Tuesday, October 12, 2010

Sí, al final nos mojamos, ¿y qué?

Esta jornada de pesca se había ido fraguando desde el anterior fin de semana. Lo que podía haber sido una quedada al más puro estilo Regajo's Cup, se disolvió por motivos maritales o de previsiones meteorológicas adversas en un mano a mano entre dos iniciados a la pesca.



Es por ello que su atrevimiento, o al menos el de uno de ellos, se refleja en sus palabras desafiantes a altas horas de la madrugada la noche de antes (1:39am):


Mañana dos valientes pescadores se enfrentarán a la tormenta perfecta en Cortes, como se suele decir, la historia no recuerda a los cobardes :-)

Un abrazo para todos esos que se quedan en casa viendola caer,

Jorge


Pocas horas después ya estaba danzando con el rayo azul a cuestas de camino a Cortes. Por cierto, había cambiado el espejo de popa gravemente perjudicado después de años de amortización.

A las 6:30 recogía al KVD de Massamagrell en Buñol que, como yo, cada vez tiene más cañas, pero sin llegar a los niveles de locura que reflejan las tarimas de algunas barcas que son todo una maraña de zanahorias.

Fuimos los primeros en llegar a la rampa, pero nuestros compañeros del club de Alberique no tardarían en llegar con sus Nitros. Seguidamente llegó el llanero solitario que dejamos en la rampa aderezando su embarcación, mientras Cisco y yo ibamos dirección a la isla del río para disfrutar de aquellas zonas que Cisco no suele pescar a eléctrico.



Mientras yo montaba un paseante, Cisco hacía los primeros lances con un jerkbait blando. El cielo estaba bastante despejado dadas las previsiones meteorológicas, aunque me temía que los peces se barruntarían el cambio de tiempo y estarían cerca del fondo y dentro de las coberturas. Probamos y probamos, lanzando a los árboles separados de la orilla, pero ni un solo ataque, ni verlos, ni pequeños. Definitivamente los peces no estaban para picar en superficie.

Dejamos la zona de la isla para subir hasta la primera récula a la izquierda que tiene un conjunto de árboles alejados de la orilla. Cisco insistía en superficie (creo recordar) y yo monté la caña de drop-shot que todavía lleva la línea de 4 libras de Ricobayo con un plomito de 1/8oz (3 gramos aprox.) con un shap shade worm en color baby bass. Es decir, que si había un pez, iba a picar sí o sí. Y así fue, a la primera llança, peix. Noto que el hilo viene hacia la barca y flexo la caña para clavar. Con un poco de suerte y una GLoomis special drop-shot 4-8 libras, la mitad del trabajo estaba hecho. La otra mitad la hizo Cisco ensalabrando el pez que lucho como un campeón haciendo silbar a mi Sephia 2500S. Este bass pesaría alrededor de 1.5kg, aunque con la emoción no lo pesamos.



Seguimos pescando esa zona subiendo río arriba por esa orilla hasta el cortado. Cisco sacó alguno pescando abajo, incluso vimos peces sobre las puntas, pero nada importante.

Cruzamos a la orilla de enfrente para pescar la punta larga donde había sacado una lucioperca la anterior semana con the guardian. Sólo sirvió para que perdiera mi Lucky Craft LV en el árbol que hay en la punta. Ya había echado el día.



Estuvimos un rato allí, pero no demasiado porque habiamos quedado para almorzar con Emilio en la isla. Allí estabamos comentando la jugada, Emilio y su compañero que habían sacado algún anti-crisis y alguno de kilo, creo recordar. No tardó Emilio en reclamarme las almendras fritas de mi madre, pero esta vez no tocaba. Estando allí llegó Paco Arroyo, más conocido como el chico del barco de mar o también como el que le quiere comprar el barco al molt honorable. Allí estuvimos almorzando abarloados (que se note que tengo el PNB) hablando de lo que habiamos pescado y de cómo los habiamos sacado.

Como veiamos que el almuerzo se alargaba y Cisco empezaba a inquietarse con la porra que llevaba acuestas, arrancamos y nos fuimos río arriba hasta la arboleda que hay a mano izquierda tras una récula larga. A la primera llança en la punta con un crankbait, Cisco saca una raspa. La zona tenía muy buena punta, aunque posiblemente sea una zona de las que menos haya pescado. Pescamos en las coberturas con drop-shot, ika y crankbait.

No sacamos nada importante, además el viento nos abatía a una velocidad que no permitía pescar lento. Así que opté por introducir un insert en el ika para compensar el empuje del viento. No recuerdo lo que llevaba montado Cisco, pues cambia de señuelo con una frecuencia que es superior a mi frecuencia de muestreo.

Dejando el teorema de Nyquist aparte, ya estabamos llegando al final de esa arboleda que acaba en una punta antes de la cual hay una serie de árboles alejados de la orilla. En eso que lanzo al último de ellos. Tres segundos más tarde la línea venía hacia la barca, mientras esta era abatida por el viento hacia el árbol. ¡Uy, otra vez como en la última salida con Emilio!, lo siguiente fue una clavada institiva (no me dió tiempo ni hacer la muestra) en vertical con el pez casi debajo de la barca. Ahí estaba otro buen bicho saliendo a la superficie en paralelo con la barca mientras yo intentaba alejarme del árbol. Una vez más la Locals Only by Nacho Revert no se amilanó y domó aquella bestia que buscaba la cobertura más cercana. El pez llegó a golpearse con el casco de la barca mientras Cisco salabre en mano se hacía con él.



Otro buen pez con "cabeza de mero" que aseguraba que estuviera por encima de los 2 kilos. "The second one in a row", paa flipar. Al final dió 2.1kg. Tras las fotos de rigor, incluyendo todas aquellas de los pasajeros de la golondrina que pasaban por allí, continuamos esa orilla un poco más arriba para cambiar poco después. Ya estabamos llegando al embalse de Embarcaderos. Las picadas en esta zona fueron más numerosas: Uno bueno con skitter-grub sobre una punta que se me escapó al lado de la barca, Cisco sacó alguno que otro con un ika a texas en los árboles más alejados de la orilla y yo fallé uno de forma escandalosa cuando me arrastraba la caña hacia los árboles mientras yo estaba ensimismado pensando en la frase de un buen amigo que me marcó: Pilar Rubio es una tía que no te la acabas.



Habiamos llegado al final del embalse, una lástima que Cortes no sea mucho más grande, así que teniamos que ir volviendo. Además habiamos dicho de comer entre las 14:00-14:30 con el llanero solitario, Pardo que también habiamos visto un poco antes, y el chico del barco de mar. Al primero que vimos cuando ibamos río abajo fue al llanero, que en línea con su apellido, ya había comido en solitario. Enseguida nos encontramos con Pardo que había sacado algún pez bueno, mientras Paco et al. subían en nuestra búsqueda. Para entonces Emilio ya nos había dejado para echar una buena siesta que le garantizase cumplir en la discoteca y lo que no es la discoteca.

Bajamos a la isla para disfrutar de nuestras viandas y compartir las experiencias que nos había deparado la mañana. Me sorprendió y agradecí la sinceridad de Pardo y estuvimos probando cañas de unos y de otros. Tuve la suerte de probar un Calcutta DC, una vez más la expresión paa flipar era totalmente aplicable a la experiencia. También se pasó por allí el que faltaba.

Viendo el viento que se había levantado y ante la imposiblidad de pescar despacio en las cobeturas y pegado al fondo nos fuimos a pescar al Prebetón. La tormenta perfecta era inminente, el cielo se estaba tornando negro por momentos. Entramos en la récula de la izquierda a la récula larga.

Al poco de entrar Cisco con un ika chartreusse a texas lanza en el primero de los árboles y patapam, veo que clava un pez en la cobertura con su caña heavy y aquello que había a la otra parte ni se mueve. Pensé que ya había clavado una rama, pero Cisco fervientemente me aseguraba que seguía allí, lo fuerza un poco más y veo que consigue sacar el pez de la cobertura. En una palabra, espectacular, una picada espectacular. Cisco comenzaba a a desquitarse de la maldición de Ricobayo de las mejores de la formas, con la mayor de las antítesis de la pesca por esos lares, sacando un pez de 1.8kg con una caña heavy en una cobertura. Bravo.



Hacemos la foto, y acto seguido veo un agujero en el árbol tumbado contiguo al cual había sacado Cisco su pez, mientras Cisco volvía a lanzar más alejado de la orilla en el mismo árbol. Comienzo a hacer pitching, dejo caer hasta el fondo el ika, y nada, lo levanto unos centímetros y lo vuelvo a dejar caer al más puro estilo marjalense. La segunda vez que hice eso, el señuelo ya no tocó el suelo, noté como algo se llevaba la línea y clavé para arrancar el pez de la cobertura. Sorprendetemente Cisco se encontraba en la misma situación y compartimos nefastos destinos. Nuestros peces se enramaron de mala manera y nuestras cañas heavy poco pudieron hacer al respecto. Sin embargo, estabamos disfrutando, habiamos dado con el patrón y sólo era cuestión de sacar peces hasta que la lluvia nos obligara a partir.

Saliendo de esa misma récula lanzamos a un árbol alejado de la orilla: Cisco a la derecha y yo a la izquierda. Noto una picada clara, clavo y se enrama, ¡Dios otra vez!, fuerzo una poco y siento que la rama parte y mi tochete de 1.4kg sale a la superficie. Bien, bien.



Así fuimos pescando hacía la récula de la punta larga. Entramos en la parte derecha y a Cisco se le escapa un pez en la misma orilla pescando entre unas raices. ¡Qué bonita es la pesca en las coberturas! No pasaba nada. Entramos en la otra parte y al llegar al fondo sale un pez de la orilla. Ya era tarde. En ese momento, yo le estaba dando minutos, como diría el bueno de Jaime, al hydra en color Oxblood, pero me temo que no le daré muchos más minutos. Mientras tanto, Cisco como iluminado por la Mare de Déu me dice que va montar un jig de Jewel en color brown.

Saliamos de esa récula cuando Cisco hace un lance paralelo a la orilla en una cobertura. Veo que clava y unos reflejos de tonos sobradamente conocidos se revuelven a poco centímetros de la superficie del agua. Era otro pez muy bueno en un lance igualmente espectacular al que concedió a Cisco su mejor pez hasta el momento. Tras una lucha no exenta de riesgos en un contexto de coberturas por doquier, ensalabré el pez y Cisco pudo posar con su 1.8kg para hacer desvanecer cualquier recuerdo de la pesca en aguas del Esla.



La luz se había reducido significativamente, el cielo negro se mostraba amenazante, pero todavía no llovía. Sin embargo, oimos un sonido como si fuera de viento que se aproximaba, pero no era viento, sino lluvia. Contra nuestra voluntad y a regañadientes tuvimos que salir a toda velocidad mientras la tormenta nos pisaba los talones. Mi barca no era suficientemente rápida y la tormenta finalmente no cazó cuando llegabamos al embarcadero, pero siempre hay alguien más valiente (imprudente). Dejamos la barca en la orilla y salvamos todo lo que pudimos mientras una cortina de agua barría la rampa.

No tardaría en seguir nuestros pasos el xiquet de la vengalé enfundado en un traje de agua que tenía su punto débil en el piu. Allí estabamos los tres valientes compartiendo los buenos peces que habiamos sacado de las coberturas antes de que la tormenta nos tirara del embalse.

Esperamos un poco para ver si aminoraba la lluvia y poder sacar la barca. Así fue, aunque con un palmo de agua en nuestras barcas que hizo enloquecer a más de uno. Poco después, la lluvia volvió con fuerza y salimos de allí como pudimos, con barranqueras que arrastraban piedras a la carretera y con la reductora puesta en mi Focus. Finalmente todos llegamos bien, que es lo importante, aunque semidesnudos.

Y colorín, colorado, como digo en el título: Sí, al final nos mojamos, ¿y qué?

5 comments:

Y2 said...

pues por la crónica y vuestras caras de felicidad al lado de las capturas poco importa la metereología... seguro que el agua que os llevasteis a casa se secó antes que la emoción

que bueno, gracias por compartir esos momentos.. besos, Yol

Miguel said...

Que buena Jorge!!

Di que si compañero, si llueve pues que que caiga.....
Seguro que Cisco no se hubiera ido del embalse, sacando esos peces....
En fin muy buena cronica, como siempre.
A ver que dia salgo yo y escribo una en condiciones..

Un saludooo

Jorge said...

Gracias chavales!

Miguel, a ver si ahora que tienes más tiempo, te marcas una crónica.

Javi said...

Yo después de la que nos calló en Loriguilla esta primavera paso, que luego estuvo goteando agua un mes jajaja.

El problema es que la mía al ir entarimado el suelo luego drena fatal y se estropea la madera...

Que agua caería para que el farlix maldijera a los cuatro puntos cardinales y eso que la suya es de aluminio!!!

Au!!

Jaime Francisco said...

¡Qué cracks! ¡Y qué tochámenes!

Recordad ese día que cada vez se hacen más raros.

Un abrazo a los dos.