salimos de esa zona para ir a la récula de la casa en el Ral, un poco antes de los cañizos que hay a la derecha. Parecía una zona muy buena con grandes árboles a una profundidad de 5-8 metros, y seguiamos con jigs o montajes a texas y pescando despacito, pero nada de nada. Tengo que reconocer que en ocasiones me ponía nervioso y movía la barca más rápido de lo que sería recomendable.

Así que nos fuimos para la zona del río, enfrente de la isla, un sitio que todos sabemos que es muy bueno, y que existe una plataforma a unos 5 metros donde creía que estaría pegando el sol, pero no, sólo pegaba el sol en la mitad. Así que nos clavamos en medio de esa zona, aprovechando que no hacía viento. Yo había cambiado el jig por mi cangrejillo 5" color plum a texas , así que nos armamos de paciencia y batimos la zona. Cuando menos me lo esperaba, y en un lance hacia la derecha mirando de frente la isla, y arrastrando por el fondo el señuelo, notó dos tocs muy leves, me quedé estupefacto por un segundo, hacía horas que estabamos pescando y no tenía ni una picada, pero eso era una picada, ¡pam!, clavo y sí, era uno. Ya pensaba que sería uno de esos por encima de 2kgs, pero tan pronto como recogí un poco de hilo, ví que no, ¡aaaggg!, tiró durante un segundo y enseguida lo subí como si fuera un peso muerto. Por un segundo pensé que era una lucioperca, subía de lado, y ni se movía, pero era un bass, una bass de invierno en Cortes, había cumplido. El pez estaba helado e inmóvil, pobrecillo, además por mi poca experiencia de pescar a texas a una profundidad que yo estimo entre 6-8 metros, el pez tenía los ojos ligeramente fuera de sus órbitas, sí, lo había subido demasiado rápido, y el cambio brusco de presión había hecho el resto. Estimo que pesaría 1kg y algo.

Allí mismo comimos, en buena compañía y disfrutando del solecito. Seguimos pescando rodeando la isla, pero enseguida subimos el río buscando una zona soleada. Nos fuimos a la punta que se encuentra de frente cuando subes el río, y que está al lado de una récula grandes con grandes árboles. Pescamos con jigs, texas y drop-shot, y Cisco tuvo alguna picada, que falló, pero ni Juan ni yo los olimos. Fuimos bajando hasta la zona de enfrente de la isla, pero nada de nada, los peces estaban muy muy duros.

El sol se estaba poniendo y teniamos que buscar zonas soleadas, así que nos fuimos a la zona de pesaje para hacer los últimos lances. Juan tuvo un par de picadas, pero nada. Era hora de irse, nos restaban sólo unos minutos de sol.

La jornada había sido bastante floja, lo sentí por Cisco y Juan que tenían altas expectativas de su primera jornada de pesca desde embarcación, pero el invierno en Cortes es muy frío con temperaturas rondando los 0ºC por la noche y los peces no estaban activos. De hecho, ese bass que saqué me dejó alucinado, no sé si fue por el cambio de presión, pero cuando ví subir a ese bass de lado y sin tirar nada, supe que la cosa estaba complicada.

Bueno, espero que Juan y Cisco disfrutaran del paseo en barca :-) y que entrenaran sus sensaciones de pescar en barca para la próxima temporada.

Monday, December 08, 2008

Entrenando en el escenario del CLASSIC BASS UPV 2009

Hola a todos,

este reportaje será corto porque no me quiero tirar varias horas para escribir una crónica como en las anteriores del Open. En esta ocasión era mi primera vez en Escalona y mi tutor era Javi, que había estado varias veces pescando en él. El embalse es una pasada rodeado de cañas donde se puede refugiar el bass, además de zonas de cortados y arboles sumergidos. Me dió una muy buena impresión

Quedamos a las 8h en la gasolinera de Godelleta y a las 10h estabamos pescando. Por medio está el tema de echar la barca por la rampa que no toca, aunque Vicent me recalcó que fuera por el camino de la derecha. Pero bueno, como dice mi padre: "Para aprender, perder".

Pues estabamos pescando a lo que saliera, tenía una caña con un jig de jewel de 3/8oz color marrón con trailer de yamacraw 3" en el mismo color, y en la otra el mítico mogambo. Javi llevaba algo parecido y un crankbait en su GL2 a estreno :-O

Subimos hacia el río sin picada, y aunque pesqué un rato el lucio, para que nos vamos a engañar, a mí lo que me gusta es pescar el bass. Entonces al llegar a una punta de cañas que se metía hacia el centro del embalse, lanzo el jig pegado a las cañas, llega al fondo y notó una ligerísima picada, pero ligerísima, pam!, clavo y sí era uno de 1.1kg :-)

Seguimos un poco más y en otra punta de cañas, cuando estaba sacando el jig de la zona de acción, sale un bass como una flecha desde las cañas y pam, otro a la saca de 1.1kg o así, ese no lo pesé, pero era hermano del anterior. Bueno, parecía que teniamos un patrón, seguimos pescando igual hacia arriba y luego bajamos pescando unos árboles, pero nada de nada.

Al llegar a la orilla de enfrente a las rampas de desembarque que están fatal, en un árbol (con jig) se me va la línea hacía la izquierda, doy la mano (acción de clavar) pero fallo. Para entonces ya había invitado a Javi a ponerse delante, porque yo ya había cumplido :-)

Entonces, en un árbol sumergido separado unos metros de la orilla, tengo una picada, pam! y lo saco, pesaría menos de un kilo. Yeee!, llevaba tres basses y estabamos en el mes de diciembre con el agua helada :-) Pero ahí no iba a quedar la cosa, llegamos a otro árbol en las mismas condiciones que el anterior, yo lanzo pasando el árbol y Javi antes del árbol, llega al fondo el jig y tenso y noto una ligera resistencia, que fue seguida de unas leves sacudidas, ahí estaba el cuarto, pam! (o tac que dirían otros), este era bueno tiraba como una fiera para meterse en el árbol del que había salido, lo fuerzo un poco y lo cojo, pesó casi 1.7kg. Casi al mismo Javi había tenido una picada a la vez que yo, pero no me había dado cuenta, pero en su últimamente mala suerte, el pez se había llevado ambas patas del cangrejo :-(

Para entonces bajamos un poco más dirección las boyas, hubo un rato que dejé a Javi solo a ver si sacaba uno de una p. vez, mientras yo hacía de caminero para sacar el coche y el remolque de la rampa mala, e irme a la rampa buena, bueno menos mala. Pero no, a Javi le hace falta una salida a la marjal para desfogarse :-)

Pescamos los árboles de la récula que hay a la derecha de la rampa buena que está enfrente de la presa, pero nada de nada, ni a 5 ni a 10 metros, ni con jig ni crankbait, así que antes de que nos abrazara la luna y sacando la barca a mano como si fueramos bueyes de labranza, nos fuimos para casa.

Tengo que decir que todo el día estuve sometido a una gran presión, pues el imponente miembro de Javi estuvo a flor de piel tras rompérsele el pantalón a la altura de la cremallera. Javi me hizo posturas inverosímiles que prefiero no recordar :-P

En conclusión, pues sacamos 4 basses (o como diría Javi: "sacaste 4 basses") en diciembre y con un día que empezó soleado pero que luego se nublo rápidamente. Así que con la moral alta, este invierno pienso pescar el bass en los embalses aunque haga porra, y con paciencia, despacito y una buena caña se puede sacar algún pez que otro. Un abrazo.

Friday, November 21, 2008

Open de Lucio en Orellana (y Parte III)

Antes de empezar con la crónica de la segunda manga, llamar la atención del lector despistado para que se percate que esta es la tercera y última parte de una crónica, cuya primera parte empieza dos entradas más abajo.

Volvamos a recuperar el hilo conductor de nuestro relato. Eran las 8:25 de la mañana y el barco de control estaba dando la salida. Astutamente, un minuto antes de la salida, Vicent había pasado por detrás de todos los participantes para encararnos hacia la récula del puerto náutico que esperabamos que hubiera estado menos pescada el día anterior. Así que sobre la bocina Vicent salió a 5300 revoluciones hacia esa récula, detrás de nosotros venían los Cámara (¿los Cámara?, sí nano, sí) que se pusieron a pescar a nuestro lado. Los primeros lances de la mañana no depararon ningún pez, y parecía que a Orellana le costaba reaccionar tras el "tute" que se le había dado el día anterior. Proseguimos pescando la playa que teniamos a nuestra espalda y saliendo de la récula cuando Vicent clavó uno pequeño. Ya no hacíamos porra :-)

En eso que llegaron unos ribereños con sus pikies y en unos minutos, uno de ellos nos dió una lección de sacar buenos lucios sacando tres de ellos con un facilidad pasmosa. En ese momento, Vicent que ya todos sabemos lo nerviosito que es, se gira y me dice: "Hay que ponerse las pilas", a lo que yo le respondo con mi mítico: "Estoy en ello, chaval". No habían pasado 10 minutos cuando clavo un lucio que pasaba de los 2 kilos, jeje, ya tenía a Vicent más contento. Acto seguido y batiendo la orilla a lo tonto hacia la punta, Vicent clava otro. Ya estabamos en 3 lucios, sólo nos quedaba uno para el cupo.



Nos quedamos sobre la punta hacia la cual nos dirigiamos y no sé si fuí yo o Vicent (seguramente sería yo, porque todos sabemos que Vicent como diría el maestro Paco Revert: "No tiene ni puta idea") sacó el cuarto. Pues ya está, ya nos podiamos ir a casa tranquilos, teniamos el cupo de 4 lucios y eran las 9:30. Seguro que mañana que voy a Tous no hago el cupo a las 9:30, ni pasadomañana tampoco. Nos habiamos acostumbrado a sacar lucios como churros, es que en Orellana había más lucios que churros :-P

Así que probamos un poco más sin éxito y nos fuimos a hacer una pequeña marcianada. Esta consistía en pescar entre los barcos que estaban amarrados en el puerto náutico. Ahora le llamo marcianada porque no pescamos ninguno, pero no me hubiera extrañado sacar un tocho que se refugiaba del ajetreo de barcos que había en el resto del embalse. En fin, que no pescamos nada entre los barcos, aunque yo casi engancho mi pikie con uno de los barcos, jeje.

Así que volvimos a una punta que habiamos pescado el día anterior a última hora y donde yo tuve una picada y Vicent sacó uno. En eso que cuando nos aproximamos, paramos el motor y antes de que Vicent tirara el motor eléctrico al agua, un lucio sube a la superficie a coger algo, y se mete para dentro al lado del barco. Vicent, rápido de reflejos, le deja caer el pikie sobre su vertical hasta que se lo deposita en el fondo. Pega un par de sacudidas sobre el señuelo, y el lucio no lo duda, patapam, picada alucinante, y tras un momento de lucha, el lucio sube al barco. En línea con la cita de Javivi: "¡Cómo pican!, cuando pican".

Sobre ese punto nos anclamos un rato, bueno, tiramos un bloque de hormigón al agua atado por un cabo y nos mantuvimos un rato. Creo recordar que sacamos otro lucio con pikie. Así que otra vez siguiendo el consejo de Jaime, nos desengañamos y nos fuimos con pikie a pescar los cortados. Llegamos a un cortado que tenía muy buena pinta y donde la sonda nos marcaba peces a 10 metros, así que les tiramos de todo, pikie, crankbait, spinner y hasta el famoso bloque de hormigón (como ancla), que habiamos traido desde Valencia no sólo como ancla, sino como amuleto de buena suerte. De hecho le teniamos tanto amor a este bloque de hormigón que en la primera manga se nos olvidó meterlo en el barco cuando desembarcamos, y me lo traje andando desde donde aparqué la furgona hasta el embarcadero donde me esperaba Vicent, unos 300 metros paseando al bloque de hormigón. Espero que no me reconociera nadie, si no pensaría que tengo algún problema mental.


Pues eso, que estabamos en un cortado pescando los lucios a 10 metros y no picaban a nada, pasaríamos allí una hora hasta que nos aburrimos sin picada y nos fuimos. Cambiamos a otra punta cercana a la zona de pesaje y se acercaba la hora de cierre del pesaje intermedio, serían las 13:30 e iban nuestros pikies inocentemente surcando una zona poco profunda. En eso que en un lance de tantos paralelo a la orilla, Vicent clava un lucio, y me dice: "Salabre", aunque el sabe que me pone más que me diga: "Llevo uno". Así que dejo mi caña que estaba lanzada a tomar por culo y abro el pick-up de mi carrete. En eso que Vicent como suele hacer, clava el lucio, y en un acto reflejo lo fuerza un poco para subirlo llevando el brazo hacia el pecho. Sin embargo, en esta ocasión ese lucio no iba a subir así como así, aquello que había a la otra parte de la línea despego el brazo del pecho de Vicent en una exalación, y entonces Vicent me dijo: "este es grande, nano". Efectivamente era grande, se puso a tirar y lo único que podiamos hacer es seguirlo con el barco hacía donde él tuviera bien llevarnos. Mientras tanto, como suele pasar en los momentos más emocionantes, mi carrete se le había cerrado el pick-up y la caña estaba a punto de saltar del barco, y la caña era una Falcon, así que estaba con un ojo mirando a ver por donde salía el lucio, que en ese momento le quedaba mucho tiempo para rendirse, y el otro ojo en la dichosa caña que tenía el hilo enganchando en el carrete. Vicent acojonado, no hacía más que pedirme que dejara la dichosa caña, y me centrara en ensalabrar al lucio que estaba a unos 5 metros de profundidad. Sí, os lo podéis imaginar, como estaba de nerviosito nuestro amigo. Así que al final desenganche el hilo del carrete, mientras el lucio nos paseaba por ahí durante un rato más y me centré en ensalabrar el monstruo que esperaba salir a superficie. Salió por la parte de detrás del barco, y al primer intento de ensalabrarlo lo meto, pero salta fuera y cae al agua, fue un momento que nos dejó helada la sangre, ¿seguiría enganchado ese lucio al que ya le echabamos 7-8 kilos?, sí, había habido suerte, el lucio seguía allí y en mi segundo intento, no fallé. Lo que falló fue el salabre, pero menos mal que Vicent me ayudo y el lucio entró en el barco. Vicent se dejo caer sobre el asiento del barco extenuado por la lucha y la tensión acumulada durante esos largos minutos de pelea. Acto seguido nos fundimos en un abrazo de varios segundos, (¡qué bonito es el amor!, hacía mucho tiempo que nadie me abrazaba durante tanto tiempo) y contemplamos ese pedazo de lucio que nos acompaña como tercer tripulante. En ese momento de euforia, le calculé un peso de 8 kilos, pero no había tiempo de estimaciones, estabamos a 20 minutos del cierre del pesaje y no era plan de tener enganchado ese lucio en el stringer durante todo el día, y más con la experiencia de ayer.

Así que Vicent salió a toda ostia hacia la rampa de desembarque, cuando llegamos y tras comprobar que estaba completo y no había perdido nada por el camino por el rozamiento con el aire, desplegamos un protocolo de máxima seguridad para garantizar que ese pez llegaría a la báscula. Y así fue, ese lucio dió en báscula 6.850kg, siendo la cuarta pieza mayor del open de lucio. Fue emocionante ver como nos grababan en video mientras Vicent y yo subiamos por la rampa, y después una sesión de fotos por Francisco Carrión (Solo Pesca) delante del panel de patrocinadores. ¿Quién me iba a decir a mí cuando era un chiquillo (año 97-98) y leía los reportajes de este señor, que iba a estar delante de su cámara algún día? Sí, era un sueño hecho realidad.

Ya no nos quedaba más que recomponernos y volver a pescar las 4 horas que nos restaban. Volvimos a donde sacamos el tocho, y después de estar volviendo a montar un pikie que había perdido con el jaleo del luciaco (el único pikie que perdí en Orellana) lanzo en el mismo sitio donde había salido el de Vicent, y patapam, otro. En el primer momento, la ilusión fué más rapida que la cordura, y cuando ví que el lucio subía a la superficie, me asusté. Ya pensaba que teniamos otro de 5 kilos por lo menos. Me recordaba a aquel lucio que saqué en Tous que salió a la superficie e hizo un remolino en el agua que no olvidaré en mi vida. Pero esta vez, era más pequeño, estuvo cerca de los 3 kilos, pero eso, 3 kilos. Luego cambiamos de zona, pero creo que no pescamos nada más, teniamos 3 lucios buenos en el vivero con una media de 2.6kg.

Así que pescamos un rato más otro sitio y sin más picadas nos fuimos a pesaje. No recuerdo exactamente el pesaje que hicimos en la segunda manga pero creo que fueron 14 kilos y pico. Fijaos de la importancia de sacar lucios grandes en un open, donde uno de ellos de 6.850kg, casi equivalía a 3 con una media de 2.6kg. Los Migueles pincharon en esta segunda manga, no porque no pescaran lucios, sino porque eran pequeños y entre los cuatro no llegaban a los 8 kilos. Una lástima.

Con eso sacamos el barco del agua, y tras volver a quedarme en medio de la rampa porque no me dejaron hueco para subir, nos fuimos a la casa de los templarios (nuestra morada en Orellana) para ducharnos y arreglarnos para la cena de entrega de trofeos.

Cuando los Migueles, Vicent y yo llegamos a la recepción de la cena de entrega de trofeos, tomamos algo, mientras esperabamos a la cena entre anécdota y anécdota. Nos lo habiamos pasado de categoría y habiamos sacado más lucios que nunca. En eso que llego la cena de gala, que en mi humilde opinión sería mejorable en calidad y servicio. A continuación empezó la rifa. Los Migueles, que son unos suertudos, les tocaron algunas cosas. A Miguel Franco, una caña, no, no era una GLX, no os hagáis ilusiones. A Miguel García, una bolsa llena de señuelo variados, no, no eran bolsas de Yamamoto. En eso que empezó la entrega de trofeos per se, y como novedad nos enteramos que los 25 primeros, tenían plaza asegurada, que no pagada, en el open del próximo año. Nosotros en una remontada espectacular alcanzamos un meritorio puesto 15. También , en línea con la ceremonia de entrega de trofeos de Caspe, subimos al escenario a recoger una bolsa de señuelos con un swimbait trucha gigante.

Ya no me queda deciros que Vicent y yo nos fuimos a nuestra camas, sí, nuestras respectivas camas para descansar un rato antes de madrugar para emprender el camino de vuelta a tierras valencianas. Los Migueles tenían que dormir en cama de matrimonio, y claro, no podía ser de otra manera, del roce surgió el cariño, y del cariño, el amor, y tuvieron muchos miguelitos (de la roda), fueron felices por siempre, y colorín colorado, este cuento se ha acabado. No, no fue así, aunque hubiera sido bonito, ¿eh, Miguel? :-P



En tono más serio y conciliador, la experiencia del Open de Lucio fue increíble, con un ambiente interpersonal, bueno. Además las condiciones climatológicas acompañaron y los lucios dieron la cara en todo momento. La organización del evento fue magnífica, con una cobertura mediática buena y unas instalaciones envidiables. Desde aquí agradecer el esfuerzo que tantas personas de la organización del open han dedicado a su preparación.

Finalmente, espero no haberos aburrido con estas 3 crónicas tan rolleras y con mis desvaríos, y espero vuestros comentarios al respecto. Un abrazo y el año que viene espero que más y mejor :-)

Wednesday, November 19, 2008

Open de Lucio en Orellana (Parte II)

Antes de empezar esta segunda parte de la crónica del open de lucio, agradecer a Vicent y Javi sus palabras de apoyo y ánimo para seguir escribiendo.

Retomemos la crónica. La bocina está sonando y Vicent ya estaba empujando (que no pisando) a tope el acelerador. Ibamos observando donde estaba pescando la gente mientras navegabamos a toda ostia y pasando un frío que podríamos describir de la misma manera, es decir, de la ostia, bueno tampoco era para tanto.

Los barcos estaban colocados sobre las puntas, en algunas ocasiones apelotonados incumpliendo la distancia mínima de 75 metros. Seguimos adelante buscando un hueco donde pescar, en eso que avistamos el mítico puente de Cogolludo donde se sacan lucios que para subirlos al barco hay que hacer el gesto del izado del siluro :-) Nos estabamos aproximando al puente y sorprendentemente no había nadie (¡qué raro!). Empezamos a pescar a 8 metros sin picada y eso que lanzabamos en los ojos del puente. Nos ibamos alejando del puente cuando vimos que la sonda nos marcó que a 9 metros estaba lleno de peces, eran lucios :-) machacamos la zona sin resultado y yo ya pensaba que la jornada pintaba como uno de esos días típicos en Tous. De hecho cambiamos de zona a otra que era una playa de arenisca y más somera, pero seguiamos sin picada :-( Así que volvimos sobre nuestros pasos pescando otra punta sin resultado. Ya había pasado un par de horas y ni una picada, mal pintaba la cosa.

Así que volvimos a cambiar de zona a otra donde había una isla sumergida y empezamos a pescarla. A los poco lances, Vicent por fin sacaba un lapicero con un crankbait, y yo con mi pikie había tenido alguna picada, pero nada serio. Con este mismo crankbait Vicent sacó algún lucio más rodeando la isla, pero eran pequeños, así que cruzamos a la playa de pizarra que había enfrente. En ese momento creo que sólo llevabamos uno o dos lucios y pequeños. En esta playa Vicent tuvo hasta tres picadas seguidas (pero seguidas de verdad) que no se materializaron en ningún pez, y no hacía más que decirme "salabre", dejaba mi caña para atenderlo y nada. En eso que a la cuarta picada consecutiva, sí, como leéis, consecutiva, Vicent me pide que mire su caña que tenía un lucio enganchado y me pregunta: "Esto es una picada, ¿o estoy tonto yo?", y acto seguido clava y saca un lucio, por fin. Fue algo increíble.

A partir de ese momento, me pasé a un pikie más pequeño, me puse las pilas y saqué algún lucio que otro, sí de esos de 2 kilos que si lo sacas en Tous, dices que, rememorando al maestro de Jaime, puedes irte a casa con el olor de la victoria. Jaime nos acordamos de tí, y pensamos en lo que disfrutarías pescando con tu pikie los lucios que había en Orellana. Siguiendo con la crónica, volvimos sobre nuestros pasos de nuevo, volviendo a pescar la playa, y Vicent se puso a sacar todos aquellos lucios que se le habían escapado en la primera pasada. Vicent sacó lucios de 2-3 kilos hasta que se cansó. En mi caso por fin clavé uno guapo, le eché unos 4 kilos que se me escapo por forzarlo demasiado a subir, una lástima, aaaggghhh! En ese momento, serían las 12h o así y teniamos un cupo de 4 lucios de 2-3 kilos cada uno, habiéndo cambiado ya alguno. Algo totalmente impensable en los austeros días de pesca del lucio en Tous, donde cuando has pescado un lucio, "you can call it a day", del español "ya has echado el día". Así que decidimos cambiar de zona o como diría Jaime: "Cuando te desengañes, nos vamos a los cortados a pescar con pikie".

Pues eso fue lo que hicimos, nos fuimos a un cortado, y yo me puse el pikie facha sacatochos, y no me defraudó. Al enésimo lance a "fer la mà" y al traerlo hacia el cortado (ya que estabamos pegados al cortado) por el fondo, patapam, picada. Este era bueno, o eso me parecía a mí, ya que resultó ser el lucio más grande de los que hasta ese momento habiamos sacado, pero no pasaba de 3 kilos :-( pero como podía ser, si yo soy "the lord of the luckies", traducido del inglés vicentino al español "el señor de los lucios". Pues nada, poco después pescamos otra punta y Vicent sacó un lucio guapo que no pesamos, pero que debía estar cerca de los 4 kilos. Era el más grande del día, así que tuvimos que ponerlo en el stringer fuera del barco con dos clips enganchados. En eso que seguimos pescando y sacando algún lucio que otro más, que sí, que sí, que no es una exageración típica de pescador, allí había lucios de 2-3 kilos para aburrir. Mucho antes un ángel que bajo del cielo nos había confesado que los Migueles habían hecho el cupo hace rato, (¿un ángel?, nano sí, un ángel de Orellana, de toda la vida).

Pues eso que seguimos pescando con nuestra pieza mayor enganchada en el stringer tan felizmente, cuando en un arranque del eléctrico, el lucio se asusta, sale disparado y se "aleja demasiado" del barco, ¿pero si estaba enganchado en el stringer?, sí eso es lo que pensaba yo. Algo fallaba, tras reaccionar nos dimos cuenta que nuestra pieza mayor se había escapado tras romper la baga del stringer, y no porque los clips se hubieran abierto. Sí, una putada en toda regla, habíamos perdido la pieza mayor. Seguimos pescando y alguno más sacamos, pero ya no tan grande. Lo que fue absolutamente rayante fue determinar qué lucio era el más pequeño para soltarlo, aunque al final nos aclaramos.



Y pescando, pescando, se nos hizo la hora del pesaje. Había sido un día increíble de pesca, nunca había sacado tantos lucios en toda mi vida y nunca pescaré tantos si no vuelvo a Orellana, en dos palabra memo rable :-) Al final pesamos 10 kilos y pico, y os puedo decir que subir con los 10 kilos de lucio más el agua de la bolsa por la rampa de desembarque de 50 metros, es otra experiencia inolvidable. Sea lo que sea, pero la experiencia de hacer un pesaje en el open de lucio mola mucho.



Recogimos el barco y nos fuimos a ponernos guapos para cenar. Estabamos cansados, después de un buen madrugón y un día de emociones sin fin habiendo subido al barco hasta 16 lucios. La cena fue, como no podía ser de otra manera, en "La codorniz", con mucho condimento, en buena compañía y contando muchas anécdotas de un excelente día de pesca. Estabamos cansandos, bueno reventados, así que nos fuimos directamente a la cama. Sin embargo, esta vez no quería fallar, me humedecí los labios, le hice una caidita de ojos a Vicent y le dije: "te espero en la cama". Esa noche dormimos juntitos en la cama de matrimonio, lo que hubo entre nosotros esa noche lo guardo para mí, pero sólo diré que la manta que nos cubría se nos hizo pequeña. Pero pequeña, porque yo no paraba de intentar taparme con ella, y Vicent la tenía bien agarrada, así que no tuve más remedio que arrimarme a él, ¡qué pillo! :-P

Dejándonos de mariconadas, dormimos bien esa noche, aunque por alguna razón que escapa a mi conocimiento, la alarma de un móvil (que resultó ser el de Miguel) sonó a la 5 de la mañana, y yo instintivamente se lo pasé a Vicent. No me preguntéis por qué. A las 6 nos levantamos, y tras ponernos guapos nos fuimos para Orellana. Allí nos esperaba el segundo día de pesca en Orellana, todos decían que los lucios estarían duros después de meterles tanta caña el día anterior. Así que con una mezcla de ilusión y temor nos dirigimos al barco de control en el protocolo de salida. Había en juego un open y una noche en camas individuales (efectivamente, si ganabamos a los Migueles que iban por delante en ese momento, podríamos elegir nuestro lecho esa noche, era el trato que habíamos hecho). Así que con el viento fresco de la mañana acariciando mi cara angelical, esperamos el estridente sonido de la bocina que daba comienzo a la segunda y trepidente manga.

Sunday, November 16, 2008

Open de Lucio en Orellana (Parte I)

Era una mañana lluviosa del último día de octubre cuando mi móvil sonó. Eran las 10h de la mañana y Vicent estaba esperándome con la furgoneta en la puerta de salida del poli. Fuí a por mi maleta que estaba en mi coche, la cargué y nos fuimos dirección Benisanó a por el barco. Cuando llegamos, cargamos todos los trastos en la furgona enganchamos el barco y salimos en busca de los Miguelitos de la Roda (¿de la Roda?, nano, sí de la Roda) que estaban esperándonos en la vía de servicio del Rebollar en Requena. Todo iba perfecto hasta que Vicent entró en modo pánico y yo con él cuando dijo: "Nano, no encuentro las llaves del barco". Vaya putada, paramos en la vía de servicio de Buñol, miramos en casi todas las bolsas en busca de las dichosas llaves, pero nada de nada, y no estabamos pescando. Pensamos que se habrían caido al sacar el barco, así que Vicent en modo Fernando Alonso pero con una furgona (de mierda, por lo sucia) y con un barco enganchado volvimos a toda ostia a Benisanó, para descubrir después de un rato de rastrear las calles, preguntar a los lugareños y comercios aledaños, que las llaves habían estado todo el tiempo en una de mis bolsas donde Vicent había tirado las llaves. Si en ese momento no maté a Vicent, creo que tengo cuartada para toda mi vida y vosotros sois testigos :-P

Que se note que soy informático, hagamos reset y retomemos la crónica. Pues ya con nuestras llaves del barco localizadas y haciendo un juramento de caballeros que en todo momento ambos sabriamos donde estarían las llaves del barco, nos fuimos en busca de los Migueles a los que les debemos mil disculpas por hacerles esperar un par de horas en una via de servicio.

Pues ya estabamos de camino a Orellana con unas 5 horas de conducción por delante. Conduje yo hasta un poco antes de llegar a Ciudad Real, donde esperamos a los Adolfos que nos guiarían por la laberíntica Ciudad Real y así evitar el centro de la ciudad. Estos Adolfos sí que son padre e hijo, no como los Miguelitos, aunque por diferencia de edad lo podrían ser. Vicent cogió la furgona hasta Orellana, a donde los Adolfo nos llevaron como el mejor de los GPS, dado que Adolfo el padre era del terreno, digo del terreno de Extremadura. Cuando llegamos estabamos reventados y para colmo no llegamos a tiempo a lavar el barco, y eso que Vicent como alma que lleva el diablo surco las calles de Orellana la vieja, volviendo a temer por mi vida y por la de los orellanenses :-)

Por fin llegó uno de los dos mejores momentos del día, la cena en el restaurante "La codorniz" que Vicent tanto me había hablado de él. Aprovechamos para pedir los manjares típicos del lugar, para poco después pasar a disfrutar del segundo mejor momento del día, dormir, por fin. He
obviado el detalle de encontrar nuestro alojamiento, pero tengo que reconocer que Vicent tuvo que exprimirse el cerebro para dilucidar los dos puntos de referencia que le dió por teléfono la chica del alojamiento y que nos llevaría hasta ella. Esta chica tenía un acento extremeño endiablado que costaba entenderla, con todos los respetos por la gente de Extremadura.

Pues eso, que llegamos al alojamiento con la sorpresa de que había dos camas sencillas y una de matrimonio. En ese momento, me giré hacia Vicent y le guiñé un ojo, pero se hizo
el loco, así que esa noche Vicent y yo dormimos en las camas sencillas, y los Miguelos por adyacencia nominal en la cama de matrimonio. Algunos se quedaron montando las cañas hasta un poco más tarde, pero otros nos fuimos a la cama un poco antes.

Era muy temprano cuando sonó la alarma del móvil de Vicent, y tenía tanto sueño que me costaba abrir los ojos, pero tocaba levantarse, el Open de Lucio estaba a punto de empezar. Nos abrigamos bien, pues hacía un frio que pelaba, y Miguel y yo, a falta de traje de agua o mallas térmicas, recurrimos a los remedios de toda la vida de nuestros mayores, dejándonos el pijama debajo del pantalón. Tomamos algo rápido de desayuno y nos fuimos para Orellana la vieja que era donde estaba el embalse. Lavamos el barco, no sin antes tener que visitar la verde campiña durante la espera a lavar el barco. Sí, sí, los nervios estaban a flor de piel. Una vez listos, nos fuimos a conocer por primera vez el embalse de Orellana.



Era como una cita a ciegas :-P Mi primera impresión al ver las instalaciones y el acondicionamiento de la rampa de botadura de barcos, fue pensar que en la Comunidad Valenciana estamos a años luz de esta gente. Una rampa de hormigón de por lo menos 200 metros de ancha esperaba a los barcos que eran echados al agua sin ningún problema. Increible. Como en el Caspe yo hacía de conductor y el otro, en este caso Vicent, hacía de capitán. Aparqué la furgona, recogí la plica y me fuí a buscar a Vicent que me esperaba en el barco. Tras un rato de xarreta con los Migueles antes de la salida, nos fuimos hacia el barco de control para estrenarnos en el Open. Ya estabamos ahí, la cuenta atrás hacía subir las revoluciones de los motores de las embarcaciones y nuestras pulsaciones, mientras los cachondos del barco de control nos animaban a ir calentando motores y hacerlos rugir para no parecer "putos carperos", pero de buen rollo, eh!

Ya, ya sonaba la bocina del barco de control, el Open para nosotros había comenzado y las siguientes preguntas rondaban mi cabeza, ¿cómo estarían los lucios?, ¿sacariamos alguno?, ¿serviría de algo toda la planificación y mapas elaborados por Vicent?, ¿volveriamos en bicicleta a Valencia? (¿En bicicleta?, nano, sí, en bicicleta) Era la hora de la verdad.

Fotos cortesía de Miguel Franco.

Monday, October 13, 2008

POR LO MENOS NO LLOVIÓ

Bueno chicos, pues ya estamos de vuelta del Caspe. Seguro que ya habréis leído en Spainbass que este año ha sido especialmente duro y Jorge y yo damos fe de ello. No es normal que más de 160 tíos saquen 70 peces en 3 días, de hecho 11 años antes en el Caspe se sacaron 1269 peces con un número similar de participantes y cuando el cupo era de 10 peces. Pero bueno, la experiencia ha sido buena, no tanto por la pesca sino por el buen ambiente que había allí y por la organización que ha sido perfecta a nuestro entender. Mandar un afectuoso saludo a Miguel Meléndez y al resto de miembros de la organización que tanto nos ayudaron las maniobras de botadura ggg.


Todo comenzó el miércoles a las 8’45 en la puerta de deportes del Poli donde esperaba a Jorge que llegaba andando. Viéndolo venir desde lejos, le hice el característico gesto de izar al barco un siluro de 50 kilos o más. Nos dieron la furgona, le hicimos un chequeo tanto a la grande (por equivocación) como a la pequeña (la nuestra), y después de un rato la matrícula y emprendimos camino. Después de comprar el avituallamiento básico en el Mercadona (para entonces Jorge ya había pisado una mierda de perro que no nos traería nada de suerte) y pasar por nuestras casas a por los trastos fuimos al chalet de Jorge y entre pitos, flautas y maniobrar una barca de casi mil kilos, emprendimos el camino a Caspe a las 13:45.


Empezaba la odisea. Los astros se alinearon en nuestra contra ya que yo no me acordé de imprimir la ruta de guiacampsa, el GPS del cuñao de Jorge estaba sin batería y el encendedor de la furgona no funcionaba, y sólo teníamos una hoja de la guía michelín que nos llevaría a Caspe pasando por Morella!!!! !¿Por Morella?!, sí, por Morella. Después de atravesar el Puerto de Querol y el de Torremiró (1.008 m) con obras de asfaltado incluidas llegábamos a Caspe a las seis y algo y nos tocó esperar a los del Valenciabass ya que teníamos la hélice del barco en una bolsa de plástico sin montar.

Después de un buen rato llegaron los representantes del Valenciabass y nos metimos 10 tíos en la hurgona del Poli camino hacia la reunión de recepción de los participantes. Leyton nos amenizó el trayecto con sus chascarrillos sus “qué hijo de puta!!” jajaja. En la reunión nos dieron una bolsita de merchandishing, nos pusieron un video del año pasado y nos presentaron al americano (Dion Hibdon) y al japonés (Hamada) el cual levantó algunas sonrisas maliciosas cuando lo oyeron decir unas palabras en castellano. Quien nos iba decir que al final iba a ganar él.







Después de volver, el molt honorable president nos montó la hélice con lección de hidrodinámica e ingeniería naval incluida (Gracias Vicente). Cenamos todos juntos y después de un rato de charla en buena compañía llegaba el momento de irse a dormir esperando el nuevo día. Pero antes nos quedaba preparar el almuerzo y la comida del día siguiente, y montar las cañas, era la 1 de la madrugada cuando nos fuimos a nuestras respectivas camas en habitaciones separadas.










Jueves día 2

Llegó el momento que tanto habíamos esperado.












Nos levantamos a las 5:45, pero ya llevamos un rato despiertos sin poder dormir. Llegamos a Mas de la Punta y aquello era impresionante. Una larga cola de todoterrenos con las barcas enganchadas esperando a ser botadas. Llegado a un punto te revisaban el vivero y los tambuchos en busca de peces ocultos y pasabas a la rampa para echar el barco al agua. Cuando les dijimos que era la primera vez que hacíamos esa maniobra no dudaron en dejarnos toda la rampa para nosotros y guiarnos para hacer la marcha atrás hasta el agua. A la primera la barca estaba en el agua y allí me vi rodeado de montones de grandes barcos y yo sin saber muy bien que hacer. Con el eléctrico fui hasta un pequeño pantalán a recoger a Jorge y comenzamos el protocolo de arranque. Todo funcionó a la primera, increíble!




A las 8:00 tomamos la salida junto con otros 9 barcos y nos fuimos en dirección a la presa intentando no dar muchos botes. Después de un rato de navegación y de que nos adelantaran todas las barcas nos pusimos a pescar en una zona que nos gustó. Al poco rato Jorge sacó una lucioperca a spinner, pero que en un primer momento pensó que sería un bass de esos tan chulos que hay por nuestras tierras valencianas, y eso es todo lo que dio de sí el día. Nos desplazamos a varios sitios pero con el mismo resultado.
Estuvimos pescando casi todo el día a crankbait y spinner y en muy contadas ocasiones con vinilo. Cuando por la tarde íbamos de regreso a la rampa con el vivero vacío nos perdimos y llegamos a entregar la plica cinco minutos antes del tiempo límite. Además de hacer porra casi nos sancionan ggg.



Después de llegar al camping hay que sacar todos los trastos, hacerse la cena y preparar todo lo del día siguiente. El resultado es que a las 11 ya estábamos en el sobre. Estabamos hechos polvo después de dormir menos de 5 horas y pescar 10 horas.



Viernes 3
Parecía que iba a ser un día jodido de cierzo. Al principio no hacía mucho aire y pescamos a gusto (aunque sin peces).








Acabamos pescando rápido las zonas batidas por las olas donde se hace barrillo en suspensión y notamos alguna picadita, viendo los primeros bassitos, pero sin resultado. En las zonas poco resguardadas se hacían “borreguitos” se trata de olas que hacen cresta como en el mar. La navegación se hacía difícil y acabamos un poco chopaos. Hasta te daban las olas en la cara. Nada más comer decidimos ir hacia la rampa porque la cosa se estaba empezando a poner chunga en el entorno de mas de la punta y preferimos sacar el barco tranquilamente porque los peces estaba claro que no daban la cara. Cuando subimos a la zona de parking hacía un vendaval importante y muchas tiras de plástico de estas de las obras que habían puesto para delimitar el parking se habían roto o soltado por efecto del viento. Cuando llegamos al camping las noticias fueron demoledoras. Todos los del valenciabass no saldrían al agua al día siguiente. De hecho, Dani y JJ ya habían salido de regreso a valencia, y Nacho Revert y Pepe Peral no llegaron al Caspe porque el coche les dejó tirados a 100km de Valencia. Nosotros decidimos quedarnos (con 2 cojones).











Sábado 4
Llegó el último día y ya estábamos bastante desengañaos del pantano. Decidimos pescar un rato al bass a ver si sonaba la flauta y luego intentar el siluro con los pikies que le gustan a Jaime. Esta vez nos subimos hacia arriba en vez de bajar hacia la presa.




La suerte cambio este día. No hacía casi aire y en la segunda recula que entramos empezamos a tener picadas. Jorge clavó algo y era un bass. Parecía pequeño pero lo medimos con la esperanza de que llegara a 30cm. Medía 26cm y tuvo que volver al agua, pero estábamos bastante animados y seguimos pescando con una concentración máxima. Antes de las 10 de la mañana ya habíamos sacado 4 basses y 3 luciopercas. Hoy puede ser el día! Le decía yo a Jorge. Que engañao!!



Estábamos tan mentalizados que ni nos acordamos de poner señuelos más grandes y ponernos a pescar el Siluro. Una de las lucipercas me dio un susto de muerte. Iba con mi crankbait color carpita y noto una picada. Enseguida dobló la caña casi al límite y se metió debajo del barco y le grité a Jorge: Es un siluro!! Y mientras ajustaba el freno el peso ascendió y subió la lucioperca de la foto, q desastre. Así siguió el día entre picada y picada y al final del día habíamos pinchao 6 basses y 5 lucipercas pero ninguno válido para pesar. Una hora antes del tiempo límite nos fuimos a la rampa. El Caspe había terminado para nosotros.














Después de recoger todo nos fuimos a la cena de entrega de trofeos la cual compartimos junto a nuestros vecinos extremeños y madrileños del SIBASS (Valdecaballeros) y Santiago Calavera. Después de hacernos unas fotos con Hibdon y Hamada nos retiramos y a la mañana siguiente volvimos a Valencia con parada de los mossos d’esquadra y todo.




































Pues esto ha sido el CASPE’08. La experiencia ha sido buena pero a nosotros si nos perdemos que no nos busquen por allí.

P.D.1. Queremos agradecer a Miguel Meléndez y a toda la organización todos los medios y las ganas de trabajar que ponen a este evento. Lástima que los peces estén ausentes.

P.D.2. También agradecer a Vicent que nos dejara su barco para ir al Caspe y a la Universidad Politécnica de Valencia por su apoyo logístico y económico.

P.D.3. Mandar también un abrazo a nuestros vecinos del SIBASS Ricardo e Iván Martínez, y Jose Alejandro y Andrés por los buenos ratos de charla y por su apoyo logístico en forma de cargador de móvil y frontal de leds para montar la hélice.















P.D. 4. Os dejo un vídeo del pez más grande que se enganchó en Caspe. Fue doblete jajaja.