Monday, March 30, 2009

Una más para la colección... Se cumple una década!





Empecé a pescar bass el último fín de semana de abril de 1999 cuando tenía 16 años. Era un joven pescador de carpa y sobretodo trucha. Pero aquel fín de semana cambió mi vida para SIEMPRE. Empezaba una nueva etapa en mi vida, después de aquel día ya nada volvería a ser lo mismo. El bass y yo íbamos a permanecer unidos a lo largo de los años.




Como de costumbre, era mi padre el que me llevaba a pescar mientras él salía a caminar. Recuerdo que era un día típicamente primaveral, y nunca había pescado en un embalse y pocos días antes no sabía ni lo que era un bass, no tenía ni idea de como eran...




Allá que puse un rapala Fat Rap que acababa de comprar y que me costó 1200 pesetas. No llevaba mochila, sólo una pequeña botellita de agua metida en el ancho bolsillo de mi pantalón de campamento, pero también llevaba otra cosa a parte de mi caña de dos tramos de trucha... se trataba de un recipiente de color verde claro con unos cuantos orificios que utilizaba para meter los gusanos cuando antiguamente pescaba en el mar. Ese recipiente lo llevé atado a mi cinturón todo el día, ya que allí aguardaba mi señuelo favorito de la trucha: un pequeñísimo rapala Original flotante.




Al poco de empezar a pescar, empecé a ver peces en el agua, reconocí a las carpas, pero había otros más negros y pequeños que no sabía que eran, pero intuí que eran basses. Lanzaba mi Fat Rap y lo seguían sin atacar, seguía intentándolo pero siempre era lo mismo. La verdad es que no intentaba que no me vieran, hasta que probé escodiéndome... al poco rato y casi sin mirar al agua detrás de unos matojos lanzo y de pronto noté una picada, recojo a toda paleta y aquel bass que estaba al otro lado de la línea saltó fuera del agua y se fue... Lamentablemente era hora de volver a casa, donde reflexionaría sobre lo sucedido, por aquel entonces ya elaboraba mis "estudios de pesca", en este caso para la trucha principalmente.


Llegué a casa y me pasé toda la tarde lamentándome y pensando en lo sucedido, estaba acostumbrado a ir al río y sacar cada día varias truchas, me sabía muchos trucos para hacerlas picar, pero con el bass no supe hacer lo mismo...




Pasó el tiempo, abandoné definitivamente la pesca del resto de especies y me centré únicamente en la pesca del bass. En ese 1999, concretamente en septiembre y tras 6 salidas tras la perca negra, conseguí pescar mi primer gran bass. Pesó la friolera de 2550gr, era el comienzo... el veneno corría por mis venas.




Con el tiempo fui aprendiendo, llevándome alegrías y penas, aunque para mí cualquier día de pesca tras el bass siempre era una alegría, al igual que actualmente. Tuve la suerte de viajar mucho por toda España y competir en multitud de embalses y contra los mejores pescadores de España. Además tenía unos amigos y compañeros fantásticos. ¿Qué más podía pedir?




Aunque os parezca imposible, recuerdo todos y cada uno de mis días de pesca desde 1999 (algunos sabéis que esto es cierto). Evidentemente hay muchos en los que tendría que mirar mis "apuntes" para recordar ciertas cosas, pero sí, es así. Yo creo que no se trata de tener memoria (mis padres y mi novia siempre me dicen que tengo memoria selectiva), sino de que en este caso es algo que me llena y es mucho más fácil de recordar que otras cosas. Y de eso ya van 10 años, pues estamos a finales de marzo del 2009.




Sin duda, lo que más me gusta recordar al igual que a todo el mundo, son aquellos días especiales, aunque eso en mí es difícil ya que como he dicho para mí todos los días tras el bass son especiales, los espero, los deseo... Por ello lo dejaré en aquellos días extraordinarios, en los que los basses grandes han sido los protagonistas, y en los que vuelves a casa con las manos hechas polvo.




Esos días extraordinarios ocurren con poca frecuencia, pero nos llenan de satisfacción, por ello todos soñamos con un día de esos. Yo no sé si he tenido más o menos días extraordinarios que otros pescadores, ni me importa, pero afortunadamente cada vez más disfruto de días así. Es lo que podemos llamar una pescata o pesquera.




Este pasado sábado quedé con un buen amigo para ir tras el bass, es un amigo que ha empezado recientemente con el bass. El embalse era el mismo que 10 años atrás me deparó aquella jornada triste y de rabia en la que perdí mi primer bass.


No sé porque, pero tenía una corazonada, era el fín de semana en el que se cumplía mi 10º aniversario tras el bass. Le dije a mi amigo, llévate la cámara porque mañana será un día que recordarás siempre...




No voy a entrar en detalles de lo que fue la pesca el pasado sábado ya que sería romper un poco con este relato, pero os pongo el resultado dos fotos que hablan por sí solas:




Nº Peces de talla = 12.


4 basses de la foto = 8´8kg




Espero que disfrutéis de este relato y de las fotos. En efecto, se cumplió la corazonada. Fue un día extraordinario. Feliz 10º Aniversario!!




Sunday, March 29, 2009

Cortes empieza a despertar

Érase una vez dos intrépidos pescadores de bass que bajo la enigmática luz de la luna de Valencia deciden convoyarse para ir al día siguiente a pescar a uno de los mejores embalses de España para la pesca del bass. En ese momento uno de ellos estaba compartiedo la velada con los compañeros y amigos del Valencia Bass que al anunciarles la buena nueva, dejaron de serlo y casi lo arraparon, ¿envidia?, pero sana, ¡eh, Alex! :-) Mientras tanto el otro compañero de viaje se afaenaba en una escrupulosa preparación de su equipo de pesca para el día siguiente, acompañado por el nerviosismo de ir en barca al día siguiente.

En fin, que Cisco y yo nos fuimos a pescar a Cortes. Cisco ya había estado en Cortes el miércoles de esa semana por la tarde y había sacado unos cuantos. Estuvo por la zona de la récula de la casa en el Ral y los peces dieron la cara.
Me he tomado la libertad de hacer una selección de las fotos más representativas de ese jornada de Cisco. Con ese precedente pensaba que los peces estarían activos incluso por la mañana, pero habría que verlo.

Volviendo a la jornada que nos atañe, quedamos temprano, a las 7:00 y fuimos en busca de la barca a la que todavía teniamos que montarle el motor de explosión. El último día había estado en Escalona con Crespo y tuve que desmontarlo. La cuestión es que entre unas cosas y otras, a las 9:30 estabamos surcando las aguas de Cortes dirección a la zona del Ral. Hicimos una parada corta en la zona de la presa, en la récula más emplayada que hay a la derecha donde pega el sol. Para mi sorpresa vimos un par de basses pululando por la orilla, aunque no los pudimos hacer picar porque básicamente me eché encima de ellos con la barca. No me esperaba que estuvieran allí.

Seguimos hacia el Ral y nos metimos en la récula de Prebetón en la orilla donde pega el sol a primera hora de la mañana. El problema era el viento, que aunque no era excesivo, no nos permitía una pesca lenta a fondo como requeriría la ocasión. Así que tras probar un poco con jig y a texas, Cisco montó una spinner y yo un crankbait y batimos un poco de orilla hasta que llegaramos hasta una récula sin viento. Y así fue como Cisco clavó un luciete.
Tuvo otro lucio que también le siguió la spinner, pero no le llegó a picar.

Y así nos metimos en una récula pescando con ika y a texas, y nos sorprendió ver un par de basses en diferentes sitios, pero los dos a la sombra y picando a nuestro señuelos, aunque no conseguimos clavarlos.

De ahí nos fuimos a la récula de la casa, donde había estado hace unos días Cisco, y paramos cerca de la punta de los Franco por la derecha. pescamos despacio con jig y a texas, pero nada de nada. En ese momento llamó Crespo que pensaba que su primo estaría pescando en la soledad pateando las orillas, cuando para su sorpresa oyó mi voz, el corazón le dió un vuelco, seguro que pensó que eramos unos cab...., jajaja.

Así seguimos hasta la zona de cañas que hay en esa récula, ahí clavé un bass pequeñete que estaba a la sombra de las cañas caídas sobre el agua con un fat ika smoke w/ silver flakes, pero como iba a ser un continuo en ese día, no lo clavamos bien y se escapó. En ese mismo sitio Cisco tuvo otra picada a un jig pero era muy suave, me comentó que creía que eran de lucioperca. Así que nos pusimos a pescar despacito esa zona a ver si sacaba alguna (para mi madre). Tuve varías picaditas, pero cuando daba la mano no conseguía clavarlas. Lo mismo le paso a Cisco.

Seguimos por esa orilla, y más tarde tuve una picada al ika por parte de un lucio, pero se soltó. Llegamos debajo de la casa, pero nada de nada. Nos pasamos a la récula que está enfrente de la casa y que es una plataforma a unos 3-4 metros pescándolo a texas despacito, pero ni picada. Hasta ese momento sólo Cisco fue capaz de sacar un lucio, pero yo me estaba comiendo una porra como una casa. Aaagg! Así que lo mejor era parar a comer y replantearnos la estrategia para la tarde.

Mientras compartiamos una agradable tertulia de sobremesa a la sombra de los pinos, un bass apareció de la nada y se acercó a la barca con curiosidad, jeje, los peces parecía que se estaban activando. Así que nos embarcamos para la sesión vespertina. Pescamos por la orilla con jig y a texas, en eso que al desenganchar de la orilla mi jig, vemos un bass a la sombra de un árbol caído. Lo habiamos asustado, una lástima. Montamos ikas y fuimos en busca de basses que estuvieran puestos por las orillas.

En esto que saliendo de esa récula y antes del primer puntal, estabamos pescando con ika. De repente, Cisco me dice que lleva uno, creo recordar que era el mismo que se hallaba en la sombra unos minutos antes. Lo sacamos, era el primero del día, bien, bien.

Seguimos un poco y dejo caer el ika cerca de un árbol hasta el fondo sin picada. En eso que estoy recogiendo sin mirar el señuelo y cuando ya estaba mirando el próximo lugar donde colocar el ika, noto un brusco tirón, ¡ostias, qué pasa!, tenía un bass de 1.6kg enganchado y peleando como una bestia. Esta vez lo sacamos. Estaba gordísima :-)

Esos basses fueron el pistoletazo de salida para el espectáculo que Cortes nos tenía preparado. Entramos en la siguiente récula a la izquierda. Había una banda de plantas acuáticas paralelas a la orilla que nos acompañaban por esa récula. En eso que vimos un bass paseando por la orilla, le tiramos el ika, no recuerdo si Cisco o yo, la cuestión es que el bass picó pero no lo clavamos. Cisco cada vez que fallaba uno, le daba un disgusto, a mí también, pero yo era menos expresivo :-)

Seguimos hacia dentro de esa orilla, y diviso un bass pequeñete pululando entre la orilla y la banda de plantas acuáticas, por hacer una gracia le tiro el fat ika, que era la mitad que él, para ver su reacción. El bassete sale disparado hacia el ika, pero cuando está a escasos centímetros de él, sale disparado en sentido contrario, entrando en acción una gran sombra negra, ahí estaba el 3000 en mi imaginación. Noto la picada y veo que aquello se da la vuelta y acto seguido clavo. Empieza a pelear enredado en las plantas acuáticas, pero no era tan grande, más bien era un 1600 :-) al final lo sacamos.

A partir de ahí, eso fue un no parar de ver basses de 1-2kg por las orillas y que entraban a nuestros ikas (aunque creo que entrarían a lo que fuera), pero no conseguiamos clavarlos. Fallamos muchos peces, parecía increíble. Llego un momento es que estabamos rodeado de basses por todas partes y nos estaban mareando, no picaban bien y lo mejor era buscar otros. Salimos de esa récula para entrar en otra. Veo un tocho y le digo a Cisco que le lance él, le tira, sale disparado el bass que pesaría más de 1.5kg a por el señuelo, lo coge, se da la vuelta, Cisco lo clava, pero se escapa, aaaahhhh! estabamos fallones, en esa récula vimos otros tochos, incluso un lucio, pero que no conseguimos hacerlos picar o me los comí con la barca y se asustaron.

Y así fuimos pescando por la orilla con basses por doquier, hubo uno de 2kg que le tiro el ika lo coge, lo clavo, pero se lo saco de la boca, creo que el fallo estaba en la forma de clavar, pues no lo hacía en perpendicular al agua, una lástima. La cuestión es que al final esto de no sacar no podía durar mucho, Cisco entró en racha y sacó uno:

y otro:

y otro más, estaba disfrutando como un enano:

Yo tampoco podía quedarme atrás y pescando por la récula que está saliendo de la zona de pesaje a la derecha, pues también tuve la ocasión lucirme:

y ya anocheciendo, pero antes de que se cumpliera la hora normativa después del ocaso:

Estos dos últimos basses tenían los ojos de un color naranja intenso, lo cual anunciaba que la llegada de la freza de nuestro amigo estaba empezando. Era increíble, una semana antes había estado con Crespo en Cortes y nos habiamos comido una porra, pero en una semana los peces se habían activado de una manera que era difícil de predecir. Eso sí, fue por la tarde después de todo el día calentando el sol. Creo que ni Cisco ni yo olvidaremos este día, era como ver la punta del iceberg de la población de bass en Cortes, estaban por todas partes paseando por la orillas en parejas y tríos, pequeños y grandes, aunque me extrañó no ver ninguno espectacular claramente por encima de 2kg. Otra cosa que pienso ahora es que sinceramente creo que daba igual qué señuelo utilizaramos dentro de unos límites razonables. Ante una presentación finesse los peces activos salían disparados y los que no, ya podías ofrecerle lo que quisieras.

Pues eso fue todo lo que nos deparó Cortes en una tarde para el recuerdo. Seguro que Cisco se acordará de esos basses cuando el finde que viene esté pescando en Caspe.

Monday, March 23, 2009

Escenario del Bassmaster Classic UPV (2)

Pues eso, dado que en los últimos días los basses estaban jodidos en la mayoría de embalses, mi compi Ferrús y yo nos juntamos por primera vez este año en busca de una mayor probabilidad de éxito. Escalona era el destino.


El día fue muy similar tanto al día que fuimos Jorge y yo, como al día en que fueron Crespo y Jorge, así que poco hay que comentar.


Os pongo algunas fotos y a cascarla. ;)


Besos y abrazos.













Sunday, March 22, 2009

Cortes no, Escalona sí

Me había comprometido con Juan en ir en estos días de Fallas algún día a pescar y así lo hicimos.

El primer día fuimos a Cortes. Quedamos a las 10 en la gasolinera de Buñol, como señores, y nos fuimos para allá. Hacía muy buen día como últimamente, pero ya sabiamos que los peces estaban muy muy duros por el cambio brusco de temperatura.

Cuando estabamos botando la barca llegó un tío en un escarabajo con un aspecto que me recordaba a Elvis Presley. Sin embargo, llevaba música heavy, una mezcla explosiva. Se desnudó quedándose sólo con los calzoncillos y se zambulló en el agua a 9 grados. Pegó unas brazadas y para fuera. Allí también estaban los incombustibles abuelos del embarcadero pescando luciopercas.

Salimos para la zona del Ral y nos pusimos a pescar de la misma manera que hace unos días nos había dado peces. Empezamos en la zona de transición entre la récula de prebetón y la récula de la casa. Yo monté un skitter-grub smoke with orange/red/green flakes y Juan, un cangrejillo. Poco después se levantó el viento, y nos fuimos a la récula larga del prebetón, allí ni picada. Salimos y nos fuimos buscando réculas refugiadas del viento y donde el sol hubiera incidido la mayor parte del día, pero no tuvimos picada. De ahí nos fuimos a las réculas de la casa, nada de nada. De ahí subimos a la zona de la isla, y la orilla de enfrente un poco más arriba con crankbait y jig, pero el viento no nos dejaba pescar. Así que hicimos un receso para comer en la isla.

Volvimos a la récula que hay cuando salimos de la rampa de pesaje a la derecha. Pescamos despacito, yo seguía llevando el skitter grub que tan bien me había funcionado hace unos días. Llegamos a la segunda récula pequeña y en eso que tengo una picada, más que una picada se me llevó el hilo y cuando intenté clavar, le saqué el señuelo de la boca. ¡Qué rabia! Fue culpa mía, no me aseguré de que el anzuelo estuviera suficientemente superficial para clavar al dar la mano, y pasó lo que tenía que pasar. La única picada en todo el día, y la fallo. Insistí en la zona, pero nada. Seguimos por esa orilla probando y probando, pero no tuvimos más picadas.

Para finalizar, pescamos la récula de la casa, sin picada. Así que "repleguem banderetes i cap a casa". Fue muy fustrante no sacar ni un sólo pez, sinceramente debería hacer probado más cosas, pero me empeñé en que lo tenía que sacar con skitter-grub y no fue así. ¡Cómo hecho de menos no tener más cañas! A ver si me traen de una vez por todas la caña nueva. Me supo mal por Juan que no tuvo ni picada en todo el día, así que sabiendo que mi compañero Miguel se iba "pal pueblo" este finde, le propuse a Juan resarcirnos yendo a Escalona que era más seguro que Tous.

Y así fue, otra vez como señores quedamos a las 10, esta vez en la gasolinera BP del desvío de Montroy-Montserrat (517A). Cuando llegamos a la rampa había un coche en medio de la rampa, ya sabéis lo que diría Leyton sobre este individuo. Botamos la barca como pudimos y empezamos a pescar la récula de la derecha de la rampa con jigs en color marrón de 3/8oz y color green pumpkin de 7/16oz. Empecé pescando las orillas y Juan pescaba más separado de la orilla. Al tercer lance de Juan en un árbol sumergido separado de la orilla, tiene un picada y tras clavarlo, empieza a pelear con él. Era curioso ver a Juan levantar la caña por encima de la cabeza, como él luego dijo, como si estuviera cobrando una trucha en un río. Obviamente, el pez saltó fuera del agua pero por suerte no se desenganchó. Le aconsejé que evitara que el pez saltara fuera del agua y que agachara la punta de la caña mientras recogía. Finalmete agarré el pez y lo icé a la barca. Era bueno, pesaba 1.650kg, y era el récord personal de Juan hasta la fecha, al menos el primero que pesaba.

Seguimos por esa récula sin picada, y enseguida le dije a Juan de cambiar de récula y subir a la récula larga de Escalona. En nuestra andadura paramos en la récula pequeña que hay enfrente de la presa y tras quedarnos un rato al final de la récula, Juan tuvo una picada, bueno, tuvo una secuencia de picadas que al final lo impulsaron a dar la mano y sacar uno pequeñete que no llegaba al kilo.

Subimos hasta la récula empezando en la orilla de la izquierda sin picada. Pasamos la zona de cortados y los primeros árboles sumergidos. En uno de ellos tuvo Juan una picada, pero no lo clavó. Pasamos esa zona de árboles sin picada, y en eso que Juan pescando a unos 5 metros de la orilla casi en vertical tiene un picada, pero esperando a que le repita pasa un tiempo, en eso que le vuelve a repetir hasta 2 veces más (no deberíar esperar tanto). Tenía el jig casi en vertical debajo de la barca, en eso que clava y empieza a pelear, lo sube hasta la superficie, era bueno, tan grande como el otro aunque de tonalidades más claras. El pez le hace un par de cambios de sentido y se suelta, ¡aaahhhh, qué rabia! Una verdadera lástima, era un pez muy bueno y se había soltado al lado de la barca. Habiamos llegado a la conclusión que los peces no estaban en las orillas, estaban a unos 5-10 metros de la orilla en puntales, así que me pongo a pescar así y en 20 minutos sacó dos peces pequeños. Eso sí fueron picadas muy suaves, pero ahora había estado mucho más concentrado. Seguramente habría tenido en el día alguna picada más, pero no lo habría clavado por no estar seguro.

Llegando hacia el final, una zona de hierbas verdes por las orillas, al lanzar encima de un puntal y dejando caer el jig por la pendiente, noto, ahora sí que estaba en guardia, una picada sutil acompañada de un peso a la otra parte de la línea. Clavo y por fin, esté era algo más grande 1.350kg. En ese momento en la récula teniamos un par de furtivos que cuando nos vieron sacar el pez nos preguntaron si se lo dabamos.....los mandé a la pescadería a comprar pescado. Tras este pez paramos a comer porque ya iba siendo hora.

Después de comer bajamos por esa récula pescando ambas orillas sin éxito. Nos pasamos a la récula de enfrente cruzando el embalse y subimos hacia la cola sin picada. Pescamos los árboles del final de la derecha con el viento en contra y con aguas muy turbias sin picada. Así que fuimos bajando parando en la récula donde hay una construcción como un puente. No tuvimos suerte en esa récula y nos fuimos para la rampa de desembarque para irnos a casa. En esta ocasión puedo rememorar con mucho gusto la ya mítica frase de Jaime: "Ese olor a pescado en tus manos cuando te vas a casa, ese, ese es el olor de la victoria". Fue un dia bueno, con picadas y sacando peces aquí y allí, además Juan pescó su primer bass desde barca y con jig. Disfrutamos como enanos.

Bueno, esta es la última crónica del periodo fallero donde me he pasado más tiempo pescando que nunca. Hagamos un breve resumen desde el primer día que fuí a pescar (sábado 14) hasta el último (viernes 20):

- Sábado 14 con Miguel en Cortes sacamos 5.
- Domingo 15 con Vicent en Escalona sacamos 5.
- Martes 17 con Miguel en Tous sacamos 3.
- Miércoles 18 con Juan en Cortes sacamos 0 (porra).
- Viernes 19 con Juan en Escalona sacamos 5.

Es decir, 5 días de pesca en 7 días naturales, agotador pero gratificante :-)

Wednesday, March 18, 2009

Tous, espectacular

Esta crónica comienza cuando mi compañero Miguel y yo decidimos ir a Tous en busca de la tabarda de 3kg de la que tanto se habla. Cuando llegamos al embalse el nivel era increible, el agua había sumergido árboles y arbustos verdes lo cual creaba espectaculares coberturas para el bass. Tras hacer unas cuantas fotos para el recuerdo en la rampa de desembarque iniciamos nuestro viaje hacia los confines de Tous.

Decidimos ir subiendo el río hasta la arboleda pero tras pasar el primer cañon a la derecha nos pusimos a batir orilla con crankbait. No lo pudimos evitar, las coberturas que había en el embalse eran increíbles y parecía que había un bass en cada una de ella. En este viaje vimos algún bass que pululaba por la orilla. Mientras llegabamos a la arboleda, alternabamos el crankbait con el jig y algún vinilo a texas para pescar los árboles sumergidos. La claridad del agua te permitía ver a varios metros de profundidad, el problema era que el bass también te podía ver.

Por fin encontramos un bass que al tirarle un jig de 7/16oz lo sigue hasta al fondo, lo absorbe, clavo pero lo fallo. Estaban comiendo muy mal y estoy sería una rutina para el resto del día.

Era curioso notar que nuestro señuelo nunca tocaba el suelo en algunas zonas, siempre caía sobre una rama, un arbusto o lo que fuera. Además observamos que los basses estaba pegados al fondo debajo de esas coberturas en las réculas más cerradas y menos expuestas al viento. Y siguiendo este patrón fue como mi compañero Miguel sacó uno con una lombriz a texas en una récula de la arboleda. Vimos más basses pero ninguno estaba por la labor de picar.

Seguimos por esa orilla probando de todo: kut-tail, skitter-grub,
jigs de diferentes colores y trailers, pero nada de nada. Así que decidimos cruzarnos a la orilla de enfrente de la arboleda. Allí empezamos a batir orilla, Miguel con un jerkbait duro y yo con un crankbait, hasta que en una pequeña récula sale un bass desde abajo y engancha el jerkbait de Miguel. Era bueno, lo sacamos sin problemas, estaría en 1.8kg.


Seguimos pescando esa orilla donde ya pegaba un poco el viento con jerkbait y spinner, pero nada de nada. Hasta que llegamos a una récula donde había la típica cobertura de un árbol que cae sobre el agua creando una cueva para el bass. No lo pude evitar, cogí la caña que tenía montado un fat ika, hago el péndulo y se lo coloco debajo. Empieza a caer el señuelo, y de repente la trayectoria de la línea cambia y empieza a salir hacia fuera del árbol a la vez que noto unas vibraciones, jeje, ya estaba ahí. Pam, clavo y empieza a pelear, no duro mucho el combate, lo subí y Miguel lo izó a la barca. Por fin había sacado uno, bueno una. Estaba gorda como una pelota, así que tras las fotos de rigor, con un cariño extremo la devolví al agua. Es bonito ver como todos estos peces presentaba una apariencia muy saludable, una aletas perfectas y unas tonalidades oscuro verdosas muy bonitas.

Tras ese pez comimos en una récula tranquilamente mientras las carpas
deambulaban arriba y abajo. Salimos de la récula y seguimos pescando por esa orilla un poco más. En eso que en una playa de 2-3metros Miguel sacó 3 lucios seguidos, 2 de 1.5kg y uno pequeñete del pasado año. Había habido buena freza :-) Después de eso entramos en alguna otra récula pescando con jerkbait y vinilo, pero nada de nada.


Así que decidimos ir volviendo por la orilla de la arboleda que habiamos pescado esta mañana, ya que allí estaba pegando el sol todo el día. Pues no tuvimos mucho éxito, sólo mi compañero tuvo una picada que falló, los basses estaba comiendo muy mal y poco a poco fuimos volviendo a la rampa.

Cuando llegamos nos encontramos una furgoneta en medio de la rampa con una barquita superchula. Era muy raro, no había nadie, estaba la barca preparada para el viaje de vuelta incluyendo dos motores eléctricos nuevos. Sacamos la barca sin problemas, y cuando nos ibamos a ir, llegó un coche con el pobre dueño de la furgoneta+barca que resulta que la furgona había muerto tras sacar la barca y no pudo moverla. Menos mal que se podía pasar sin problemas.

Así que pasamos un día fenomenal con poco viento para lo que es Tous, y aunque los peces estaban raros y no picaban bien, al final sacamos peces, vimos un Tous para el recuerdo y tomamos el sol.

Sunday, March 15, 2009

¿Concurso en Escalona?

Al lector de esta entrada se le recomienda leer previamente la crónica del día anterior que relata las aventuras de Miguel y un servidor en Cortes. Dicha crónica se encuentra a continuación de esta.

Había quedado con Vicent para ir a pescar el domingo. La idea inicial era volver a Cortes, pero... dejémoslo en que estabamos cansados de sacar basses de Cortes. Así que nos fuimos a Escalona.

Cuando llegamos allí nos encontramos que la rampa estaba inundada de remolques, era como una concentración motera, pero de pescadores de bass. Una botella de coñac sobre una mesa plegable era la invitada de piedra de aquello. Bueno, que había concurso del Bass Alicante y no lo sabiamos. Planteé la posibilidad de ir a Tous, pero ya estabamos allí. Así que echamos la barca y a la marcha.

Subimos hasta la cola del embalse pescando la parte alejada de la orilla a drop-shot (era la primera vez que pescaba a drop-shot en mi vida), mientras Vicent hacía flipping por las orillas. Llegamos hasta los árboles y los pescamos como Javi, miembro del E.P.R. ", nos había explicado" con jigs de jewel de 3/8oz en color marrón con púrpura y trailer de cangrejo en el mismo color. Esta vez la cosa no funcionó, estuvimos deambulando por allí, probando y probando, pero nada de nada.

Decidimos meternos en la récula larga de Escalona y es cuando empezó el espectáculo. Vicent, con un cangrejo a texas pescateaba entre los juncos, cuando contando una de sus batallitas (no me quiero imaginar cuando sea viejo), la interrumpe diciendo en tono de indignación/sorpresa "Me han picado". A mí me sonó, como cuando a una tía le tocan el culo en un bullicio, y dice "alguien me han tocado el culo". Reaccionó rápido, clavó y tras sacarlo de la maraña de juncos, lo pesamos y fotografiamos. Era un pez muy guapo de 1.4kg. Bien nos habiamos dado cuenta que empezaban a estar por las orillas, a diferencia de lo que había ocurrido en Cortes el día anterior.

Seguimos hacia dentro de esa récula pescando árboles sumergidos sin resultado. Yo alternaba una lombriz kut-tail a drop-shot, con el skitter grub del día anterior, y el jig de jewel marrón. Ya saliendo de la récula, en la orilla de la izquierda, debajo de un árbol sumergido, Vicent sacó otro de kilo y pico. Treinta metros después y entre los juncos sacaba otro, y eso que el cab.... iba de co-angler.


Eso no podía ser, cogí la caña que mi compañero Miguel que con tanto amor me había prestado, y el jig de jewel marrón, y me dispuse a meterlo en los árboles que había bajando por la récula en la parte derecha. Tras probar y probar, en un agujero entre las ramas de un árbol caído, dejo caer el señuelo hasta el fondo y con el hilo pasando por encima de una rama, noto una picada leve . Pam, clavo y tras una lucha por sacar el bass de la cobertura, lo consigo. Era un bass de 1.3kg, era bueno.

Seguimos pescando, y cuando llegamos a los cortados en la primera pared tras la zona de juncos dejo caer el jig pegado al cortado, pero cerca de los últimos juncos. Sigo la línea mientras cae, sin embargo veo que la línea viene hacia mí tras una leve sacudida, je je, allí había otro, toc, clavo, y se pone a pelear como una fiera. Este era más grande, aunque sólo dió en la báscula 1.5kg para lo que aparentaba. Tras arreglar el cangrejo del jig hago otro lance cinco metros a continuación, y otra vez. El hilo venía hacia mí, clavo, y sí era otro, pero era más pequeñete, y al querer izarlo rápidamente a la barca se me escapa.

Ese sería el último pez que vimos ese día. Salimos de la récula por
la orilla de la izquierda, bajamos hacía la presa haciendo el moniato, quiero decir, power fishing, pero nada de nada de nada. Cuando nos cansamos de ver observar la fauna alóctona y tomar el sol, volvimos a la rampa de salida, parando a comer como señores atados a un árbol. Este día nos deparó otro cupo para el recuerdo, que al igual que el día anterior, se valoró mucho más cuando sabes que el resto de barcos que estuvieron ese día en el embalse sacaron uno o ninguno, y en el mejor de los casos tres basses.

Han sido dos jornadas de pesca magnífica, aunque agotadoras donde me tras un duro invierno la vida vuelve a nuestros embalses. Vimos pequeños basses en un par de ocasiones por las orillas de Escalona, y en Cortes los alburnos empezaban a pasearse por la superficie como si supieran que tenían una semana de margen para que el bass despierte de su letargo, y se vean saltando por encima del agua temiendo por su vida.

Un cupo en pre-freza que sabe a gloria

Mi compañero Miguel y yo habiamos planeado ir este último sábado a Cortes. La semana de altas temperaturas y anticiclón nos pronostacaba una jornada halagüeña de pesca, pero estaba por ver.

Cuando llegamos a la rampa de la isla de los patos aquello parecía el Classic, todoterrenos y remolques de tritones, rangers y nitros por doquier y mi humilde Duroboat era una singularidad. Botamos la barca y nos fuimos hacia la zona del río, casi hasta arriba. Allí el agua estaba chocolate, pero teniamos la esperanza en que los peces estarían activos, probamos con jig y crankbait, y a texas durante un rato con cangrejillo, mientras ibamos bajando, pero ni picada. Finalmente mi compañero sacó uno con un chatterbait.

Seguimos pescando los árboles que estaban separados de la orilla con jig y a texas, pero nada de nada, ni picada. Así fuimos probando las dos orillas, hasta que llego la hora de comer. Fuimos a comer a la isla con un par de individuos que fueron a pasar el día a Cortes, sólo a pasar el día, porque pescar, pescar, no pescaron. Como siempre los comentarios jocosos y las bromas no faltaron, mientras seguiamos sin entender porque los peces no estaban activos con la semana de calor que había hecho. En mi humilde opinión, subestimamos la inercia térmica de una masa de agua grande como Cortes.

Aquellos con los que comimos, nunca más supimos de ellos, dicen las malas lenguas que un ataque de deseperación se fueron a pescar los cortados, pero bueno, son solo habladurías de pescadores.

Mientras tantos Miguel y yo nos replanteamos nuestra forma de pescar y nos hicimos la típica pregunta: ¿qué haría Kevin VanDam en una situación como esta? Miguel me propuso ir a la récula larga del Ral. En aquel momento me vino a la memoria aquel día de pesca en Tous, en el que el maestro Joan Arnal con un skitter grub hizo de las suyas pescando en los árboles. De hecho guardaba en mi caja de señuelos una de las bolsas que me regaló Joan, y decidí como Jaime diría, "darles minutos a ese señuelo". Además el jueves de antes Mascarell nos había estado llenando la cabeza de pájaros hablando maravillas de este señuelo de pesca finesse.

Estaba decidido, montaría un skitter grub, rebusqué en mi caja de señuelos esa bolsa impoluta, le quite el polvo y la abrí. Eran skitter grubs en color "smoke with green/red flakes". Lo monté con un anzuelo 1/0 con un tungsteno de 1/4oz (7 gramos) y lo fije con un palillo. Era la segunda vez que le daba tiempo a ese señuelo, y que sólo me había dado un pez antes, en Benagéber. Ahora tocaba decidir la postura. Estaba claro, la orilla orientada al sol y pescando pegado a la orilla hacia dentro, pues los peces no se veían por las orillas. Después de unos metros cogiéndole el punto a ese señuelo finesse, noto una resistencia a la otra parte de la línea, dudo durante un instante, pero siento una mínima vibración, sí, había algo, pam, clavo y por fin, era mi primer bass del día. Pesó algo más de un kilo. Seguimos hacia dentro de la récula sin resultados.

Cuando la récula se bifurca, nos cruzamos de orilla, allí lanzo hacia dentro como siempre, pero por poca paciencia, tras engancharse en una rama, lo traigo despacito hacía la barca. Para mi sorpresa, el skitter estaba siendo seguido por un bass de kilo. Le digo a Miguel: "¡Mira, qué bass!". Miguel ya estaba mirándolo antes que yo dijese nada. A tres metros de la barca detengo la recogida del señuelo sin esperanza de que picase, pues el bass nos vería. Pero no, no nos había visto. El skitter empieza a caer suavemente en vertical y cuando llega al plano inferior donde estaba el bass, éste en una exalación lo aspira y se da la vuelta. Jeje, pam, lo clavo y a la saca. Bien, ya llevamos 3 basses, estabamos a 2 del cupo, y lo más importante, teniamos un patrón. Salimos de esta récula, y pescamos la de al lado, de la misma manera, con la misma orientación, pero nada de nada.

Salimos de allí en busca de la récula de la casa y de una orilla con la misma orientación recogiendo los últimos rayos del sol de la tarde. Allí entramos en la récula de antes del puntal de cañizos, pero tras probar un poco, nada de nada. En ese que oimos unas voces en la lejanía que maldecían su suerte. Era Emilio que decía que acababa de perder "un bass de 3kg", mientras le echaba las culpas a su mascota (perro) de todo lo sucedido....

Nosotros a lo nuestro, nos pegamos a la orilla y pescamos hacia dentro. Lo resultados no se hicieron esperar. Cerca de un árbol noto una ligera picada, sí, era otro, pam.
Éste peleó un poco más, se enredó en unas hierbas y dió un poco más de guerra, pero al final salió.


Viendo que yo ya había cumplido, y estabamos a uno del cupo. Le dejé a Miguel liderar el camino hacia la gloria. Salimos de la récula de la casa, y nos fuimos a la récula que hay entre esta récula y la del prebetón. En un puntal y mientras Miguel divisaba una nube de alburnos, le picó el que sería el último bass del día, lo sacó y al igual que el anterior estaba por 1.3kg. Habiamos hecho el cupo, los basses estaban duros, pero conseguimos sacarlos con paciencia.

El sol ya estaba desapareciendo detrás de las montañas, y la calma más absoluta reinaba en el embalse. Con todo el dolor de nuestro corazón tuvimos que volver al embarcadero mientras los últimos rayos de sol guiaban nuestro camino de vuelta.

Monday, March 02, 2009

Se lo explicamos

PRÓLOGO


"En uno de los episodios de Fauna Ibérica sobre los pájaros carpinteros, éstos resultan picotear haciendo una cueva en uno esos postes de madera del teléfono que vemos por las carreteras. Para no despertar enemistad o violencia hacia estos pobres pájaros por dicha conducta, Félix Rodríguez de la Fuente, con ese afán apaciguador que le caracterizaba sentencia: - Permitámosles esta pequeña travesura- " Pues bien, vaya por delante que no busco levantar ampollas. Pero el resultado del duelo bien podría describirse con es título que yo señalo. -Permitidme esta pequeña travesura-


CORPUS

Después de un día soberbio sacando 7 lucios en una mañana, Jaime y yo recogimos el guante y nos fuimos a Escalona junto con el que está llamado a ser el equipo revelación de este año en el VBC, Jorge y Miguel.


El día no pintaba bien ya que fuimos todo el viaje lloviendo. De hecho al salir de Godelleta le comenté a Jorge que en la página web de la INM la predicción indicaba que con un 30% de probabilidades llovería más de 10 litros por metro cuadrado en la zona de Escalona. En ese momento Jorge pensó que sólo eran “habladurías”.


El camino hasta Tous para recoger a Miguel y de ahí a Escalona deparó una agradable tertulia sobre diversos y profundos temas desde el predominante la pesca, pasando por los típicos temas recurrentes...





Cuando estábamos embarcando empezó a llover ligeramente. Esta lluvia nos acompañaría durante todo el día como en aquel día en Benagéber del pasado año (ver crónicas “Crónica de una lluvia anunciada” y “Un gran final de temporada”), pero como una vez nos dijo el maestro: “hay que saber pescar en todas las condiciones” y “pescar en días así, te forja como pescador”.






Con más moral que el alcoyano, nos pusimos a pescar previo emotivo reencuentro con Jaime y abordaje de Javi a la barca de Jaime en mitad del pantano. Jaime nos comentó que ya había sacado un lucio de aproximadamente kilo y medio nada más empezar. Un pescador de pato también nos dijo que había sacado varios lucios pero todos pequeños, por lo menos había actividad. Pero en esta ocasión íbamos a centrar nuestros esfuerzos en el diablo verde.




El EPR fue pescando els puestets más o menos querenciosos en puntas (y árboles) de vegetación subacuática, ya que a la hora de comer nos iríamos y no podíamos perder tiempo, pero sin obtener ningún resultado. Mientras tanto Jorge y Miguel entraron en la récula de encima de la rampa pescando a texas y spinner con la misma suerte. Cuando Jorge y Miguel salieron de esa recula pescaron la orilla de la izquierda un poco más, hasta que un momento dado, Jorge se giró hacia su compañero Miguel ubicado en la posición de co-angler, y advirtió para su sorpresa la extrema palidez de su cara. Jorge no pudo sin más preguntarle: “¿Miguel, tienes hambre?”, a lo que Miguel respondió con un contundente “sí, mucha”. Evidentemente, el cuerpo de Miguel había estado pescando por inercia en los últimos minutos mientras su cerebro había hibernado para no desfallecer. No prolongaron más el sufrimiento y, Miguel y Jorge almorzaron mientras iban en busca del EPR. Casi en la cola del pantano nos encontramos las dos barcas junto a unos árboles. Este sería el punto de inflexión de la jornada.

El EPR en un alarde de caballerosidad cedió a sus compañeros de pesca los lances al árbol más grande, quedándose para sí un par de tronquitos sin apenas cobertura. El azar quiso agradecerles el gesto y a pesar de los gritos y “risotás” de los 4 pescadores y en especial de Jaime, nada más caer el jig, Javi clavó el primer bass de la jornada que no llegaría al kilo de peso.





Lo más llamativo es que después de las fotos de rigor, al siguiente lance al árbol de al lado volvió a clavar otro de muy parecido tamaño. La jornada estaba salvada. Se produjo uno de esos momentos que tanta envidia (sana o no) producen en los pescadores y que todos hemos vivido alguna vez, que te saquen un pez delante de los morros. En ese momento, aunque Jorge y Miguel no dijeron nada, se les pasaría por su mente la mítica frase de Leyton: “¡qué hijo de p...!”, pero siempre de buen rollo.



Almorzamos gozando de la lluvia sobre nuestras cabezas y de ver a Jorge y Miguel pescando con la maestría y saber hacer que les caracteriza pero sin obtener resultado ninguno. Decidimos volver hacia abajo y nos adentramos en la recula de la izquierda intentando encontrar coberturas semejantes a la que nos dio los peces pero no obtuvimos respuesta. Ya por la orilla de enfrente pescando el límite de la vegetación de ribera Jaime clavó un bonito bass que arrojó un peso de 1’3 kg en la báscula. Y es que, como es de todos sabido, “en condiciones así sólo un campeón del mundo es capaz de pescar”. Mientras tanto, Jorge y Miguel batieron la orilla de la derecha con crankbait y spinner, probando con jig y drop-shot en los “hot-spots”, pero nada de nada, ni picada. La maldición de Escalona sobrevolaba sobre sus cabezas una vez más.


En todo caso, el EPR superó las adversidades y salvó una jornada realmente complicada en que no paró de llover en todo momento. A mediodía salimos del agua, nunca mejor dicho, y realizamos una actividad extremadamente gratificante para todo hombre de bien: comer en un bar.


EXTREME CONDITIONS REMARKABLE RESULTS





La tertulia de sobremesa empezó en un tono mucho más serio relativo a nuestro actuales y futuros planes profesionales, aunque como no podía ser de otra manera acabó con una enumeración de embalses que teníamos pendientes de visitar, y la posibilidad de una excursión a dichos embalses. Finalmente, en un gesto altruista, Jaime corrió con los gastos de la comida, a lo que Javi, muy en su línea, le intentó corresponder con una invitación a un local de Gavarda, punto de partida de las gestas del EPR.


Y así concluyó un día de reencuentros en buena compañía, pasado por agua y por algunos peces.


EPÍLOGO

Miguel y Jorge...Jorge y Miguel, el pasado sábado, estuvisteis...