Friday, December 31, 2010

Balance anual 2010

Me hubiera gustado escribir una crónica con un gran lucio como despedida de 2010, pero mi salud no me lo ha permitido. Primeramente por un virus estomacal pre-navideño, como si el estómago temiera por lo que tenía que venir, y después por un catarro hivernal, que me han dejado fuera de juego y yo con unas ganas de pescar locas. Así que estando en casa aprovecho para escribir una crónica balance de este año, como siempre con ese toque irónico que espero que no sea ofensivo.

El año empezaba recuperándonos del susto del gordo de navidad con el que Cisco nos sorprendía: un bass de 3.260 kg. Sin ninguna duda, la Mare de Déu se le apareció aquel día a Cisco y era un prueba más para algunos de que, como dice Emilio, "la pesca es injusta". Sin embargo, el transcurrir del año nos demostraría que era el indicio de un gran año para Cisco.

En enero nos encontrabamos en Cortes con una parejita que se empeñaba en pescar a mosca en esta época del año. El desenlace, como cualquier pescador experimentado puede preveer, fue fatal para el menos profesional de ellos, témblandole la mano y yéndole la mosca por los aires, pero por los aires, a parar a una pobre boya inmóvil que parecía decir que he hecho yo para merecer esto. Al menos este próximo verano creo que a este parejita los llevarán a un sitio donde no hay boyas, así que no hay peligro.

Ese mismo mes de enero tuve el honor, sí, el honor, de compartir una jornada de pesca en Cortes con el molt honorable. Una jornada que despertó en un par de individuos las envidias más irracionales, pero siempre de buen rollo. Algo decían estos individuos de que me había enseñado los sitios bueno, y no se qué de tocar un 3000, y eso que no era un bass.

También en Enero Cisco y yo nos adentrabamos en el embalse de Buseo para comernos una porra de órdago, aunque luego me ha dicho uno que espera una Nitro que allí se saca alguno que otro, pero es bastante mentiroso, así que no sé si creérmelo.

En febrero, se hacía medio justicia, y me llevaba un trozo de carne salada de la salida al lucio del VBC. Dicho trozo de carne fue empleado para cocidos, porque para poco más servía. Si mi madre hubiera estado allí en el embalse, os ibais a enterar :-)

Creo que fue en marzo, cuando los basses empiezan a despertar en estos embalses levantinos, cuando apareció por la sede del club un castellano-leonés de la mano de Álex Fabra que se va a quedar con nosotros unos años. Sus principios titubeantes y cautelosos, mientras entre dientes nos contaban sus hazañas lucieras de orilla por su tierra, dieron pie a una jornada de pesca con Cisco como capitán, que seguramente nunca olvidará. En esa misma jornada se acuñó el término "tochamen" para lo que tenía que venir. En lo personal fue un mes de marzo en el que redescubrí Contreras y me lo pasé estudiando el P.N.B.

En ese marzo, a este blog se le apareció la virgen y Miguel se dignó a escribir su primera crónica, aunque ya no se ha repetido tal evento dada lo ajetreada de la agenda de mi compañero. Ese mismo marzo, Javi y Miguel, espoleados por los vídeos de los pros americanos pescando en aguas gélidas, compartieron una jornada de pesca en el Regajo.

Abril fue el mes en que Jaime nos empezó a deleitar con sus jornadas de pesca en Francia pescando en el mísmisimo río Sena (primera y segunda parte). Sin duda, una gran aportación para este blog hecho con toda nuestra ilusión y tiempo personal.

El embalse de Loriguilla fue una de nuestras metas en mayo, donde la actividad de los pequeños lucios nos sorprendió tanto o menos que la lluvia que nos cogió a pie de embalse. Ese día Miguel obtuvo su récord personal de lucio y el faro trasero derecho de mi coche quedó marcado hasta la fecha.

Ese mes de mayo me lo pasé casi completo en Contreras entrenando para el social de junio, aunque de poco serviría, sólo sacariamos uno. Creo que no dedicaré otro año a entrenar tanto tiempo en Contreras, aunque descubrí que ese embalse está cargando pilas para los que nos va a deparar en años venideros, y si no, tiempo al tiempo.

El mes de junio, además de ese concurso social en Contreras donde Cisco empezó a despuntar, también nos deparó la segunda edición de la prestigiosa Regajo's cup. Una reunión de amigos amantes de la pesca bajo el auspicio de mi compañero Miguel. Como siempre lo mejor de la pesca en el Regajo, es la compañía, algo así como lo que pasa en Ricobayo, pero sin lucios, ni barbos...., bueno ni barbos para algunos, porque yo no los confundí con basses de 3kg.

Y junio dió paso a julio y con ello, los entrenamientos en Cortes para el social doble. Sólo recuerdo de ese doblete, un bass bueno que saqué de una cobertura inverosímil y la mala suerte que nos acompañó en esas dos jornadas que pulverizó nuestras metas. Miento, esa noche del doblete conocimos a Kike Ortega, hasta ahora sólo conocido por su amistad con Álex Fabra. Esa noche daría pie a alguna jornada de pesca posterior de Cisco con Kike. Cisco incluso más que yo, tiende a ser bastante promiscuo. En ese doblete descubrimos que, aunque parezca increíble, todavía se pueden hacer cupos de diez kilos en Cortes. Me quito mi gorra Lawrence de Arabia ante gente como Álex, Fran, Pardo y JJ. También Cisco, solo ante el peligro, sacó una pieza mayor que finalmente no fue por los aires.

Ya voy recordando la noche del doblete, un individuo que come cangrejos crudos al más puro sushi, me puso un sapo sobre la almohada. Cuando abrí un ojo y ví la papada prominente del sapo en movimiento, no sabía si ese sapo era parte de un sueño y se convertiría en esa tía que no te lo acabas o era obra de algún malparit. Efectivamente, una mano se llevaba aquel sapo mientras oía una dulce vocecilla que decía: No te lo tomes a mal, es una broma de los chicos.

También por esas fechas fue para mí el descubrimiento de Emilio "The Guardian" como compañero de pesca y con el que compartiría un par de jornadas de pesca ese verano. Emilio amplió mi vocabulario con multitud de palabras castellano-manchegas, y palabras como garrotazo, dar manteca, clavel, todo lo que saques para tí, etc. cobraron sentido.

Fue el verano en el que pasé 3 veladas inolvidables en Cortes, 2 de ellas con Miguel y donde el bass dió la cara. Una de ellas la recuerdo en la soledad de la noche acurrucado bajo mi manta mientras la humedad (atmosférica, no hace falta desambiguar, pero a alguno le hará falta) se apoderaba de mi cuerpo.

A finales de verano pasamos otra jornada de pesca con "the professional and others" en un paraje inédito y precedida de una conversación telefónica que queda para la historia de este blog. Cisco, mi acompañante en aquella salida, y yo nos prometimos que teniamos que volver.

En septiembre el rayo azul surcó las aguas del Esla (sí, ya me lo he aprendido) para disputar el campeonato de España de pesca de black-bass desde embarcación en compañía de Berni. Para algunos demostré tenerlos cuadrados, pero no diriamos hace tan sólo 15 años. Hicimos un digno papel y nos los pasamos muy bien en compañía de los amigos del Alberic y the champions of the VBC. No siendo suficiente con una vez, y con la mediación del que siempre será "molt honorable", volví a Ricobayo para el Encuentro Latino, esta vez acompañado de Cisco que pescó. De Ricobayo, no nos vendriamos de vacío y cargamos de GLoomis a buen precio.

Octubre fue el mes de los dos últimos sociales en Cortes, por los que pasamos de puntillas, también fue el mes en el que nuevamente una pareja del VBC, los ZZ, se hacía con el campeonato autonómico.

Fue ya en octubre cuando empezamos a ir a Benagéber para preparar el último social. Ese social consagró a la pareja revelación de la temporada, Cisco y Crespo, en un merecido quinto puesto. El primer puesto fue para Álex y Fran que se consolidaban en la cumbre.

Sólo se puede decir una cosa del estado de Benagéber: espectacular. Como titulé en una crónica, God save Benageber por muchos años. Estamos viviendo unos últimos años en los que embalses como Benagéber y Contreras están a su 100% técnico, y eso sin duda alguna se nota.

En noviembre fue cuando acabó de cuajar mi relación, como compañero de pesca, con Paco yéndonos de pesca a Benagéber. Esa crónica, que difícilmente olvidaremos, en el que todo fue casi, casi, por los aires.

Ese mismo mes, Cisco no paraba en Benagéber yendo con uno y con otro, y disfrutando de la pesca como el que más. Uno de sus compañeros, Pardo, más conocido por su nombre de guerra, fish or die , me lo llevé un día de pesca a Tous. Me gustó tanto la experiencia que yo repetí en diciembre, él creo que no repitió :-)

Diciembre fue el mes del reencuentro con Jaime. Jaime, ese chaval que comía pipas y que tantas crónicas de sus pesqueras por Francia nos había regalado, estaba de vuelta para quedarse en territorio español.

También descubrimos a Contreras como destino para la pesca del lucio y de hecho el destino hizo que me encontrara de frente con uno de esos lucios que ves cada dos o tres años. Lo anecdótico de esta vuelta a Contreras fue la mezcla explosiva de cubatas y lucios, una filosofía de pesca completamente diferente.

Esta filosofía rompía con la frase de Javi: Menos pescar y más cubatas. Se podían combinar ambas, aunque yo decliné rápidamente los segundos. No puedo olvidar la imagen de ese día que debería haberme llevado un jamón, con tanto frío como 1ºC bajo cero, en el que Paco Arroyo, atenazado por el frío reinante se apoderaba de la botella de whisky de Emilio, quitaba el dosificador y se amorraba a la botella, así, a palo seco.

A finales de diciembre se celebró la asamblea general del VBC lo que conllevó el relevo de parte de la Junta Directiva. Con ello, el molt honorable, aunque por calidad humana lo sigue siendo, el tratamiento protocolario para su nuevo cargo de vicepresidente sólo permite referirse a él como honorable. Sin duda alguna el VBC estará siempre en deuda con él y es un ejemplo para todos nosotros.

La nueva junta directiva, una mezcla de veteranía y sabia joven donde las nuevas incorporaciones no son caprichosamente elegidas sino parte de una transición premeditada. Por nuestra parte, intentaremos hacerlo igual de bien que los ahora
salientes.

Después de la asamblea, Leyton empezó a hacer una interesante enumeración de personas diferentes con las que había ido de pesca este año: el molt honorable, Miguel, Cisco, Javi, Yolanda, Emilio, Pardo, Marcos, Paco, mi hermana, Andrés y Berni. No puede haber experiencia más enriquecedora para un pescador, por mucho que puedan decir en contra. Y el año que viene más, incluso ya tengo en mente algunas personas con las que me gustaría ir a pescar, entre ellos, Juanito el de la grúa, Kike y otros que seguramente no querrán.

Para el año próximo, tenemos nuevas incorporaciones que me llenan de ilusión y que espero que puedan integrarse en esté, nuestro club de pesca, el Valencia Bass Club.

Por último y no por ello menos importante, apoyar a Javi para que se anime a amortizar su embarcación y que no tenga miedo a lo que pueda venir. Estoy seguro de que no se arrepentirá. Él ya sabe de lo que le hablo.

¡Feliz Año Nuevo!

Wednesday, December 22, 2010

PESCANDO EN LA BRETAÑA FRANCESA TRANQUILAMENTE (2ª PARTE)

Cita (para que quede claro en casa): “El ratico de pesca del fin de semana es una unidad de destino en lo universal”

Río Oust

PRÓLOGO a la 2ª parte : NATURALEZA vs TÉCNICA

Cuando uno pasa junto al la ciudad de Chateau-Thierry sorprende que ésta es anunciada por un panel donde aparece el dibujo de una zorra y un cuervo. No en vano en esta ciudad nació el escritor de fábulas Jean de La Fontaine. En una de ellas, la rana sufría el picotazo mortal del escorpión al que trasladaba al otro lado del lago:
- ¿Por qué lo has hecho? Ahora moriremos los dos- preguntó la rana.
A lo que replicó el escorpión:
- No pude evitarlo. Es mi naturaleza.

Pues bien. La naturaleza de los peces predadores es, en general, la de atacar a todo ser viviente que pase junto a ellos. Por instinto. Por naturaleza.

Cuando se afronta una jornada de pesca uno puede optar por dos estrategias: "la naturaleza" y "la técnica". Entiendo por "naturaleza" el buscar peces que estén “puestos”, es decir, dispuestos por instinto a atacar. Es lo que llamaríamos “power fishing”, “batir orilla” o más coloquialmente “rapalear”. Aquí incluiría yo la pesca con crank/jerkbait, la spinner e incluso la pesca a la caída. La "naturaleza" la veo yo más eficiente para conseguir capturas en embalses con poca densidad de peces o para períodos de pesca puramente invernales, cuando hay pocos peces por las orillas.

Por oposición cabría mencionar la “técnica”. Es decir, la pesca con señuelos a peces más remolones, no dispuestos a entrar a cualquier señuelo. Dentro de la técnica incluiría yo sobretodo la pesca a texas y a drop-shot, pero también el jigging, la pesca a crankbait a determinadas profundidades, el slow rolling e incluso la pesca con paseantes, montajes shaky, wacky…. Esta técnica la considero yo más rentable para embalses con mayor densidad de peces. Y quien habla de densidad de peces bien pudiera también referirse a épocas del año de mayor actividad.

La pregunta del millón es: ¿Qué porcentaje de tiempo de pesca deberíamos emplear entonces a qué cosa durante nuestra jornada de pesca para obtener resultados eficientes? Quizá podamos aproximarnos de forma lógica de la siguiente manera. Sean los acrónimos:

PE= pesca eficiente
TE= técnica texas u otras
PF= power fishing

Por tanto, para buenas condiciones de pesca más que batir orilla lo que se impone es “pescar bien”:

PE= (0,6-0,7)*TE+(0,3-0,4)*PF

Mientras que para malas condiciones de pesca lo que se impone es “pescar mucho terreno”:
PF= (0,3-0,4)*TE+(0,6-0,7)*PF

Evidentemente esto que acabo de exponer es discutible. Los más puristas tenderán a pensar que la técnica, allá donde se esté, siempre superará al power fishing. Mientras que los más practicistas tenderán a pensar lo contrario. Lo curioso es que estos mismos puristas tienden a criticar a los más practicistas cuando obtienen mejores resultados que ellos con la típica frase de:
- “Se le ha aparecido la virgen”.

El caso es que hay gente que de tanta información de técnicas que tiene al final se bloquea y pierde el tiempo en esto o aquello sin utilizar el recurso más básico y primario: “ir a buscar al pez que está dispuesto a picar a lo que sea”. La experiencia quizá nos diga que los mejores pescadores de bass/lucio en los concursos son los que mejor han sabido administrar lo que acabo de exponer.

Bien sabe Javi que cuando pescamos juntos él tiende, con buen criterio, a la técnica. El hecho de que no siempre coja más peces que yo confirma lo anteriormente expuesto. Por contra, un servidor, basto cucharillero de lucios, tiendo más al power fishing.

Lo siento Javi, pero cual escorpión que no puede evitar picar debo confesarte que:

- Es mi naturaleza…

CAPITULÍN 7: REPOBLANDO CON LUCIOS

Como comenté en la 1ª parte, si los peces están claricos, lo que se impone es un milagro de la madre naturaleza, un período de veda pesquil o…¡ et voilà, una repoblación!
Pues bien, en Francia las repoblaciones están a la orden del día. Lo que puede sorprender es que también se repueble con especies a la que la “legalidad española” ha sentenciado a muerte o cuanto menos al ostracismo. ¿Y si repobláramos con lucios en España como hacen los franceses?

Tu los has dicho amigo, cuando las ranas críen pelos…

CAPITULÍN 8: PARÁSITOS DE LA TECNOLOGÍA

Cita: “África empieza en los Pirineos” (Joaquín Costa)

Definición: “Zapatero” (zoología): Especie de insecto heteróptero y parásito de carácter larvario que prolifera en aguas estancadas caracterizándose por su peculiar “caminar” sobre las mismas.

Que en España casi nadie inventa, nadie produce, nadie fabrica y que tenemos un sector secundario deprimente es un hecho casi incuestionable. De hecho, en casi todos los polígonos industriales de las grandes ciudades españolas hay un Carrefour, un Conforama, la Fnac, el Leroy Merlin, el Decathlon, …(por poner ejemplo sólo de empresas francesas) mientras que en Francia uno no encuentra una empresa española por ningún lado. ¿Cómo vamos a compararnos con esta gente? Y oye, ¡menos mal que nos dejan comprar en sus establecimientos! ¡no me quiero imaginar cómo estaríamos si no! Como antaño, en el mercadillo… prácticamente haciendo trueque…
El caso es que en España somos parásitos de la tecnología exterior, y de lo poco que fabricamos no nos sentimos orgullosos ni tampoco lo defendemos porque para eso uno antes tiene que sentirlo como propio (como pasa en Francia con la Renault, la Peugeot y la Citröen) y porque para eso es necesario identificarse con tu nación cosa que en España eso está muy mal visto y permanentemente cuestionado... Pero el hecho de no fabricar no quita que uno no pueda dar un determinado servicio en su negocio y sea, o intente ser, un buen profesional.

Y comento esto porque la última vez que pesqué con mi barca en España tuve la desgracia de encontrarme con la rotura de la pieza de sujeción de mi motor Minn Kota al barco. A través de Javi contacté con Paco Revert el cual se desentendió rápidamente diciendo que para tal menester tenía yo que contactar con el distribuidor (Disvent), cosa que no es del todo cierta pues éstos no venden a particulares. ¡Para qué mancharse las manos por una pieza insignificante! Mucho trabajo para tan poco beneficio, debió de pensar…
Por otro lado, a través de mi amigo Álex gestionamos el tema con la Armería Quinter, a los cuales yo no culpo pues, la pobre familia se limitó a hacer el pedido al distribuidor (Disvent) el cual tomó nota y estuvo 2 meses sin dar ningún tipo de respuesta. Pasado este tiempo me puse en contacto por escrito con Quinter y luego con Disvent para comentar el caso y no se dignaron ni siquiera a contestarme…

Pues bien, un poco con la incertidumbre en el cuerpo por lo sucedido me acerqué a mi tienda de pesca más cercana en Francia para ver si allí gestionaban cosas como éstas. En 8 días ya tenía la pieza de sujeción en cuestión en mi casa. Recuerdo que al enterarse (y le agradezco enormemente las gestiones que hizo) Álex me dijo:

-“Es que Francia es Europa”.

Que conste el caso para pública vergüenza.
“¡Que inventen ellos!” que dijo Miguel de Unamuno…esta mentalidad ha empezado ya a arruinar este país. Tiempo al tiempo.

CAPITULÍN 9: URBAN FISHING

Cita:Para que un señuelo atraiga a los peces debe empezar por atraer al pescador”.

Cisco lo pudo comprobar en persona en París. No es infrecuente ver en París o en cualquier otra ciudad francesa a algún pescador intrépido que, entre coches y barcos, se presta a intentar capturar algún pez. Anticipo que las jornadas son bastante porreras pero bueno, si no pican, siempre te puedes pasar después por galerías Lafayette.

http://www.predators-fishing.com/article/712/081107/street-fishing-paris-2008

Con video:

http://www.predators-fishing.com/videos/play/37?height=396&width=512


¿Y si inesperadamente picara algo realmente gordo?:

http://www.predators-fishing.com/videos/play/30?height=396&width=512

Por cierto, los franceses no pierden la oportunidad de hacer mofa de nosotros (pescateros en el puente de Orellana):

http://www.predators-fishing.com/videos/play/97?height=396&width=512

CAPITULÍN 10: “La vida te da sorpresas…sorpresas te da la vida…” (canción popular)

Cita (sacada de un video de Federpesca sobre la pesca de la carpa): “yo a los boiles les añado un poco de aceite de hígado de bacalao, porque tiene muchos aminoácidos…” (sin comentarios)

Francia es sin duda el paraíso de los ciprínidos. No hace mucho saltó la noticia por una increible carpa koi:



http://www.lepost.fr/article/2010/09/09/2212866_la-photo-d-un-poisson-rouge-geant-intrigue-le-web-c-est-moi-qui-l-ai-peche.html#xtor=AL-235

Aunque parece ser que el tío en cuestión entiende de esto.

http://www.colinmaire.net/mises-en-avant/interview-raphael-biagini/


Y yo me pregunto: "¿serán los aminoácidos? "

PD. Y para más sorpresas adjunto un par de videos. Mientras que en EEUU te puede pasar que te pique el tiger musky:

www.predators-fishing.com/videos/play/4?height=396&width=512

o que te pique el “aligator musky”:
http://www.predators-fishing.com/videos/play/29?height=396&width=512

pues en Francia sucedió en 2008 que, cerca de París, hubo alguien que no podía creer lo que veía al otro lado de la línea.... ¿Un salmón? ¿En París?¿A 200 km del mar?
(desde 1920, que no se había capturado un salmón en la ciudad)


http://www.ville-arnieressuriton.com/forum/developpement-durable/topic105.html

Y aquí lo dejo...

FIN

Epílogo: de propinilla os re-dirijo al enlace de la peliculita de lucios hecha en Francia. Buenísima, sobre todo la mirada del lucio del minuto 1 y la picada del minuto 3:14


http://www.wideo.fr/video/iLyROoafYYDR.html

Feliz Navidad / Joyeux Nöel a todos.

Firmado: Jaime F. “sillón Perca Sol en la Real Academia de los Peces” ;o>

Monday, December 20, 2010

Y el susto llegó

El fin de semana de la salida luciera con jamón de por medio había llegado. Tenía sobre mí la espada de Damocles de la renovación de mi título como campeón lucio jamonero VBC 2009 y la presión estaba pudiendo conmigo.

Tras una merma importante de los participantes por motivos de fuerza mayor. Allí sólo estabamos los buenos. Había quedado con Emilio a las 7:30 en el bar-restaurante de Villagordo, pero cuando llegamos Emilio estaba ya que se subía por la paredes después de estar esperando casi más de media hora. No podía ser de otra manera, pues con mi compañero Miguel y yo venía el que iba a ser la pareja de Emilio, Paco Arroyo, y como marcan los cánones sociales, la novia debe llegar siempre un poco tarde para inquietar al novio, como así había sido.

No había mejor forma de empezar el día que una primera toma de contacto con un café cortado sobre la barra del bar y una agradable tertulia. Poco después estabamos de camino a la rampa y el coche me marcaba una temperatura exterior de -1ºC, para flipar. Mi principal temor es que hubiera alguna placa de hielo en el camino, pero por suerte todo estaba seco. El primero en botar la embarcación fue Emilio. A pesar de haber transmitido en estas líneas el ímpetu con que Emilio bota la embarcación, Paco hizo caso omiso y casi sale rodando por encima de la tarima para ir de cabeza al agua. Después fue mi turno.

Miguel y yo salimos hacia la punta que enfrenta a la rampa. Hacía un frío impresionante. Yo no me dí cuenta pero Javivi afirmaba que se hacía una fina película de hielo en las anillas. Miguel, infringiendo toda norma de pesca deportiva hacía curricán con un shad rap de Rapala. Ibamos navegando a medio camino, en medio de la nada, cuando de repente Miguel empieza a gritar que le había picado uno. Pero poco después me hacía saber que aquello ya no estaba a la otra parte. Sería la imaginación de pescador calenturienta de Miguel. Mientras tanto, la nueva pareja de hecho iban por el cortado de la orilla de enfrente. Parecían felices y bienavenidos.

Cuando ibamos a llegar a la orilla de enfrente lanzo el mogambo rainbow trout sobre la punta, y durante la caída, patapam. Clavó enseguida, pero sólo noté un par de cabezazos y poco después se soltaba. Empezamos a pescar la orilla a 5-8 metros como mucho con pikies y mogambos de cabeza plomada y crankbaits. Hicimos toda la orilla dirección a la presa, pero no tuvimos ni picada. Luego descubriría que estabamos pescando en agua demasiado superficiales. Además la temperatura del agua había bajado de 12ºC a 10ºC en una semana. Cuando estabamos por esa orilla vimos como Javivi y Jose pescaban los pilares del AVE.

Seguimos haciendo la curva hacia la presa encontrándonos con Emilio y Paco que llevaban un par de lucios. Miguel estaba nervioso, nosotros con porra, y ese par de pimpines llevaban dos. Luego sabriamos que a Paco Arroyo se le había aparecido la Virgen y en el primer lance con un truchón de pikie sacaba el primer lucio para sorpresa de Emilio. Poco después, en una segunda aparición de la Virgen, Paco sacaba el segundo con un crankbait. Emilio tuvo que tirar de honor y casta manchega para sacar el tercer lucio y acortar distancia con su co-angler.

Nos cruzamos de orilla para pescar los pilares del AVE y del acueducto. Estaba con un ojo mirando la orilla por si venía nuestro amigo Arévalo y con otro, los pilares. Probamos y probamos en los pilares, pero me da la impresión que es más una cuestión de misticismo que de realidad que esos pilares alberguen grandes lucios habiendo pasado relativamente poco tiempo desde su inundación. Posiblemente sea una manía, pero esos pilares no me transmitían buenas sensaciones.

Allí estuvimos almorzando tranquilamente con Emilio y Paco que nos llevaban un tres a cero de órdago. Como siempre, el almuerzo estuvo acompañado por frutos secos, pero en esta ocasión el bote había menguado. Hacía un frío tan intenso que no tenía ganas ni de almorzar, pero con el primer bocado, me animé. Los temas de conversación fueron diversos: fútbol, política, etc. y frases como "yo sólo sé que la cosa no va bien" se las llevó el viento. Luego llegó la ronda de cubatas, pero Paco atenazado por el frío no atendía a razones y se amorraba a la botella de whisky, así, a palo seco. Miguel y Emilio, expertos en la técnica del cubata sobre embarcación se hacían un whisky con limón. Yo pasé del tema.

Nos despedimos de Emilio y Paco que fueron dirección presa, mientras Miguel y yo volviamos por donde habiamos venido. Pescamos la curva que gira hacia los cañones sin picada, pero cuando estabamos encarados hacia el cañón, dejó caer el pikie más allá de los 10 metros y se me engancha en una árbol, pero cuando saco el pikie del árbol noto un picada. No me dió tiempo a clavar, e insistí sin suerte. En eso que nos encontramos con Javivi y Jose que llevaban un lucio de 3 kilos y pico. Tras intercambiar impresiones, seguimos la marcha subiendo por la misma orilla por la que habiamos bajado con la porra a cuestas.

En eso que nos cruzamos con Juanito and JuanMi que iban como nosotros con una porra. Habían llegado hacía poco después de que Juanito, que ese está haciendo mayor, se volvía a dormir en un día tan señalado y para más inri se dejaba el jamón en casa. Siento decir que en mi humilde opinión Juanito iba un poco desencaminado pescando un crankbait chiquitín que no bajaría más de 3 metros. "Juanito pero ponte el crankbait grande que baja más", a los que Juanito me sorprendió con un "Es que se engancha mucho". Pues nada, los dejamos estar y seguimos nuestra marcha.

Miguel se estaba poniendo nerviosito, y por fin llegó el gran momento, de repenté sobre el viaducto vimos pasar el AVE en su viaje inagural sobre el embalse de Contreras. Miguel no cabía en sí de gozo y gritó en modo orgásmico: "Su Majestad, su Majestad". Tuve que apaciguarle diciéndole que nuestra Majestad pasaría en un segundo AVE, el primero seguramente sería un señuelo :-) Efectivamente, pocos minutos después pasaba un segundo AVE y mi compañero reconocía la sabidura del cargo académido que poseo.

Bromas aparte, mi compañero malacostumbrado en la última jornada de pesca se impacientaba ante la falta total de picadas y ya estabamos a mitad de los cortados. Tuve que acallarlo con un rotundo "estamos en el lugar adecuado en el mejor momento", aunque no las tenía todas conmigo.

A continuación vino una cambio de señuelo que cambió el devenir de nuestra jornada de pesca. Tras escuchar el pasado jueves en el club los sabios consejos de Marcos y Álex sobre la profundidad a la cual debiamos buscar los grandes lucios, monté un pikie de Storm reciénmente adquirido en la tienda de los Revert. Un pikie de 6" de 60 y pico gramos que me permitía pescar más cómodamente a más profundidad y lanzar más lejos, lo que conlleva recorridos más largos. Esto fue la clave.

Beast Master en mano con un trenzado Suffix de 25 libras con una bajo de línea de fluorocarbono de 0.62 y el pikie mencionado anteriormente hacía unos lances de más de 40 metros sobrepasando las puntas de parte a parte. Dejaba caer el pikie un tiempo considerable a una profundidad más allá de los 10 metros y recogía cerca del fondo. La primera vez que hice esto, noto como se engancha ligeramente el pikie en el fondo y cuando lo desengancha, noto la primera picada. Esta vez no fallé, clavo y aseguro el lucio. La pelea fue intensa, pero breve, un luciete de unos 3 kilos se debatía en aguas someras mientras Miguel lo subía al barco. De este pez no hariamos foto, cosa de la que me arrepiento, pues siempre nos pasa lo mismo en las competiciones.

Pasamos a la siguiente punta y sigo el mismo procedimiento. Lance largo sobrepasando la punta y dejando caer el pikie hasta que llegue a unos 10-15 metros. Recojo de forma continua sobre la punta, y ¡rasca!, (Nótese el cambio de onomatopeya, debido a que la picada más brutal del lucio lo merece), otra picada y otro lucio que peleaba en la otra parte de la línea. Este era más grande y no se dejaba vencer tan fácilmente. Tras unas cuantas carreras por el fondo, sube hacia la superficie y al más puro estilo black-bass salta fuera del agua en diagonal. No lo había visto en mi vida. Tras los típicos momentos de tensión, Miguel lo sube al barco. Comparamos los lucios, y liberamos el anterior que era significativamente más corto y más pequeño. El nuevo inquilino estaría en los 4 kilos.



Nos posicionamos justo en la punta que enfrente a la rampa cuando gira hacia los cortados y lanzo de nuevo hacia atrás sobre la punta. Mientras tanto Miguel insistía sobre la punta. Empiezo a recoger y ¡rasca!, otra picada. Increíble, había dado con el patrón y era cuestión de ir buscándolos con toda la confianza de mundo. El pobre Miguel no se lo podía creer.

Pasamos esta punta que enfrenta a la rampa de botadura y seguimos subiendo. Probamos a dejar caer el pikie por la pendiente pronunciada de piedra, pero nada. Lo curioso es que al pasar por esa punta, que realmente es un cortado, la sonda me había marcado peces a partir de 8 metros. Así que mientras Miguel pescaba hacia la orilla, yo hago un lance paralelo hacia atrás pasando demasiado cerca de la punta. Así que traigo el pikie hasta la punta y lo dejo caer sobre ella en un cortado de más de 30 metros. Para hacer tiempo, y comprobar como iba mi lucio jamonero abró la tapa de vivero y compruebo que estaba bien. El pobrecillo estaba curvado en mi vivero, pero bien.

El pikie estaría más allá de los 15 metros seguros, así que para que no se enganche, empiezo a recoger. No había recogido más de 2 metros cuando noto una picada en seco. Clavo con ganas y noto como aquello se mueve. Se mueve, pero poco, y me hace dudar si todavía sigue allí o se ha enganchado en algo. Un segundo más tarde aquello se mueve alejándose de la punta, efectivamente estaba allí, pero no lo podía mover. "Miguel, este es grande". En un momento dado, aquel lucio decide que se deja llevar hacia la superficie y recojo con facilidad. Cuando lo vimos a flor de agua, la grandeza de ese animal me sobrecogió, por un momento pensé que era un dos cifras. Era bestial, pero bestial. Posiblemente no era tan rollizo como aquel que saqué en Tous, pero yo diría que era más largo. Era estilizado.

Estaba pensando todo eso cuando aquel dijo que no quería saber más de esas aguas tan luminosas y que se iba para abajo. La longitud de ese pez facilitaba coger una velocidad endiablada cuando ondulaba con fuerza y allí iba, el carrete silbaba como loco, pero como loco, mientras mi pobre Beast Master se doblaba hasta límites desconocidos para ella. Miguel, espectador de piedra de aquel espectáculo, algo me comentaba, pero vagamente lo recuerdo. Lo que sí que recuerdo es que mis piernas empezaron a temblar, signo inequívoco de que aquel lucio era brutal.

Tras esa primera arrancada siguió una segunda en aguas más profundas, pero menos brutal. Seguidamente se dejó subir y apareció como un submarino a cinco metros de la proa de la barca. La imagen de ese lucio era brutal, enorme, empezó a coger carrerilla hacia la proa de la barca y me previne, pasando como una exalanción por debajo de la proa, la caña se dobló, el carrete silbó por última vez, y el bajo de línea se cortó. Había perdido el que seguramente sería uno de los dos lucios más grandes de mi vida. Intentaba buscar una razón a aquel negasto desenlace y sigo buscándola.

Lo que puedo decir es que el pikie había desaparecido totalmente en sus fauces y el bajo de 0.62 estaba a merced de las mandíbulas de ese lucio que lo masticó y arañó mientras lo sometía a altas tensiones. Ahora recuerdo las sabias palabras de Marcos que nos recomendaba por lo menos un 0.80. Yo también lo achaco a que el freno del carrete podría ser excesivo en correlación con el diámetro del bajo de línea. Seguramente, un freno más suelto y con un poco más de suerte, si no se hubiera enramado, lo hubiera sacado. Una lástima, una auténtica lástima que no se me va de la cabeza. Estoy seguro de que ese lucio era el más largo que nunca había visto y que tenía más de 8 kilos seguro.

Miguel intentaba animarme, pero ya nada sería igual después de ese momento. Pescamos un poco más y volvimos hacia la rampa para esperar a que llegara el juez. Para hacer tiempo pescamos los pilares del AVE, sin resultado. Llego el momento del pesaje y Juanito me sorprendió con una báscula de los chinos, pero bueno, es lo que había. Pesó mi lucio que dió 4 kilos, bueno un poquito más como luego me confesaría Juanito. Yo poco podía atisbar ya que se veía bastante mal. El lucio ya había sufrido bastante, así que tras la única foto de la jornada, liberé el lucio que se fue tan felizmente.

Minutos más tarde, una vez había sacado yo la barca, llegaba Javivi y Jose con su lucio. Iba bajando yo la rampa andando mientras veía el lucio de Javivi mientras Juanito lo pesaba. Sólo con verle la cabeza era suficiente para saber que ese lucio era sensiblemente más pequeño. Ya me las merecía yo felices renovando mi título de campeón de lucio jamonero por segundo año consecutivo, al más puro estilo Álex/Fran. Pero no, entre carcajadas de sorpresa Juanito confesaba que aquel lucio pesaba también 4 kilos. Yo alucinaba y así lo decía, mientras Miguel indignado me apoyaba. Javivi pesó ese lucio con su báscula digital y dió 3.4kg. Es decir, que la báscula de Juanito como que no era muy fiable. De poco valió que Juanito reconociera entre dientes que mi lucio era más grande, me sentía engañado y ya no oía tonterías como que había que comprar una nueva báscula para el club, que partieramos el jamón o que lo dejaramos para otra salida. Ya llovía sobre mojado. Esta claro que no se puede ser bueno.

Tras este pequeño encabronamiento al que también había contribuido perder un lucio para flipar, me hice un reset mental y comimos en armonía en el bar-restaurante "Los ángeles". La compañía como siempre era muy agradable, y los ya conocidos como los 8 héroes de Contreras al calor de una estufa de leña mantuvimos animadas conversaciones sobre anécdotas de pesca. La mayoría de ellas exageradas por el paso del tiempo y a las puertas de la categoría de míticas.

Sin duda alguna esta comida era lo mejor de la jornada de pesca, en la que la mítica frase de Jaime "el susto está por venir" se hizo realidad. Ahora, recordando las arrancadas brutales de ese lucio, la torsión de la beast master y a riesgo de ser pesado me reitero en las sabias palabras de Jaime: "el bass es un pez que se ha quedado pequeño".

Monday, December 13, 2010

Pesca hivernal con Emilio en Contreras, oséase, cubatas, lucios y garrotazos

Tras el aplazamiento de la salida luciera con el VBC, informé a Emilio del cambio de planes y negociamos una salida negociada al imprevisto (Notese la ambigüedad/polisemia del término salida). Así que tras proponer a Emilio el pago en especias de la inclusión de mi compañero Miguel, la salida se concretó.

Antes de nada, puse a Miguel en aviso: "Esta jornada de pesca con Emilio será diferente". Así que Miguel venía preparado para todo. Quedamos con Emilio en el mismo sitio que en la última salida de pesca, y simplemente nos fuimos de pesca.

Tras unos inicios dubitativos debido a unas condiciones externas adversas, fuimos calentando el ambiente con las conversaciones típicas de Emilio subidas de tono que por arte de magia dieron paso a las bondades del almuerzo que le había preparado la madre de su novia. Así que Emilio azuzado por el hambre propuso que almorzasemos. Tras unos segundos de inquietud, Emilio palideció, había olvidado el almuerzo en el coche y estabamos demasiado lejos para volver. Así que como buenos hermanos compartimos los panes, que no los peces, como se verá en esta crónica. Todo esto acompañado por los cacaos y almendras de mi madre que tienen a Emilio loquito. Eran las 10h de la mañana.

Allí almorzamos de categoría, lo que dió paso a la ronda de cubatas. Miguel, que como ya he comentado, venía apercibido, trajo un bote de limón y el whisky lo puso Emilio. Seguimos pescando probando con crankbait, spinners, pikies, etc. sin picada.

No sé si fue cuando Emilio y Miguel iban por su tercer cubata, yo me planté en el medio, cuando Emilio con su jerkbait tuvo su primera picada, que bajo de reflejos por el efecto del alcohol casi le arranca el brazo. Emilio enrabietado por la pérdida de su primer pez, se dispuso a probar otras cosas, mientras yo entraba en trance y no despegaba palabra sondeando con el mogambo. Probamos y probamos sin resultado.

Así que seguimos adelante un poco más hasta el final de esa zona de cortados cuando Emilio y Miguel se hicieron su cuarto cubata. A mi todavía me duele el estómago del medio que me hice y eso que era flojillo. Miguel lanza hacia la orilla y cuando recoge ve como un lucio le seguía su pikie. Lo deja caer en vertical, y el lucio lo sigue, lo sube y lo baja y el lucio jugaba al corre, corre que te pillo, pero sin llegar a picar. Mientras Miguel jugaba con el lucio, lanzo un twister de doble cola blanco con cabeza roja aguas adentro, como hice con Pardo. Va cayendo lentamente y patapam, una picada brutal a la caída, muy buena, clavo, pero no clavo, y sigo recogiendo. Me vuelve a picar y se lleva el twister de doble cola. El pasador estaba tocado. Emilio empieza a mosquearse, él sin olerlos y nosotros pim-pam-toma-lacasitos.

En eso que nos ibamos yendo de ese punto y Miguel me comento que un lucio guapo diferente del anterior le había seguido el pikie, seguro que se lo estaba inventando. Miguel vuelve a insistir en ese punto y de un árbol cercano sale un lucio y atenaza el pikie entre sus mandibulas. Este sí que saldría, sería el primer lucio del día. Había hecho falta que todos hubieramos fallado un lucio para que subiera el primero a la barca. Se habían acabado los cubatas y nos centrabamos en la pesca.



Estabamos por una orilla, pero yo con el rabillo del ojo, en modo ansias, estaba mirando a la orilla de enfrente que tenía una pinta mucho más llamativa. Un pequeño cortado con una plataforma sumergida a unos 5 metros. Pensaba que habría más profundidad, pero bueno, es lo que había. Lanzo hacía la orilla el mogambo, mientras avanzabamos, veo que mi señuelo describe una curva y sin casi darme cuenta me encuentro con un lucio enganchado en la otra parte. Doy la voz de alarma al capitán, mientras Miguel también grita que lleva uno. Ahí estabamos Miguel y yo, cada uno con su lucio peleando. Era para flipar. El mío que era más pequeño lo subimos con facilidad, pero Miguel intentaba coger el suyo al estilo pro-luciero al lado del barca. En eso que es un cabezazo del lucio se le suelta. Momento de pánico, un lucio de más de 4 kilos al lado de la barca suelto, suspendido en la superficie del agua e inmóvil de agotamiento. Miguel se la juega y le vuelve a echar mano al lucio intentando cogerlo como las buenas directrices del maestro Marco prescriben. Lo sujeta y lo sube a la barca, como diría Leyton "Pá flipar". Efectivamente, un doblete de lucio para la historia de estas crónicas reflejada en una imagen.



La foto de Miguel solo con su lucio vale la pena ponerla por separado para vuestro disfrute. Como se nota que detrás de la cámara había un experto fotógrafo, nada comparable con el bueno de Marcos, pero se hace lo que se puede.



El pobre de Emilio seguía con su porra a cuestas y no se podía creer lo que estaba viendo. Cada uno de nosotros con un lucio y él, amo y señor de la barca, viéndolos pasar. Como decía Emilio: "¡Qué injusta es la pesca!".

Pues seguimos por ahí sin ninguna picada. A continuació, hicimos una punta muy buena, pero no tuvimos ni picada. Fuimos directamente a otra punta que había a unos 200 metros, pero que si quieres. Así que como no picaban, decidimos comer. Emilio iba como alma en pena y mas sin comida. Así que para calmar su mal de pesca le casqué una punta de pan con pisto de mi madre, y Miguel le dió parte de su comida. Las almendras y cacaos que quedaban rellenaron el hueco restante del estómago de Emilio. Incluso a falta de pan, buenos fueron gusanitos para rebañar la fiambrera de pisto de mi madre. El resto de pisto fue destinado a Lucky que supo apreciar este lujo culinario.

De ahí nos fuimos a una isla cercana que tenía muy buena pinta. No hace falta que reitere que el consultorio sexológico de Emilio echo fuego durante todo el día. Miguel, entre risas, no acababa de acostumbrarse a los comentarios picarones de Emilio. Dimos la vuelta a la isla pescando con pikies, mogamos, spinners y crankbaits, pero nada de nada.

Temiendo con que nos pillara la noche, fuimos volviendo siguiendo la misma ruta que a la ida, pero no tuvimos ninguna picada. Emilio se subía por la paredes. Volviendo a la zona de cortados por los que habiamos pasado a primera hora, y viendo que era tarde, nos pusimos a pescar a curricán, técnica a la cual no le tenía mucha confianza hasta que Yolanda clavó un lucio en la última salida a Tous.

Empezamos a hacer curricán con pikies y mogambos hasta que Miguel tiene la primera picada, pero se le escapa. Retomamos la marcha y poco después es Emilio quien tiene una picada, que para desesperación de Emilio no se materializa en una captura. Emilio estaba al borde del colapso emocional y ya ni nuestras palabras de ánimos lo consolaban.

Seguimos un poquito más por esos cortados y al pasar por una punta, patapam, sí, había sido una picada a mi mogambo. En este caso tuve la suerte de que el lucio que había picado, no se soltara. Me costó sacarlo porque venía de lejos, pero era un luciete de 2 kilos escasos.



Reanudabamos la marcha para que en la siguiente punta Miguel enganchara su pikie sobre una punta. Estaba Miguel y Emilio enfragcaos en desenganchar el pikie, así que aprovecho para hacer un lance paralelo y pegado a los cortados con el mogambo. Empiezo a recoger tan felizmente, no muy profundo, cuando de repente, ostiazo, ¡oooooootro! y este era grande. Comienza a tirar para alejarse del cortado y se pega varias carreras hacia abajo. El trenzado de 50 libras PowerPro que llevaba mi caña me daba algo de tranquilidad, aunque el freno del carrete no iba demasiado fino y no soltaba hilo al ritmo que me hubiera gustado. Sea lo que sea, al final con la ayuda de Emilio, ese lucio salió y lo subimos al barco. Emilio había aceptado su porra y ya disfrutaba de nuestras capturas posando para el recuerdo.



El sol caía por detrás de las montañas y todavía teniamos un camino incierto hasta el coche. Nos pusimos a 54+54+65 libras para no perder tiempo, todo ello gracias a las baterias del tio Berni que las estoy cuidando como si fuera mías. Como diría Charlie: "Parece que el cargador Guest cuida tanto las baterías que cada vez duran más". Juan, ¡qué buena compra!

El retorno al coche fue interrumpido por la recolección de patos abatidos por un cazador y por el descubriemto de que los bocadillos de almuerzo y comida de Emilio habían estado todo el día en la proa de la barca, y nosotros sin merendar. Así que Emilio repartió su primer bocadillo de embutido en tres partes iguales. Para que os hagáis una idea de la calidad y cantidad de ese bocadillo, en mi parte solamente había unos 10 choricitos. Así que cuando llego la roda del trozo de bocadillo de atún, yo me planté y dejé mi parte para Emilio y Miguel que comen como limas y no perdonaron.

Finalmente llegamos al coche y antes de que nos pillara la oscuridad sacamos la barca. Del camino de vuelta, Miguel ni se enteró porque iba durmiendo y yo discutía con Emilio sobre temas de compra-venta de coches. Para Miguel fue el día del descubrimiendo de Emilio como compañero de pesca, que yo creo que no olvidará. Aunque ni Miguel ni yo olvidaremos el que posiblemente sea el día con mayor número de capturas de lucio, sin contar aquel día de ensueño en Orellana. Así que disfrutamos como enanos, aunque la alegría no fue completa viendo a Emilio que se quedaba a cero de una forma tan injusta. En todo caso y siguiendo la filosofía de Juanito en cuanto al querer volver a pescar un próximo día: "Si pescas porque quieres pescar más, y si no pescas, aún con más ganas para resarcirse de la porra".

Wednesday, December 08, 2010

Enfragcamiento luciero en Contreras

Pues sí, sí, como suena. Emilio me había llevado a punta pistola hasta el embalse de Contreras contra mi voluntad para pasar una jornada de pesca luciera.

Quedamos a las 7 de la mañana en la gasolinera de Minglanilla, y pocos minutos después por allí estaba yo dando vueltas por tierras manchegas en busca de un todoterreno matricula de Gran Canarias. Tras valorar con Emilio el nivel de enfragcamiento de los caminos que nos debían llevar por otro acceso al embalse de Contreras, y viendo la posibilidad de poner la barca de Emilio perdía de barro, decidimos ir a lo seguro por Villargordo.

Antes de llegar al embalse, paramos a hacernos un café y un chupito, ambas cosas prohibidas por mi religión. Así que aceptando la invitación de Emilio, yo me hice el que sería posiblemente el quinto café con leche de mi vida. Ya sé lo que estáis pensando, me estoy echando a perder. El chupito lo dejamos estar, porque si no, nos podiamos estar allí toda la mañana enfragcaos para que yo me lo acabe.

Así que retomé mi coche y seguí a Emilio por la antigua carretera nacional desde Minglanilla, excursión que incluía una visita turística por los "hot spots" de Emilio, de esos que no le hacen falta marcarse en el GPS.

La cuestión es que llegamos allí al embalse. Fíjate que es la casualidad (Emilio diría la p... casualidad) que no había nadie por allí y cuando nos metemos en la rampa y queremos dar la vuelta abajo, un coche por detrás dándones por donde amargan los pepinos. Botamos la barca, que más que botar la barca yo pensaba que ibamos a botar coche y todo. De un brinco Lucky estaba abordo y después le siguió su amo.



Nos fuimos a la punta de enfrente directamente a 65+54 libras y por allí empezamos a pescar dirección a la cola del embalse. Yo llevaba montado un mogambo, una spinner amarilla, un crankbait de profundidad marca Rapala y un jerkbait smithwick. Estos dos últimos estoy deseando perderlos de vista porque les he dado demasiados minutos. Emilio llevaba un jerkbait en un color bueno para lucio y una cucharilla de lana roja. Aprovecho la ocasión para recordar la oda a la cucharilla roja escrita por Jaime en un momento de melancolía debido a su inminente desaparición:



Torneado cuerpo de princesa
en tus ojos ese brillo plateado
escondes bajo tu falda escocesa
un tesoro que te deja prendado...



Batimos orilla durante 50 metros por una zona que prometía, sin una sola picada. Emilio, inquieto, propuso irnos río arriba hasta la primera récula grande que hay subiendo a mano izquierda.

Antes de llegar almorzamos tranquilamente de acuerdo a las directrices emilianas. Para ello saqué el ya mítico bote de almendras y cacaos de mi madre, que puso un brillo especial en los ojos de Emilio, que dió buena cuenta de él. Después de almorzar, Emilio propuso hacernos un cubata de whisky con cola para ir caldeando el ambiente. Pasaron por mi mente las palabras de Javi: "Menos peces y más cubatas", mientras Emilio me decía "no me irás a hacer un desprecio", no tenía escapatoria.



Tras los primeros lances sobre la punta de entrada a la récula, no tuvimos resultado. Pero esas punticas de entrada a grandes réculas suelen ser bastante querenciosas. Dado que era todo una arboleda por debajo de la superficie del agua y la probabilidad de enfragcamiento con un pikie era muy alta, tomé mi spinner de lucio by Chimo Baits en color chartreusse y la lancé sobre la punta dejándola caer para que hiciera el helicóptero. Nada, pero cuando estoy recogiendo, como si hubiera enganchado en un rama noto un parada, se desengancha, sigue girando la spinner y vuelvo a notar otro enganchón, y se vuelve a soltar. Cuando la estoy subiendo al barco veo como un lucio de 2kg sigue la spinner y en superficie la zafa durante unos segundos, pero finalmente se escapa. Hombre, la primera picada del día.

Ese lucio si estaba por ahí, volvería a picar, así que insitimos e insistimos, pero nada. En eso que ya nos estamos yendo cuando hago un último lance sobre la punta desde otro ángulo, estoy recogiendo la spinner, y patapam, seguramente el mismo lucio. Esta vez sí que se había quedado prendado. Lo subimos a la barca mientras Lucky celebraba esta mi primera captura con nosotros. En ese momento no era consciente de que esa captura me costaría una spinner.



Emilio, sorprendido por esa captura, como buen pescador oportunista observó detenidamente mi spinner de lucio y me preguntó: "oye, ¿no tendrás por ahí otra?". Le enseñe mi gama de spinners de lucio by Chimo Baits, la roja y la blanca, y Emilio, como sí de Neo en Matrix se tratara, optó por la blanca. Finalmente, se la aderecé con un grub blanco by Gary Yamamoto Custom Baits.

Seguimos un poco más hacia dentro de la récula, pero no me daba buenas sensaciones (lo reconozco, soy un maniático, pero no soy el único) y le dije a Emilio de ir saliendo para cruzarnos de orilla a la cruz de hormigón. Es la isla que está enfrente de la entrada por la Pesquera.

Empezamos a pescar por ahí, cambiando de unos pikies a otros, de unos crankbaits a otros, de unos mogambos a otros, en zonas que esperabamos que tuvieramos alguna picada, pero nada de nada. Fuimos bajando hasta la primera récula que está franqueada por dos puntales imponentes a ambas partes y donde yo esperaba sacar algún lucio, pero no.

Entramos en la récula y tras algunos lances decidimos que era hora comer. Así que saqué el lomo empanado con pimientos fritos de mi madre y la tierra tembló. Hay estuvimos charlando de todo un poco, como en nuestras anteriores salidas, garrotazos, chiflazos y demás fueron palabras que inundaron nuestra cháchara. Después de comer y con el último bocado en la boca ya empecé a lanzar. Mientras tanto, Emilio fiel a sus principios se cascaba otro cubata pero sólo de whisky sólo por el primer hielo. Tras esto, en un amago de siesta hivernal Emilio se tumbaba y jugueteaba con su belote.



De vuelta a la pesca, nos pusimos a pescar en vertical sobre una punta que había dentro de la récula. Con el pikie rojo y amarillo hacía el yoyo a 8 metros cuando noto una picada, clavo y subo un peso muerto que casi no tiraba. Era un luciete de 1 kilo. Cuando estaba desanzuelándolo, Emilio que estaba con su pikie de Storm tiene un picada cuando estaba recogiendo a 4 metros de la barca. Pum, ostiazo, Emilio en pleno subibón de adrenalina barre con todo lo que había por encima de la tarima de la barca. El cubata de Emilio fue por los aires, pero por los aires, vertiendo todo su contenido sobre la tarima y su braga del cuello, pero al final aquel lucio salió.





Fuimos bajando por esa misma orilla, por un cortado que despertaba todas mis fantasías de pescador de lucio cuando la lluvia empezó. Así que nos encasquillamos los chubasqueros y a aguantar todo lo que fuera a venir. Ese cortado era brutal, en cualquier momento podía salir un lucio que nos quitara el hipo. Seguimos hasta la punta, pero tristemente, nada, pero nada de nada. En ese momento empezó a sonar el móvil, y era el bueno de Bruno, tan oportuno como siempre, "oye, ¿dónde estas?", jejeje, lo que sigue ya os lo podéis imaginar.

Seguimos pescando, pero como no lo veiamos claro por esa zona y se acercaba la hora de marchar fuimos bajando. El camino de vuelta deparó una interesante conversación erótico-sexual más propia de un sexólogo que de un pintor/pulimentador de muebles. Este Emilio....

Cuando estabamos más cerca de la rampa, donde hay una récula con un puntal de roca brutal, empezamos a pescar. No picó ninguno hasta que llegamos casi a la punta que enfrenta a la rampa de botadura. Allí dejé caer el pikie rojo y amarillo por la pendiente de piedras, cuando noto una picada que casi me arranca la caña de las manos, clavo con ganas y sorpredentemente el hilo se parte. Pensaba que había partido cerca del bajo y estaba desolado, más cuando todavía veía los reflejos de un lucio de 3 ó 4 kilos peleando con el señuelo entre sus fauces bajo el agua. Ensimismado en mis pensamientos Emilio me dice, "el hilo" y yo pensaba ¿el hilo qué?, Emilio concretó "el hilo esta ahí", miro al agua y veo el hilo huyendo sobre la superficie a unos 4 metros de la barca. En ese momento, pasó por mi mente el vídeo de Mike Iaconelli:



pero con el agua a 12 grados no era cuestión de saltar al agua y más con las gafas puestas, aunque en un Open de Lucio y bien colocado en la clasificación, no lo hubiera dudado. La cuestión es que seguimos el hilo con el eléctrico mientras éste huía de nosotros, llegué a tocarlo con la punta de la caña, pero no pude sujetarlo y perdí ese lucio para siempre. Una auténtica lástima, más por el pobre pez que se llevo el artilugio detrás.

Tras ese pez, seguimos pescando la orilla bordeando la punta sin picada. Tras probar un poco más sin éxito y viendo que la noche empezaba a caer sobre los cortados de Contreras tuvimos que replegar "banderetes" antes de que los orcos bajaran de las montañas.

Había sido una jornada de pesca más con el crack de Emilio, más conocido por su nominación a "Guardian of the Year 2010", en compañía de su fiel compañero Lucky. Un tío que te dice las cosas claras y directas sin contemplaciones, y con el que pescar es mucho más que pescar. Emilio, no cambies nunca.

Monday, December 06, 2010

Paseo otoñal por el embalse de Benagéber en buena compañía (y episodio final III)

Mi última salida fue con Marcos, un pescador de Salamanca, conocido como el “Bombi”. Gran pescador de lucios y basses. Ya había realizado alguna salida con él allá por abril, desde entonces no había vuelto a salir de pesca por los embalses valencianos. Lo recogí el jueves por la noche en el bar Cocodrilo (lugar de reunión de anglers) y fuimos a dormir a mi casa para salir prontito para Benagéber.

La conversación del viaje, como no podría ser de otra manera, giro entorno a la pesca del diablillo verde. Botamos la barca y nos pusimos a arreglar las cañas ya en el agua. Recordando una de las conversaciones del viaje, le digo a Marcos que empezaría con un Zara Spook, paseante que a mí no me habia dado buenos resultados. Aún con la barca a la deriva, lanzo el paseante a la orilla, simplemente para regular el freno y tantear el paseante. Pom pom, dos toques y patapam, no lo podíamos creer, un bass de más de kilo subía a la barca. Esto prometía.



Empezamos pescando en superficie, pero pronto vimos que con el frío que hacía y el agua tan fría, pensamos en pescar un poco mas profundo. No tardo en salir el segundo bass. Lanzo en una punta y según paso una gran piedra noto un pequeño mimbreo, no me lo pienso y clavo, era un buen bass de 2.300kg





Seguimos pescando en la misma orilla, pero por culpa del aire que no nos permitía pescar, nos tuvimos que cambiar de orilla. Como si los peces nos estuvieran esperando, empezaron a comer como cosacos y nosotros no desabrochamos el momento. Cobertura que veíamos, pepino que salía y así sucesivamente durante una hora o más, aquello era realmente el paraíso y la calidad de los peces, espeluznante.




























Por un momento dejaron de picar y decidimos cambiar de zona. Llegando a unos cortados decido pescar con swimbait y en el primer lance, tres auténticos submarinos venían acechando mi señuelo. Marcos sin perder un instante lanza su jig y rastreando el fondo, picada.
Marcos me dice que eso no es un bass y tras una dura batalla, incluso tuvimos que irnos a aguas abiertas, apareció un precioso lucio de 6 kilos. Ya anteriormente nos habían cortado en dos ocasiones, esta vez Marcos tuvo suerte, venia clavado del morrito y no dándole tregua (todo un experto en lucios), subió a la barca.



Aún quedaban algunas horas y no queríamos desperdiciar ni un minuto de tiempo, realmente ese día lo peces estaban comiendo. No tardaron en salir más peces, todos de una calidad buenísima entre los 2 kilos y 2.300kg.




















Había sido el día soñado por todo pescador y encima había disfrutado el día en compañía de una bellísima persona. Alguien da más.

He aquí un resumen de mis jornadas en este maravilloso embalse, la calidad de sus aguas y de sus peces, nos hacen presagiar un buen futuro. Respetémoslo y recuerda: “CAPTURA Y SUELTA”

Sunday, December 05, 2010

El retorno del hijo pródigo

Javi nos había hecho conocedores de los rumores del retorno del hijo pródigo, pero no nos lo podiamos creer. Últimamente sólo sabiamos de él por sus aventuras en la Bretaña Francesa donde el bass no daba la cara ni a la de tres, sólo en fotografías. Así que cuando Javi nos confirmó su asistencia a una jornada de pesca en Tous, todo fue fiesta y alborozo.

Las estrellas se alinearon para que una selecta selección de las mejores cañas de Bass UPV Reloaded se dierán cita en este mítico embalse valenciano. Esta alineación de astros conllevó el uso de argucias psicológicas contra Javi reflejadas en el texto de los correos intercambiados: "hay hielo en la calzada", "la rampa de Tous está bien", "me llevaré un segundo par de botas para tu tranquilidad", etc. La cuestión es que a las 8:30 aprox. ya estabamos todos en la rampa de botadura de Tous. Bueno, todos, todos, no. Pardo se hayaba "missing in action" dando cañazos desde la orilla a una estructura inalcanzable con un paseante. Los integrantes de esta jornada de pesca fueron: Cisco el KVD de Massamagrell, Pardo fish or die, Javi fear no road, Jaime deep flying lure, Sergio brother-in-law and Jorge just-a-sec doc.



La primera barca en botarse fue la de Cisco que botó él mismo a pesar de quejarse amargamente de dolencias musculares. Claramente en este selecto grupo de pescadores no había ningún rincón de compasión para los débiles. Así que Cisco fue castigado con la botadura y posterior subida al remolque de los 3 barcos que allí nos citamos.



Bromas aparte, botamos las tres barcas y nos dirigimos hacia los cortados, poniéndonos Jaime en aviso de sus preferencias: "Esa puntica no me la toquéis". Cisco, Sergio, Javi y Jaime tiraron hacia los cortados, mientras que Pardo y yo tiramos hacia la zona de la arboleda.

Pardo, paseante en mano, todavía con las mieles de la victoria de la última jornada hace 15 días (pobrecico), lo hacía surcar las aguas superficiales de Tous. Sin embargo, yo ni me molesté en montarlo, pues la anterior semana los peces ya no habían dado la cara en superficie, como para darlo ahora con el agua a 12 grados. Pardo se cansó de usar el paseante durante toda la jornada, pero no tuvo ni picada.

Yo llevaba montado un skitter grub black with red flakes con 3/8oz de tungsteno para llegar a aguas profundas donde pensaba que estarían los peces a primera hora. En la otra caña, llevaba montado un jig marca patrol de 1oz. Pescabamos la orilla tranquilamente sin picada alguna. Casi llegando a la zona de la arboleda probamos en la récula pequeña antes de llegar y tampoco.

En un gesto de generosidad, Pardo me había invitado a probar uno de sus nuevo Flappin' Hog de 4.5" en color watermelon que no me daría ningún pez, y un cangrejo de 5" en color shad red. Esto último fue un craso error por su parte. Pardo desconocía que yo era el único discípulo en activo del tío Berni, maestro supremo del cangrejillo a texas. Así que con la misma configuración de equipo que ya me dió mi único social del VBC hace más de 3 años, probé a ver si me picaba alguno.

Hacemos la curvita de entrada a la zona de la arboleda y llevaba mi cangrejillo casi en vertical, aproximadamente a 7 u 8 metros. Cuando noto un ligero toc, nada claro, pero yendo con Pardo como para no clavar, así que patapam. Efectivamente, llevaba algo enganchado a la otra parte. Tras un inicio dubitativo, aquello empezó a correr tirando con ganas, pero no tiraría en exceso, y poco segundos después asomaba el morrete un buen bass. Estaba helado como el mismo Pardo constató y el pez se curvaba como congelado. Me supo a gloria.



En la cabeza de Pardo todas las alarmas sonaron. Había tenido la desfatachez de no sólo usar uno de sus señuelos, sino de sacarle un buen bass así como buenos días. Pardo empezó a pescar a drop-shot, sin duda un mal momento para empezar a hacerlo, aunque no duró mucho.

Hicimos la récula de la arboleda hacia la derecha, ni olerlos, y Pardo erre que erre con el paseante, pero estaba claro que la mayoría de los peces había abandonado las orillas. Yo intentaba pescar profundo entre 7 y 8 metros, pero el tungsteno de 3/8oz, no era suficiente. Menos mal que tengo los de 1/2oz de camino.

En eso que estabamos por mitad de la arboleda un poco antes de llegar a la isla. La sonda marcaba 15 pies (5 metros) y Pardo lanzaba hacia la orilla. Siguiendo mi teoría de las 7-8 metros cojo el cangrejillo remendado que me había dejado Pardo y lanzo a aguas más profundas. En eso que durante la caida noto un toc, pero no podía ser, porque había sido a medias aguas, pero instintivamente clavé. No noté nada y asumí que había sido alguna rama. Pensé que el señuelo seguía cayendo, pero cuando asumí que estaba en el fondo tensé y noté un peso. Le dije a Pardo: "Lo llevo, lo llevo". Pardo flipaba.

Al principio pensé que era el bass de mi vida, pero cuando conseguí acercarlo a la barca ví que era un lucio de algo más de 3 kilos. Pardo haciendo de nuevo de sacadera-man lo subió a la barca. Con más miedo que una abuela, lo sujeté para hacerle una foto y soltarlo seguidamente. Había sacado dos peces con el cangrejillo de Pardo, en que mala hora me lo dió, y el cangrejo estaba ya un poco afectado. Así que le comenté a Pardo que le pondría otro, pero viendo la cara de Pardo, acabé la frase diciendo "de los míos" :-) El parcial de 2-0 estaba ya minando la moral de Pardo, aprovechando la ocasión para restregarle su necesidad de honrar su tercer puesto en la liga social del VBC.



Finalmente adelantamos hasta el final de la árboleda donde hay un escalón pronunciado con mucha cobertura. Pardo que llevaba su cangrejillo, nota una picada, y tan pronto como clava, corta. Sí, había sido un lucio.

Cruzamos de orilla para ir volviendo a comer con el resto de anglers, pero ya no tuvimos picada. Además con todo el dolor de nuestro corazón tuvimos que dejarnos sin pescar la récula de enfrente de la arboleda para llegar a tiempo. Cuando llegamos allí estaban todos esperándonos.

La primera frase como suele ser habitual es, "¿qué, cómo ha ido?". Mi sonrisilla en la cara hacía denotar que había pescado, otros como Jaime ponían cara de póker. Allí fuimos poniendo las cartas sobre la mesa. Cisco y Sergio sólo habían tenido una picada que se le había escapado a Sergio, y Jaime y Javi habían sacado un bass, que había sacado Jaime, así que sería con pikie. Efectivamente, sólo habían visto algún pez despistado y habían estado pescando abajo.



La conversación de sobremesa trató los habituales temas recurrentes con un cariz picante dada la presencia de Javi, y como tema novedoso apareció la creciente popularidad de este blog.



Tras la comida nos dispersamos. Cisco y Sergio se quedó pescando la récula del Alberic, Javi y Jaime subieron un poco río arriba, y Pardo y yo bajamos por el cortado hacía la punta que encara hacia la rampa de botadura.

Ibamos pescando abajo sin picada, pero ni olerlos. Los peces estaban desaparecidos hasta que llegamos a los arbustos del pequeño entrante. Pardo pescaba con todo y le picaban a nada, y yo había montado el skitter grub en color "Brown Grape Bk Flk" a texas. En eso que tenía metido el skitter grub abajo en el tronco de un árbol, haciendo el yo-yo, pero que si quieres. Me dispongo a sacarlo de allí para lanzar a otro sitio. Estoy recogiendo mirando como subía el señuelo tan felizmente cuando una sombra enorme sale de abajo del árbol como una exhalación que me cortó la respiración. En las primeras fracciones de segundo no me dió tiempo a reconocer que era aquello, pues el pez venía en perpendicular a mí a gran velocidad. Fue cuando aquello abrió una enorme boca llena de dientes a escasos 2 metros bajo la superficie del agua, para darme cuenta que era un luciaco de aupa que iba a hacer desaparecer el pequeño skitter grub en sus fauces. Todo ocurrió en un suspiro, el lucio zafó el skitter grub al lado de la barca y con un rápido cambio de dirección se perdió en la profundidades creando un remolino en la superficie que llamó la atención de Pardo.

Pensé que ese era el fin de la historia, mientras el lucio sacaba los primeros metros de hilo esperaba que cortara el hilo, pero no. Tiró como una bestia parda hacia abajo sacando hilo de mi carrete que silbaba como un loco, no podía hacer nada, estaba a su merced. La fuerza de este animal era sobrecogedora, este lucio no iba a salir así como así. Noté que aquel lucio deja de tirar, estaba seguro de que había llegado hasta el fondo a unos 10 metros de profundidad. Pruebo a subirlo un poco, pero que si quieres, en otra arrancada hacia aguas más profundas en una muestra de fuerza llegamos hasta los 15 metros en vertical. Brutal, ese lucio estaba muy fuerte y no tenía todas conmigo con que lo conseguiría sacar. Lo subo un poco, y vuelve a sacar hilo doblando mi IMX como un chicle. Así fue durante varios minutos hasta que conseguimos verlo en superficie. Viendo que no cabía en el salabre, Pardo lo sujetó por la nuca en un hábil movimiento y lo subió a la barca. ¡Bravo, Pardo!



No era un lucio largo, más bien corto pero con una cabeza enorme y dotado de una buena barriguita. El skitter grub con un anzuelo Gamakatsu 1/0 estaba enganchado de un costado de la boca, para flipar después de ver en directo el ataque espectacular a 2 metros de la superficie cristalina.

Después de recuperar el aliento, Pardo siguió insistiendo en una nube de peces que marcaba la sonda, pero nada de nada, sólo sirvió para perder un Lucky Craft que crispó sus nervios. En eso que lanza al mismo árbol del cual había salido mi lucio, toc, toc, picada, clava rápidamente, nota la primera arrancada y aquello se enrama para siempre. No era el día de Pardo.

Así que viendo sacar a Cisco un bass de 2kg en la lejanía con un jig de los chinos como él mismo confesó, y con Javi y Jaime pasando a nuestra altura, fuimos volviendo a la rampa.



Allí nos encontramos con Fede y Kike que se habían pegado una paliza increíble para subir a la cola del embalse, pero sin recompensa ninguna.

Mientras tanto, Jaime como si hubiera vuelto de un viaje interestelar observaba atónito y con un gesto de incomprensión las tarimas de nuestras barcas llenas de cañas. Su cara era una mezcla de sorpresa, desaprobación y preocupación por nuestra salud mental. "Estos chavales han perdido totalmente la cabeza" debía pensar. Seguidamente Cisco fue sacando las barcas entre dos luces con la inestimable ayuda de un ribereño y de su hijo que le recordaban como debía hacerlo "Espallet, eh!".

Y como siempre, en la más absoluta nocturnidad, nos despedimos de Jaime con un hasta pronto y fuimos desfilando de vuelta a nuestros respectivos domicilios.



Lo mejor de esta jornada de pesca fue sin duda el reencuentro con Jaime después de tanto tiempo, aunque me hubiera gustado compartir más tiempo con él con una conversación tranquila sobre una mesa con una café de por medio como él mismo sugirió: "Ahora lo suyo sería hacernos un cafe si no tuvieramos ninguna urgencia". Claro, yo, siendo el embajador del libre albedrío sobre la tierra no la tenía, pero en otros casos, el yugo somete al buey.

Friday, December 03, 2010

Paseo otoñal por el embalse de Benagéber en buena compañía (Episodio II)

Llegó el gran día “Ultimo concurso de VBC”. Mi compañero y amigo “El meu cosi” antes de la salido me dijo -“cosi, tinc bones sensasions”. Yo también tenía buenas sensaciones, tenía un plan trazado y una ruta a seguir.

Aunque no habíamos pescado juntos desde el último concurso en Cortes, allá por principios de septiembre, las palabras de mi compañero me tranquilizaron.

Yo tenía pensado ir dirección Tartalona, donde la semana anterior, Jorge y yo habíamos tenido un gran día, pero al dar la salida, vi como más de la mitad de las barcas salían en esa dirección.

Sin dudar un momento cambie de parecer y me dirigí a la recula de la derecha donde 2 semanas atrás había estado con mi cuñado Sergio y sabia donde localizar algún pez.
La suerte estaba echada, con lo que decidimos empezar, yo pescando en superficie y Crespo “per baix”.

Primer lance sobre una punta y tras unos toques, patapam, un gran bass prendido de mi paseante, a punto de meterse en el salabre, da un salto y se suelta, una pena.
Unos lances después se repitió la misma historia.

Decidí cambiar de técnica y con un ika en un árbol, de repente veo que la línea se tensa, pego cachete y tras la lucha se vuelve a ir el pez. No lo podíamos creer, en menos de una hora pasamos de tener tres buenos peces en el vivero a no tener ninguno, encima mi moral estaba por los suelos.

Sin embargo, el meu cosi casi sin inmutarse, sabia que ese era su día y en dos lances prácticamente consecutivos con su cañita de drop shot, dos peces de mas de kilo en el vivero.
La suerte no estaba de nuestra parte, uno de los peces estaba en mal estado ya que lo habíamos pescado a bastante profundidad, memos mal que al cabo de unos minutos y después de varios masajes, el pez se recuperó.

Crespo siguió con la misma técnica y no tardo en subir a la barca el tercer pez, mientras tanto mi suerte no cambiaba y volví a perder un par de peces mas, algo estaba haciendo mal, pero no sabia como remediarlo.

Fue en un árbol, cuando tuvimos un gran susto ya que tras una picada espectacular y un lucha brutal, apareció un lucio de unos tres quilos en el anzuelo de drop shot de Crespo, seguido de un gran bass, que estaba al acecho por si se le escapaba el pequeño shad shape al lucio.

Viendo que la única técnica que estaba dándonos resultado era el drop shot, decidí intentarlo, con la gran suerte de coger y subir a la barca mi primer pez.

Nos quedaba un solo pez para cupo y mi moral se iba recuperando. No tardo en subir, de nuevo Crespo, el quinto pez a la barca, había salvado el concurso y me alegre muchísimo por el.
Mas tarde conseguí mi segundo pez del dia, pudiendo cambiar un pez.

Había llegado la hora del pesaje y confiábamos que con ese cupo de 5.090 kg en afianzar nuestro 5º puesto en la general.
Y así fue, por poco, ya que los “molt honorables” iban pisándonos los talones, pero así fue.
Nos habíamos clasificado para el autonómico, cosa impensable a principio de temporada.



Citar ese gran cupo que realizaron Fabra y Fran: 10.980kg, “que barbaridad”. Son unos mounstros y no solo pescando.

Tras el concurso y algunas conversaciones con el señor Pardo, junto con JJ, los terceros en la general, es decir, un autentico angler, se hizo fructífera, para mi satisfacción, una salida con el.

Quedamos en Massamagrell a las 6.00h y decidimos volver a Benageber. Tras un viaje corto por lo distendido de la conversación, llegamos a Rochina, amaneciendo.

Nos pusimos a pescar la recula de la derecha.
Pardo en uno de sus primeros lanzamientos con un ika a los árboles, consigue subir a la barca después de varios minutos una hermosa carpa.



Después de no obtener ninguna captura de los diablillos verdes, fuimos dirección a la isla.
Igual que en el día del concurso y prácticamente en los mismos lugares, volví a perder dos buenos basses.
Mas tarde me ocurrió lo mismo pescando a texas, por lo que algo se iba rumiando en la cabeza de Pardo.

Se hizo la hora de comer y no habíamos subido ningún pez a la barca, aunque yo seguía fallando picadas. Tras varios fallos mas, Pardo no pudo mas y me pego un severo correctivo: “no puedes fallar tantos peces, con los peces que meneas y después los falla, tienes que ganar en efectividad”.

Era cierto, en mis anteriores salidas había perdido muchos peces, estaba claro que algo estaba haciendo mal. Desde es correctivo y después de sabios consejos, no volví a fallar ningún pez.
De repente, nuestra suerte cambio y en menos de dos horas subimos más de 15 peces a la barca.











En unos de los muchos lances que hice, tiro mi cangrejito y noto una picada, clavo y otra vez vuelvo a fallar, pero no, era un lucio que venia siguiendo mi señuelo y mordisqueándolo. En eso que Pardo dice:” si hay un bass donde hay un lucio, este suele ser muy bueno”, no pasaron ni 15 segundos cuando de repente vuelvo a notar una picada, como decía Pardo, puse mi culito en pompa y cachete. Después de una lucha tremenda apareció un bass espectacular de 2.600kg.




Aprovechando ese momento de actividad, la luz se fue difuminando y se hizo la hora de marcharse. Las baterías estaban un poco tocadas por lo que decidimos poner las que llevábamos de recambio. Al hacer el cambio me di cuenta que las de repuesto iban con pinzas las cuales estaban en Massamagrell. Tuvimos que navegar con el motor eléctrico de proa durante mas de una hora, llegando a la rampa sobre las 8.00 de la tarde y recordé la ya típica frase de “…. y nos abrazó la luna….”.

Fue una de las salidas mas enriquecedoras que he tenido desde que soy pescador de bass, Pardo es un autentico mounstro. Gracias por todo, ya estoy deseando que llegue la próxima salida con él.

Mi penúltima salida, fue otra vez con mi cuñado Sergio. Fue un día que hizo mucho aire y mi cuñado que no esta acostumbrado aun a pescar, no disfruto mucho. Fue en la primera hora cuando pudo disfrutar, teniendo 4 picadas y fallando las 4, una pena porque los cuatro se soltaron a punto de subir a la barca. Para mi fue un buen día, disfrute como un autentico enano, ya que pesque con diferentes técnicas. El más espectacular, cuando llego a una playa y se me ocurre montar el swimbait que había adquirido recientemente a un compañero del club “Javivi”.
Lanzo y doy unos toquecillos y el swimbait desapareció, una bass de 2.200kg, pero lo bueno es que vuelvo a lanzar unos metros mas adelante y vuelve a salir un tarugo, pero esta vez no subió a la barca, en la lucha se soltó. Dos lances y dos peces. Estuve probando durante más de 25 minutos más y ya no volví a tener ni una sola picada. Ese misterio de la pesca.



Seguimos por esa misma orilla pescando, obteniendo varias capturas, algunas de ellas bastante importantes.




















Especialmente recuerdo una picada en una cobertura, cuando lanzo mi ika y noto que algo estaba pasando al otro lado de la línea, sin pensarmelo dos veces, clavo pero no pasa nada. Un poco extrañado vuelvo a lanzar y esta vez si que había algo en el otro extremo de la caña. Vuelvo a clavar y sí, era un precioso bass de 2.500kg, que maravilla de pez.



El día había sido especialmente fructífero, una pena por mi cuñado que no subió ningún pez a la barca, pero estoy seguro que no tardara mucho en cogerle el punto.


Nota del editor: Y hasta aquí llega el episodio II de la gran crónica de Cisco que ya estoy un poco hartito de ver tanto tocho de Benagéber. Si no fuera, como diría mi abuela, por lo rebonico que es Cisco, ahí iba a estar yo pasando texto y fotos. Menos mal que ya sólo queda el episodio final. Un abrazo.