Wednesday, July 06, 2011

Mis polluelos y yo, esta vez en Contreras

Tras comerme una porra en el concurso del VBC que reafirmaba aquella ya mítica frase de "The Guardian":

¡Qué injusta es la pesca!

engañé vilmente a mis polluelos para hacerles ir a Contreras por motivos estrictamente personales. Así que con el gusanillo de resarcirme de la porra, llegamos a la rampa de Villargordo a las 10:30. Para variar había el típico coche aparcado en la rampa a 3 metros de la orilla. NO COMMENT.



Así que tras botar la barca a 54x2 subimos dirección a la Pesquera, encontrando un barco por estribor al pasar la récula del camping. Fuimos directos a la récula del "sherpa touero". A los pocos lances, en la punta de entrada a la récula tuve clavado un pez de aproximadamente 1.5kg con un jig de Jewel de 7/16oz color brown que se me escapó mientras lo peleaba. Una lástima, pero la cosa empezaba bien dado que ya eran más de las 11 de la mañana.

Conforme entrabamos en la récula se veía un patrón claro. Los peces que se podían ver estaban en zonas a la sombra con transición rápida a zonas más profundas. En una zona de esas fallé un pez kilero que entró a un sexy impact de Keitech en color chartreusse shad mientras se movía por encima de una losa de piedra. Es bien sabido que la interacción de los señuelos con la cobertura o el fondo provoca en muchas ocasiones la picada del bass.

Seguimos avanzando hacia dentro de la récula. No lo recuerdo, pero seguramente sacariamos algún "sardinote" (del manchego-by-the-guardian al inglés sería keeper).

La cuestión es que hacía un calor infernal y no se podía estar allí encima de la barca. Así que Andrés ni corto ni perezoso se tiró al agua e hizo una de las suyas embocando el crankbait de mi hermana.




Buscamos las sombras del fondo de la récula para comer. Allí nos encontramos con muchos nidos de percasoles donde se podían ver las huevas. Era curioso ver como los percasoles defendian ferozmente su nido de un palmo de diámetro.

Estabamos allí cuando apareció una pareja de basses buscando un lugar para frezar. Seguramente la hembra (por su tamaño) sobrepasaba los 2kg se quedó al lado de la barca. Probé con todo, pero no pude hacerle picar.



Comimos el pisto que nos había preparado mi madre y siguiendo la filosofía de "The Guardian" aconsejé a mis polluelos que echaran una siesta reconfortante para afrontar con energías renovadas la tanda de pesca vespertina.

No lo he comentado, pero ya sabéis que mi "cuñao" es monoseñuelo, crankbait de profundidad y cuando más grande el babero, mejor. Eso es innovación y lo demás, tonterías.

Cuando mis polluelos despertaron, fuimos saliendo del fondo de la récula por la parte derecha. Creo recordar que mi hermana sacó algunos basses pequeños pescando a drop-shot y con ika. Yo insistía con jig, y probaba con crankbait y spinner. Al final, en una pequeña récula y cuando menos me lo esperaba, lanzó el jig dentro de una cobertura y noto una picada. Pensaba que era pequeño, porque era lo esperado, pero no. Tras clavar, el pez se arranca con fuerza hacia el centro de la récula a gran velocidad. Era bueno. Tras unas carreras por debajo de la barca, la custom rod by Revert & Son no da tregua, y Andrés alias "sacadera man" hace el resto para subir el pez al barco. Un precioso pez de 1.93kg era la recompensa a las horas pasadas en Contreras.




Después de sacar este pez fuimos volviendo por la parte de sombra ya encarando el viaducto. Para nuestra sorpresa todavía se oyen motores no eléctricos en Contreras, y es más, se ponen a pescar al lado de los que van a eléctrico: "Pá flipar". Estando allí sacó mi hermana un luciete con una spinner.

Volvimos por la orilla de la derecha para que mi "cuñao" se entretuviera pescando los cortados que tanto le gustan. Allí fue donde otro pez de talla de 1kg aproximadamente entró de nuevo al jig de Jewel en color brown.



De ahí fuimos directos a la rampa para dar por finalizada la jornada de pesca. En conclusión, el pobre de Andrés, el pescador monoseñuelo, se comió una porra como se veía venir y mi hermana sacaría unos cuantos bassetes y un luciete.

La MegaPorra

Por fin ya había llegado el día x. A las 7 de la mañana ya tenía a Pardo regándome las plantas de la parcela de al lado de mi chalet. Como no podía ser de otra manera salieron mis perros a recibir al fisherman del Emperador.

Cargamos trastos en su Jeep y nos dirigimos hacia Casas de Ves, pero antes paramos en el horno de mi suegro para que pudiera probar más tarde las mejores pelas de la contorná.

A las 9 de la mañana llegamos a su pueblo donde nos esperaba la bass-boat y los padres de mi compañero. Al entrar por un momento pensé que estaba en los boxes del equipo Ferrari donde Pardo, starring as Fernando Alonso, preguntaba:

"¿Baterías?"

y el señor Damaso (padre y jefe de mecánicos) respondía:

"¡Cargadas!"

A esta comprobación siguieron otra tantas ruedas, hinchadas; rodamientos, engrasados; bujías, sustituidas; deposito de aceite, lleno…

Mientras tanto, los padres de Pardo y yo nos comíamos las pelas, Pardo seleccionaba las cañas y el material que iba a llevarse. Difícil elección, ya que es el almacen oficial del distribuidor en España de Bass ProShop y Tackle. Seguidamente enganchamos la Tracker, y con la fiambrera de comida que tuvo la delicadeza de prepararnos su madre nos dirigimos hacia nuestro destino LA COPA MEGABASS.

Al pasar por Casas Ibañez, más concretamente delante de la antigua Melody, nos dimos cuenta de que no nos podiamos ir a la batalla sin la bendición y los sabios consejos del gran Emilio, más conocido como “The Guardian”. Nos pasamos por su taller, lo que incluyó foto, bendición y un ofrecimiento para llevarnos sus señuelos fetiches (gran detalle de compañerismo que le honra). En esos momentos no nos dimos cuenta que él tenía parte de la clave.



Después de 5 horas de carretera llegamos a embalse de Cijara. Dejamos los bártulos en la casa que había buscado mi compañero y nos fuimos a desinfectar la embarcación. De ahí marchamos a Helechosa, más concretamente a la terraza del bar “La barca” donde se comentarían las bases de la competición. Desde esta terraza se tienen unas vistas impresionantes del embalse ya que el embalse se encuentraba al máximo nivel. Allí habiamos quedamos con dos promesas del Bass Utiel: Víctor y Josema. Mi compañero me comentaría que estaba hipermotivado y eran muchas las personas allí presentes que eran muy conocidas en el mundillo de la competicion.

Como la presentación se retrasaba más de la cuenta decidimos irnos a cenar con dos compañeros del Valencia Bass Club: Paco Llorens y JJ, los cuales acabarían alojados en nuestra casa.

PRIMERA MANGA

Por fin suena el despertador a las 6 de la mañana, hemos dormido pocas horas pero tenemos unas ganas locas por que empiece todo. Al llegar a la orilla del embalse empezamos a darnos cuenta del nivel que allí se respira, sobre todo en el tema de barcos: Nitros, Rangers, Stratos…Mercury, Yamaha, Evinrude…pero todos tenían algo en común de 90 a 300 CV. Recogimos la plica y la rata-bolsa del picnic. Llevábamos el numero 38 y saliamos de los primeros

Bocinazo, choque de manos y ¿para dónde tiramos?, pues para la zona derecha de la presa mismo. Pero a los 500 metros, Pardo estaba impaciente y paramos en una zona con árboles. Por desgracia allí no se cumplían las reglas de Cortes: PARDO+IKA=BASS RÉCORD. Arrancamos, miramos por el retrovisor y salimos a tope con la Tournament, pero por mucho que tiraba el 90CV veías como nos pasaban los Formula 1 de Cijara. Eso sí, la estabilidad de esta embarcación es inmejorable y con un 150CV que admite no tendría que envidiar a ninguna barca de las allí presentes.

Paramos en unas puntas de piedra con mucha profundidad, les lanzamos paseantes, crankbaits, spiners, cangrejos, lombrices, ikas… y entonces Pardo con unas bolas bien inflamadas dijo:

“Paquito, la llevamos clara, te lo digo yo que de esto entiendo un poco.”

Y yo pensé pobrecillo, las anginas estas le están dando fiebre. Tiramos a arrancar y va ser que no, las baterías estaban agotadas, menos mal que con las pinzas y las del eléctrico íbamos tirando, pero con la desgracia de no poder encender la sonda. En esos momentos eche de menos a la avispa.

Pasamos las horas probando orillas enfocadas al sur, este, oeste y norte, réculas, puntas, islas, piedras, árboles, algas, a texas, drop, power-fishing…Después de COMER (si habéis leído bien) pescando a shaky con una curly-tail pumpkin logramos sacar más de 20 peces con una talla entre 28 y 31 centímetros ¿Dónde estabas los peces de más de 32 cm?, entonces me dí cuenta que se estaba cumpliendo la maldicion del enano:

“A la MegaBass irás y una porra te comerás.”

Había llegado la hora del pesaje. Nos tumbamos en la bañera de la Tracker y dejé que Jose llorara sobre mi hombro. Intentaba consolarlo, pero no había manera. Hasta que apareció por allí un guía de color, que con un comentario que nos hizo, consiguió despertar su ansia depredadora y un gran calentamiento de cabeza:

”He dado con el patrón hace 2 horas, he sacado 4 basses y se me ha escapado uno de más de 2 kilos, están en un lugar que no les toca para esta época del año, entran como barracudas.”

El fisherman especialista en sudokus y crucigramas dijo:

“Ya esta claro, paseantes en playas.”

y yo pensé, no es la fiebre sino el sol que le ha pegado bien.

La primera manga la ganaron unos portugueses con más de ocho kilos y entre los cinco primeros Vicente y Rafa, veteranos pescadores del Alberique que por desgracia no hemos tenido el placer de conocer. Paco y JJ con su bonita Z6 lograron sacar 2 basses. Victor y Josema capturaron 4 peces, de los cuales sólo pudieron pesar 3 y uno les penalizó dejándolos sobre el puesto 70. Estos peces parece mentira, pero a veces menguan. Nosotros seguíamos hundidos en la miseria y encima teniendo que aguantar a un maldito niño comentándole a todo el mundo la porra que habíamos hecho y creyéndose dj pinchándonos temas sin parar.

SEGUNDA MANGA

Con la moral por los suelos por nuestra parte, los dos equipos del Valencia Bass Club ibamos a afrontar la jornada del domingo. Desayunamos, recogimos la casa y nos dirigimos hacia la orilla del embalse. Cuando daban el bocinazo de salida a nuestros amigos del Bass Utiel no les arrancaba el Mariner, intentamos ayudarles a solucionar el problema, pero al final tuvieron que recurrir al mecánico de la organización.



La jornada dió poco de si en cuanto a capturas, solo un pez de medida de 34cm que sacamos a drop-shot con un shap shade.



Al final de la manga dimos con unos cuantos peces de buen tamaño que no fuimos capaces de capturar, lo curioso es que estaban a apenas 100 metros del embarcadero. Una hora antes del final de la prueba recibimos una llamada de nuestros compañeros comentándonos el bolo que se habían comido. Decidimos sacar las embarcaciones para no tener que hacer cola.

De vuelta a casa recibimos una llamada de la ley de Cortes interesándose por el puesto en el que habíamos quedado. Al que le respondí con una sexta posición gracias a su señuelo fetiche (senko amarillo) que lo gastamos con un aditivo especial extraído del interior de Pardo. El bueno de Emilio se alegró al ver la buena posición obtenida y conseguí que Pardo llorara, pero de risa. Bromas aparte ha sido una experiencia muy buena pero con malos resultados en cuanto a capturas de bass, ya que lucios mi compañero sacó unos cuantos. En todo caso, una cosa es segura: “Volveremos a Cijara”.