Encuentro latino 2009 (versión extendida)
Eran las 20:30 en la pantalla de mi monitor y mi clase concluía con un "bueno, como no da tiempo, esto lo veremos en la próxima clase". Cogía mi mochila e iba a recoger mi coche para ir a Benisanó donde ya me esperaba Vicent. Cargué todos los trastos en su coche, sacamos su barca y metimos mi coche en su planta baja. Me subí al coche con un vamos allá.
Nos dirigimos a la vía de servicio de "El Rebollar" donde nuestros compañeros, los Miguelitos de la Roda, Yolanda y Javi Ferrús, estaban cenando para coger fuerzas para el largo viaje que nos esperaba. Eran las 22:30 horas cuando salimos en convoy de "El Rebollar" las tres barcas con sus respectivos coches a la cabeza. Pronto supimos que nuestros compañeros del Valencia Bass estaban a media hora aproximadamente por delante de nosotros. Así fue hasta que ellos pararon en una gasolinera a la entrada de Madrid y nosotros los pasamos durante unos kilómetros.
No tardamos en parar a la entrada de la M-30 para repostar y ver como los del Valencia Bass nos volvían a pasar. Saliamos de esta gasolinera cuando recibimos la llamada del "molt honorable". Pronto su cálida voz, que encandila a las matures, lleno la fría noche y nos reconfortó. Mientras charlabamos con el president animadamente, se oía de fondo la voz viperina del "Valencia Bass" que propugnaba la animadversión hacia el Bass UPV. Nuestros compañeros del Valencia Bass habían parado a los pies de la Sierra Guadarrama para pernoctar. Los seguimos unos minutos más tardes y tras el encuentro breve, pero intenso, Vicent y yo nos dispusimos a maldormir en el coche.
Tras intentar dormir durante una hora y no poder encontrar "la posición", empecé a moverme y desperté a Vicent, que como mi abuelo en sus buenos tiempos, se puso a contarme batallitas de salidas de pesca. Yo escuchaba con un ojo abierto, mientras intentaba dormirme, pero no fue así. No recordaba que una hora antes me había tomado una Coca-Cola con la idea de conducir hasta Ricobayo y estaba haciendo su efecto. Finalmente, tras pasear un rato volví al coche y conseguí dormirme, pero poco duro, pues había llegado la hora de partir para hacer nuestra última parte del viaje.
Ahora sí, los 8 barcos en convoy pasamos por Zamora y llegamos hasta el embalse de Ricobayo. Botamos los barcos y los llevamos al embarcadero de la orilla de enfrente donde nos esperaba una pareja de la guardia civil. Tras unos minutos de análisis de la colocación óptima de los barcos en el embarcadero, combinado con una lección magistral de nudos por parte del "molt honorable", nos fuimos todos juntos, Bass UPV y Valencia Bass, a brindarnos un almuerzo de hermandad para coger fuerzas.
Volvimos al embarcadero para sortear el orden de salida de los barcos y montar las cañas, aquellos que tuvieran que montarlas. Por suerte, saliamos en la primera tanda, aunque el próximo día saldriamos en la última. Tras una espera interminable había llegado el momento de la salida. Vicent, un auténtico maestro en esto de las salidas, se adelantaba los pocos metros suficientes para salir el primero. En unos segunos el barco de Serrano con un 225 pasaba por la izquierda como una exhalación, mientras otro barco iba a la par con nosotros hasta que disminuí el rozamiento con el viento recostándome un poco más en el asiento. De esta forma llegamos los primeros al club naútico. Cuando paramos palpeé todo mi cuerpo para verificar que estaba entero y no había perdido nada en el camino. Vicent había perdido la gorra.
Nos dispusimos a pescar fino a vinilo, pero los más grandes pasaban por delante de nosotros sin hacernos caso. Mientras tanto yo sólo conseguía clavar uno que no llegaba a la talla y todo eso en 45 minutos. Le dije a Vicent que debiamos irnos de allí y buscar otro sitio. Así que nos fuimos a buscar puntas para pescarlas fino con crankbait. Como ya le comenté a Vicent, era increíble tener que pescar fino para sacar raspas que en Cortes hubieran sido expulsadas del barco ipso facto. La cuestión es que nos pusimos a pescar una punta batida por el viento con crankbait y tuvimos la suerte que empezaron a salir raspas, pero que eran de talla. Al final en esa punta sacamos 3 peces de talla, pero muy justos. Seguimos un poco más adelante y nos dispusimos a pescar una estación de bombeo. Había tan poca cobertura que los peces aprovechaban cualquier cosa para colocarse debajo. Una simple cuerda por encima del agua, servía de cobertura para unos basses justos de tallas. Y los bidones ensamblados para constituir la estación de bombeo daban cobertura a un bass que estaría en sus treinta y pico centímetros. Vicent con crankbait conseguía sacar uno de talla de los que estaban bajo la cuerda, mientras yo pescando fino con mi "Shad Shape Worm" en color "Baby Bass" conseguía sacar otro. En este último pez la suerte del enano me acompañó, pues mientras desenredaba un nudo en la línea, el shap shade caía lentamente y fue cogido por este bass que tensó la línea y me dió tiempo a clavarlo.
Poco más recuerdo de lo que ocurrió a continuación, dimos más vueltas buscando puntas, pero creo que no sacamos ninguno más, o al menos no era de talla. Al final buscamos peces más grandes en la zona de la presa, pero nos topamos con voraces lucios que daban buena cuenta de los crankbaits de Vicent. Visto lo visto y con un cupete en nuestro vivero, decidimos ir a pesaje. Pesamos los primeros, pieza mayor, 490 gramos, total, 1925 gramos. En otro embalse este pesaje hubiera sido para llorar de risa, y en otros (¡eh, Javi!) para llorar de alegría. Cuando bajé del pesaje, estaban allí los incombustibles Alex Fabra y Serafinillo. Habían sacado dos, y Alex había sacado uno bueno, que se convertiría en la pieza mayor del Encuentro Latino. Como ya hice en su momento, dar mi más sincera enhorabuena a Alex por clavarlo y Serafinillo por ensalabrarlo. Los Migueles me narraron como espectadores de lujo del momento de la captura y fue realmente emocionante. En esa primera manga, nuestros compañeros del Bass UPV habían hecho porra, y entre los compañeros del Valencia Bass había habido de todo un poco, desde porra hasta 2 peces que habían sacado Alex y Serafinillo, que los colocó sextos en la general provisional. Javivi y Charlie tambieén sacaron dos buenos, uno de ellos por encima del kilo.
Tuvimos la suerte de alojarnos en el mismo pueblo de Ricobayo, así que nos fuimos a ducharnos y ponernos guapos para la cena. La cena estuvo bastante bien y tuvimos el placer de conocer a Josefina. No tardamos en irnos a la cama para dormir como angelitos, pues estabamos totalmente agotados después de la dura jornada de viaje en carretera y pesca vespertina.
Al día siguiente nos costó levantarnos, fuimos los últimos. Nos arreglamos y bajamos a tomar el desayuno. Poco después ya estabamos otra vez sentados en el barco esperando la salida. Algunos tenían más cara de sueño que otros, y esta vez saliamos en la última tanda. Para Vicent daba lo mismo, siguiendo el protocolo del día anterior salimos como flechas, para rectificar poco después y volver sobre nuestros pasos. Nos anclamos a una punta y empezamos a pescar fino con vinilo, pero el viento no nos dejaba pescar tranquilos. Vicent conseguió sacar un par de raspas, uno de ellos era de talla. Bien, ya no haciamos porra.
Después pasamos a batir las puntas que ayer pescamos con crankbait, pero claro, como el día anterior sacamos los peces, pues ya no estaban allí. Otros dirían que los peces ayer estaban en las puntas, pero hoy podían estar en cualquier otro sitio. La cuestión es que no picó ninguno, así que nos fuimos más allá del primer puente, casi hasta el segundo y nos pusimos a pescar una piedra que sobresalía del agua. Vimos un pez justo de talla, pero no entraba a nada. Así que seguimos batiendo la orilla y fue cuando empezaron a salir los peces. Uno tras otro fueron saliendo, tengo que reconocer que me convertí en sacadera man. A pesar de intentarlo, sólo conseguí perder hasta 3 luckys, pero lucky de lucky crafts que pican más. Mientras tanto Vicent subió hasta 3 peces al barco y por suerte no perdimos ninguno. Teniamos 4 peces en el vivero y nos quedaba uno para el cupo.
Volvimos hacer la misma orilla, pero el momento había pasado y no conseguimos sacar ninguno. Cruzamos de orilla y probamos una vez más, pero nada. Le dije a Vicent de ir al club naútico para sacar algún tocho despistado. Cuando llegamos allí, estaban los Migueles pescando debajo de los barcos, pues allí a la sombra estaban puestos los tochos, pero claro, no picaban a nada. Probamos de todo, spinner, crankbait, jerkbait, vinilo, pero no tuvimos picada y la hora se acercaba. Así que con 4 peces en el vivero y personalmente con ganas de haber sacado alguno que nos hubiera dado el cupo, nos dirigimos al embarcadero para realizar el pesaje. Ese día nuestra pieza mayor fue de 650 gramos, y pesamos 1880 gramos. Pesamos casí lo mismo que el anterior día, pero con 4 peces. No sabiamos como habiamos quedado en la general pero nos decían que entre los 10 primeros. Eso había que verlo.
Vicent sacó los barcos con su coche para posteriormente dirigirnos a Valladolid en convoy flanqueado por la guardia civil en primera instancia, y poco más tarde por la policía local de Zamora. Tras dejar los barcos en el angar de la feria de muestras de Valladolid, nos fuimos al hotel a darnos una ducha antes de la cena que nos esperaba en el recinto ferial.
Antes de la cena supimos que habiamos quedado séptimos en la general y Álex Fabra se había hecho con la pieza mayor. Creo recordar que Charlie y Javivi obtuvieron un muy meritorio décimo puesto. La cena fue simplemente deliciosa, al igual que la compañía sentados con nuestros compañeros del Alberic Bass. Algunos alargaron la velada hasta las 3 de la mañana, y otros más festeros hasta las 5 y media. Un pequeño grupo decidió retirarse tras la cena para hacer una visita turística al centro de Valladolid. Dicha visita turística comprendía la catedral, el ayuntamiento, etc. La visita que duró más de media hora fue llevada a su fin por un amable taxista que por el módico precio de 6 euros nos llevó de vuelta al hotel. ¡Que majo!
Al día siguiente, nos esperaba un buffet libre para el desayuno. Ya sabéis lo que me ocurre cuando tengo a mi disposición tanta comida y eso que me contuve porque estaba ante la presencia de una señorita. Empecé por un tazón de leche con un par de dulces para mojar. Después establecí una capa de separación desayuno/almuerzo con un vaso de zumo, que fue seguido por fiambres diversos y un almuerzo de bacon con revuelto de huevos. Por restricciones temporales, obvié el postre muy a mi pesar.
Tras esperar que desayunaran los chicos del segundo turno, nos fuimos a la feria para ver lo que se cocía por allí. Había algunos stands interesantes, aunque lo que más me gustó fue la demostración de pesca de trucha con cola de rata. Tras dar unas vueltas por la feria, nos despedimos del Encuentro Latino con un vino de honor que ponía fin a nuestra estancia en la capital vallisoletana.
Empezamos un camino de vuelta con una única, pero intensa parada. Cuando paramos nos percatamos que el remolque de Javi Ferrús estaba a punto de romperse en su unión con el enganche de la bola y tuvo que llamar a la grúa para que lo llevara al taller más cercano. Nuestros compañeros del Valencia Bass ya habían reemprendido el camino, cuando nosotros (todos menos Ferrús) los seguimos media hora después. A la hora de haber emprendido la marcha, Ferrús nos llamó con buenas noticias, le habían arreglado el remolque y ya estaba de camino. Finalmente, llegamos sanos y salvos a Benisanó.
Mi opinión personal es que ha sido un viaje para repetir al año siguiente. Tengo que reconocer que en el aspecto pesquil no estaba preparado para el tipo de pesca que nos esperaba en Ricobayo. Me hubiera gustado montar algo a split-shot, y haber reducido los diámetros de mís líneas, así como tener una mayor provisión de crankbaits. Pero para aprender, perder. En cuanto a la compañía, ¿qué puedo decir de mis compañeros del Bass UPV y Valencia Bass?, pues que fue fantástica y que sin ellos estos viajes no tendrían sentido. Esa imagen del convoy de barcos en la carretera es imborrable, al igual que el almuerzo de hermandad de todos los compañeros alrededor de la mesa, pues más de lo mismo. Vaya dedicada esta crónica a todos ellos y espero que el año que viene la pueda repetir.
5 comments:
Magnífica crónica Georgie. Cuando lo leo recuerdo cada instante como si estuviera sucediendo ahora mismo.
Sin duda el viaje fue espectacular, y la pesca mejor de lo esperado. Ricobayo es conocido por muchos como Ricobolo, por suerte para nosotros, no ha sido el caso.
Espero que en el caso de Yolanda, en su primera experiencia nacional, haya disfrutado dentro de lo que cabe.
por fin puedo opinarrrr jjjj
pues me encanta que el upv deje el pabellon tan alto a nivel nacional
la enhorabuena a todos
Gracias Juan.
La verdad que se nos dió muy bien en Ricobayo, pero tengo que decir que tuve ventaja yendo con el maestro Jedi :-)
Ey! Este tipo de encuentros están muy bien y si encima puedes pesar peces ya tiene que ser flipante ggg.
A ver como se da el Open de Lucio...
Au!!
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