Thursday, October 08, 2009

Campeonato Autonómico CV Black-Bass de Orilla

El pasado fin de semana en Benageber se celebró el campeonato autonómico de Black-Bass desde orilla de la Comunidad Valenciana y un equipo de la UPV, compuesto por seis miembros, nos desplazamos hasta allí para participar. Creo que para todos fue una experiencia grata, en la que aprendimos cómo es competir, e intentamos estar a la altura.


Nuestra primera participación y todos -menos uno- sacamos peces a pesar de lo duros que estaban –pasaban un poco de todo, pero era cuestión de localizarlos e insistir finesssseeemente-.

Javi y yo pescamos los dos días y ya nos dijeron que la regularidad era importante. Juan hizo una muy buena segunda manga y fue una pena que pinchara en la primera. Raúl, que estaba muy motivado, también pescó en la primera manga y “el noruego” en la segunda.

Hicimos parejas de dos para compartir coche. Juan y yo salimos en la primera manga hacia la playa a la derecha de la presa. Nos alejamos el uno del otro empezamos a pescar y no había picadas… pero no nos desesperábamos y seguíamos intentándolo, pero pasaban las horas y nada. A lo lejos veía a Juan desde mi puntal en su puntal y parecía que ninguno de los dos conseguía engañar a los esquivos basses. Pasaron más horas y seguí adelante siguiendo “la costa” como parecían hacían los peces, rebasé a Juan y seguí avanzando por la pedregosa e inestable línea de tierra que me separaba del agua, subiendo y bajando rocas, lanzando en reculas y buscando otras puntas. Antes de alejarme demasiado avisé a Juan de que si llegaba hasta la presa subiría a la carretera y volvería por ella hacia atrás hasta el coche. Entonces el aire hace su presencia y bate la superficie del agua, pienso que puede ser un buen momento y cambio el señuelo, pongo un crankbait, quizás ahora los peces no adivinen mi presencia, lanzo largo en paralelo a la línea de costa aprovechando el viento y buscando sumar su impulso al mío… y zasss después del segundo o tercer lance tengo un Bass. Lo acerco, me bajo corriendo piedra tras piedra hasta llegar a la orilla y recuperar el pez. Luego subo a por la mochila busco el stringer y aseguro el pez, lo mido y sobrepasa algo los 30cm (650gr). Tengo uno y uno de talla, en esos momentos todos los lances del día te compensan, incluso te apresuras en aprovechar el momento. Veo a Juan de lejos y no puedo evitar gritarle -tengo uno!!!- y sigo pescando.

Después de un tiempo ya no diviso a Juan, miró el reloj y pienso que estaría bien empezar a volver, el camino no es fácil y ahora tengo que llevar el pez. Decido volver por donde había venido porque así podía seguir pescando o al menos cambiar de tanto en tanto el agua para que el pez esté bien. Una vez pescados lo importante es llevarlos al pesaje. Intento avisar a Juan de que vuelvo por el mismo sitio, por un momento pienso que si me retraso un poco puede que vaya con el coche hasta la zona de la presa a buscarme. Intento acelerar el paso y llego hasta la zona de subida donde está la senda que sube hasta la carretera. Tomo aliento y la poca agua que me queda y empiezo a subir, sé que tendré que hacer alguna que otra pausa en el trayecto –y eso que llevo sólo un pez-. Juan no ha pescado nada así que apura abajo un poco desanimado, me hubiera gustado reencontrarme con él y ver que también llevaba su recompensa en capturas.


Al final del día y de la primera manga se sacaron un total de 36 Black-Bass, con una pieza mayor de 2100gr, y un total de 22.200gr (una media por pez de 615gr).
De los 29 pescadores, hubo 14 que no consiguieron ninguna captura. Javi, Raúl y yo estábamos entre los que consiguieron sacar algún pez, lo que nos permitía tener opciones de cara a la segunda manga.


Al día siguiente o mejor dicho antes de que la noche acabara y después de una tempestuosa noche en la cual no sé si llegamos a dormir al menos una hora, nos pusimos rumbo a la zona de salida esperando que esta segunda manga nos fuera más propicia.

Salimos esta vez hacia la recula a la izquierda de la presa, Juan conocía una senda escarpada, muy vertical pero más corta que la del día anterior. Nos distribuimos entre las rocas y empezamos a pescar, casi al primer lance Juan ya tiene su primera captura, no da la talla pero es buena señal. Pasa la mañana hay picadas pero la mayoría son peces pequeños, luego 28cm., más tarde 29cm., me estoy acercando, al final consigo sacar dos de talla. Juan sigue sacando peces y ya casi tiene el cupo justitos pero de talla.

Y desde el otro lado de la recula oímos que la hora de pesaje es a la una menos cuarto... ummm miro el reloj quiero seguir pescando, pero sé que hay que prepararse para salir no queda mucho tiempo y hay que subir la escarpada senda con todo el equipo. Como tengo dos “buenos peces” y viendo la verticalidad de la senda que además está llena de vegetación decido subir primero las cañas y la mochila y luego bajar a por los peces… y miro el reloj, no hay mucho tiempo. Subo y bajo tan aprisa como puedo sintiendo como pasan los minutos y el poco tiempo que queda, he vaciado la mochila para poder meter en ella los peces y poder subir mejor, la senda no es muy fácil. Juan sube con todo, supongo porque también ha mirado el reloj y siente que no podemos perder ni cinco minutos. Yo pongo los peces en la bolsa, la lleno de agua y la pongo en la mochila dejando abierta la parte superior y sujetando el apaño con mosquetones, tengo que llegar arriba con los peces y casi no hay tiempo para hacer pausas y tomar aliento. Subo tan rápido como puedo intentando no pararme y mirando el reloj cada dos pasos. Casi he llegado arriba pero en un “escalón” el peso que llevo a la espalda puede a mi impulso y siento como caigo hacia atrás, intento sujetarme a lo que puedo pero apenas hay ramas donde asirse, pienso en los peces, en no volcar y perder el agua, intento mantener cierta verticalidad hasta que noto que mis pies ya no se deslizan, no sé cómo pero estoy inmóvil, miro de reojo a uno y otro lado intentando ver que el contenido de mi mochila no se ha desparramado en aquella pendiente. Compruebo que todo está bien y sigo subiendo los pocos metros que faltan sabiendo que no hay tiempo que perder, veo a Juan me extiende su mano y nos apresuramos a dejar todo en el coche y salir corriendo hacia el pesaje, tenemos apenas diez minutos para llegar.

Juan acelera tanto como puede incluso en las curvas, el coche nos derrapa en el camino de vuelta, quedan tres minutos pero llegamos, justos pero llegamos… pero vemos que no hay nadie en el pesaje y el todo-terreno que viene detrás parece del juez. Bajamos del coche extrañados, es la hora, pero no hay nadie allí. El juez nos saca de dudas, hemos llegado una hora antes al pesaje! Pero por Dios, con lo que hemos corrido, pero si apenas nos queda aliento, uffff no se si siento alivio, pero pienso el estrés de subir a contra reloj y me repito -con lo que hemos corrido! Y falta una hora!- . Miro mi brazo derecho, la tendinitis de hace un año no se ha curado bien, y espero que ahora no se resienta de la caída. Seguimos pescando por la zona hasta la hora del pesaje.

En la segunda manga se sacaron un total de 42 Black-Bass, con una pieza mayor de 1950gr, y un total de 28.000gr (una media por pez de 670gr).

De los 29 pescadores, hubo 10 que no consiguieron ninguna captura. Esta vez Javi, Juan, “el noruego” y yo llevamos peces.

Nos vamos al albergue para comer, descansar un poco y "esperar" la clasificación sin ninguna impaciencia, pero estamos contentos, cansados pero contentos.

Creo que todos nos lo pasamos bien, aunque me preocupa mi mano derecha, vuelve a dolerme y está un poco inchada después del resbalón subiendo mis dos peces de la segunda manga... a ver en unos días si mejora o para la próxima necesitaré un “cady”, además el próximo año me voy a pirineos a entrenar en montaña por si saco un par de dos kilitos ;-).

En fin, nos sentimos contentos de haber participado junto al elenco de pescadores que allí se concentró y enhorabuena a los que ganaron y a todos mis compañeros de la UPV por la ilusión que han puesto y por los momentos pasados juntos -menos la noche, ehh- y gracias a Vicent y Jorge por su apoyo.


Os subo la única foto que tengo pues aunque lo pensamos al final entre las prisas, etc. no hicimos la foto de equipo -menos mal que Javi me hizo esta en el pesaje-





y aquí veis que me puse morada y no sólo de peces...
ahora tengo que ponerme morada de Ibuprofeno!

2 comments:

Jorge said...

Muchas gracias por la crónica Yolanda.

Os felicito a todos por el papel que hicisteis en el autonómico y por el esfuerzo que supuso.

Siento que no se haya clasificado ninguno, pero estoy seguro que en los próximos años más de uno meterá la cabeza.

Besos y abrazos.

Javi said...

Pues la verdad es que fue bastante duro. En la primera manga, Raúl y yo nos fuimos a la pardala y era desesperante ver un banco de más de 10 peces (casi todos de la medida sobrada) y contemplar como pasabn olímpicamente de los señuelos.

Al final, con una técnica ancestral ;) consequí sacar uno justo. Lo divertido sería volver hasta el coche con el saco lleno de agua...

Después fuimos a las inmediaciones del morning glory y conseguí 3 peces en apenas 50 metros de orilla de las cuales 2 podría pesarlos.

Después de una noche apunto del homicidio y de una animada charla con Crespo bajo la luz de las estrellas y de dormitar (que no dormir) en el salón del albergue, comenzaba la segunda manga. Raúl y yo nos metimos por la zona de detrás del chiringuito casi hasta el final por un camino realmente malo y los resultados fueron igual de malos que el camino.

Después nos pusimos a pescar los alrededores del chiringuito y pescando entre la maleza saqué un pez al q estuve apunto de dar hormona del crecimiento para que llegara a 30, pero llegaba ggg. Así que no hice porra ninguno de los 2 días.

Tengo curiosidad por saber la posición en que quedamos, creo que Yolanda fue 8ª y yo 9º o 10º. A ver si Vicent lo pudiera mirar en federación y nos lo dice.

Au!!