Wednesday, April 27, 2011

El doble castigo divino

Cisco y yo habiamos estado planeando una salida de pesca conjunta para el lunes de Pascua. Había sido yo quien le propuse a Cisco hacer dicha salida al embalse de Loriguilla como tradicionalmente hacemos por estas fechas una vez al año. La predicción meteorológica, aunque inicialmente buena, fue empeorado con el paso de los días y la lluvia nos acompañaría de forma intermitente durante toda la jornada.

Tras recoger a Cisco en la gasolinera de Casinos nos dirigimos a la cola de embalse de Loriguilla que hasta ahora yo creía que era el menos malo de los accesos. Luego descubriría que el mejor acceso está ahora por la zona de la presa. La cuestión es que llegamos a la cola del embalse sabiendo que el nivel había bajado significativamente y nos plantamos ante una rampa infernal que nos daba acceso al embalse. Ante aquel panorama estuvimos dudando si arriesgarnos a bajar, pues luego habría que subirla. La ignorancia y las ganas de pescar en este embalse poco frecuentado por nosotros nos empujaron a la imprudencia.

La bajada por la rampa fue bien, la subida ya veriamos. Nos adentramos por el camino teniendo que dar la vuelta al ver que el barrizal era considerable y nos podiamos quedar. Salimos de allí como pudimos y aprovechamos un camino alternativo que salía del principal y que habiamos visto previamente. Parecía que estaba bien y que daba a una explanada donde podriamos hacer la maniobra fácilmente.


Reculo dejando la barca a varios metros de la orilla del embalse con la mala suerte de bajar un pequeño escalón. Desenganchamos la barca e intentamos sacar el coche antes de irnos de pesca, pero que si quieres. Las ruedas empezaron a patinar y el fino tapiz de hierbas seca dió paso a una fina, pero sumamente resbaladiza capa de limo. Tras más de una hora de intentos con alfombrillas, cadenas, rejilla, ramas, palos sacamos el coche del escalón. Mi experiencia en situaciones de empantamiento era nula y "anava per allí com pollastre sense cap".

Sin embargo, Cisco, más experimentado, se había entregado en cuerpo y alma para intentar sacar el coche y estaba agotado, pero lo habiamos conseguido. Así que dejamos el coche en esa misma explanada sobre suelo llano y nos fuimos a pescar. Un consejo útil que me dió Cisco es llevar siempre en el coche cadenas para la nieve, pues son muy útiles en estos casos donde la capa de barro es fina pero muy resbaladiza.

Bajamos por el cauce del río pescando yo (Cisco llevaba el eléctrico) entre los arbustos que encontrabamos en el camino con spinner.



En una de aquellos lances, un luciete de kilo nos confirmaba la buena salud que presenta la población de lucio con muchos congéneres de ese tamaño.



La idea era pescar la zona de la presa que era menos conocida por Cisco. Así que tras una parada en las réculas que hay enfrente del antiguo pueblo de Loriguilla,
donde saqué un bass de medio kilo con el cangrejillo a texas y una picada de un lucio bueno de 4-5 kilos a la spinner pasamos por los cortados a la zona de la presa.



Sinceramente, "a toro pasado", creo que hubiera sido más recomendable pescar la zona del río, pero no lo sabiamos.

Al llegar a la zona de la presa avistamos un objeto flotante no identificado en la lejanía. ¿Quién sería aquel individuo que no le importaba mojarse por ir a pescar?

Nos pusimos a pescar esa orilla, la que está al salir de los cortados a mano derecha, y no vimos ni un solo bass, casi al final Cisco tuvo un par de picadas que falló, pero nada de nada. Justo al entrar a la récula al final de esa orilla reconocimos al individuo que iba con su pato y un par de cañas.

Nos adentramos en la récula. Allí veriamos a una pareja de basses muy, pero que muy buenos. Más adentro veriamos otro par de peces de kilo si llegaba, pero que pasaban totalmente de mis clásicos señuelos, incluso de los de Cisco que son bleeding-edge technology. Por cierto, una trucha de más de un kilo seguiría mi shap shade en esa récula, aunque sin picar. Lo comento por aquellos que agitan líneas al viento.

Salimos del agua para comer. Paco iba chopado por la parte inferior, por ir semisumergido con su traje de neopreno y por la parte superior, por la lluvia. La comida conllevo como siempre una agradable tertulia en la que intervendría Pardo telefónicamente.

Retomamos la pesca y Paco volvió a sumergir su cuerpo en las frías aguas de Loriguilla (15-16ºC). No me explico como no le dió un corte de digestión. En un gesto de compañerismo atamos al objeto flotante no identificado con una cuerda de 5 metros a nuestra embarcación y lo llevabamos ahí arrastrando.



Fuimos batiendo orilla por las playas enfrente de la presa, pero que si quieres. En un momento dado, lanzo el cangrejillo pumpkin de 5" justo antes donde empezaba una punta que entraba varios metros y noto una picada, pero dudo si había sido la línea de Cisco, que en su afán de angler venido a co-angler me la cruzaba por encima de la mía. Bajo la punta de la caña y tenso un poco para notar el peso, efectivamente allí estaba. Clavo y comienzo una bonita lucha con el que sería la pieza mayor del día. Tras unas cuantas carreras con un fuerza increíble para el tamaño del pez, sale a la superficie una hembra de bass sin frezar que tendría 1.6kg aprox.



Seguimos pescando por esa orilla y tuvimos alguna picada que otra, pero no conseguimos clavarlos. Los peces tan pronto como tomaban el señuelo lo escupían, y no nos daba tiempo a clavar. Así que siendo ya la hora de recoger para Paco y teniendo en cuenta que ibamos a sacar la barca por la presa, nos dirijimos a la orilla.


En el camino para llegar al coche nos pilló la lluvia y nos chopamos, pero eso se veía venir. Paco se cambió de ropa y nos fuimos a por mi coche y el remolque que estaban en la zona de la cola del embalse.

Con el corazón en un puño bajé la rampa infernal a pie para intentar sacar mi coche de la explanada donde lo había dejado. El panorama no era nada halagueño, la lluvia había ido reblandeciendo el terreno durante todo el día, y los charcos eran más importantes. Llegué al coche y me encomendé a la "Mare de Deu" para sacar el coche de ese camino de 20 metros que me llevaba al camino principal. Metí la segunda marcha y salí poco a poco, pero al tomar una pequeña curva el coche me patinó perdiendo toda la inercia que llevaba y dejándome en medio de una pequeña vaguada. Y allí me quedé con las ruedas girando sin coger tracción, pero con la esperanza de que el bueno de Paco me sacaría de allí.

Así que fuí a buscar a Paco, que me dijo lo zumbao que estaba por bajar por aquella rampa y enganchamos mi coche.



Estaban los dos coches en un pequeño repecho y tan pronto como Paco quiso traccionar para tirar de mi coche, su coche hizo rodadura pegándosele una fina capa de limo a sus ruedas. Allí acabó la operación de rescate del Suzuki al cual se le desbloqueaba automáticamente la tracción a la cuatro ruedas.

Así que como si de un doble castigo divino se tratara por nuestros malos pensamientos e ideas, los dos nos quedamos allí en medio del repecho.

Había que hacer algo para salir de allí. Empezamos a pensar en gente del club que tuviera un todoterreno con reductora para ayudarnos. No se me pasó por la cabeza llamar a la grúa que seguramente con un cabestrante eléctrico nos habría sacado, si es que accedía a bajar por la rampa infernal. Finalmente ese brainstorming desembocó en un 3000, que no es un bass, sino un coche de carrasca.

Así que abusando de mi amistad con el dueño del 3000 lo llamé para pedirle auxilio. Muy en consonancia con su título vitalicio de "Molt honorable" accedió sin dudar a rescatarnos. Así que la tranquila tarde de montaje de moscas que se le deparaba, se convirtió en una operación de salvamento.

Mientras esperabamos la llegada de nuestro salvador, yo no me podía estar allí quieto sin hacer nada. Así que deforesté un perímero de 20 metros a la redonda para confeccionar un lecho de tracción para el 3000. Cuando me cansé de cortar ramas, todo esto mientras llovía, me puse el traje de peón caminero y me fuí a arreglar la rampa infernal para poder salir más fácilmente y con menos peligro.

El 3000 llegó y el molt honorable, con la frescura de un jugador que salta al campo en sustitución de otro, nos preguntaba tranquilamente por nuestra jornada de pesca. Tras explicarle un poco la situación y enganchar el coche de Paco, intentamos salir de aquello. Como me temía yo, el 3000 no tiene problema para salir de allí por si solo, pero tirar de otro vehículo traccionando sobre una capa de limo es otra cosa. Finalmente, tras usar todo tipo de utensilios como cadenas, rejones, alfombrilla, tabla, palos, ramas, el coche de Paco salió.

Paco se llevó mi remolque con su coche para sacar la barca por la zona de la presa donde le esperaba Cisco que se había quedado pescando. Cisco sólo pescaría un luciete más por allí, así que una ruina.

Allí nos quedamos el "molt honorable" y yo con mi coche que estaba unos metros más abajo que el de Paco. También había allí unos furtivos pescando con pez vivo que asistieron como invitados de piedra a aquel espectáculo del hombre contra la naturaleza.



Mi coche también saldría del barrizal, pero tras una hora y media de ir avanzando metro a metro. Cada metro conllevaba preparar el terreno con ramas, cadenas, piedras... para que el 3000 traccionara y pudiera dar los tirones que al fin y al cabo era lo único que conseguían moverme del sitio.



Cuando oía rugir a la bestia, sinceramente pensaba que volvía de Loriguilla en triciclo, pues no encontré el punto seguro de anclaje de mi Focus y la eslinga estaba sujeta al travesaño de una de las ruedas. Luego en casa, leyendo el manual del vehículo, descubrí que el punto de anclaje estaba oculto tras una tapa de plástico sobre el faro de antiniebla derecho. Conviene saber este detalle en todo vehículo.

En todo este proceso donde mi agotamiento físico y mental era considerable, me sorprendió la entereza, la tranquilidad más absoluta, el control total de la situación, o como el Truchas diría, el señorío del "Molt Honorable". Para quitarse el sombrero. La operación de rescate acabaría entre dos luces fundiéndome en un abrazo con mi rescatador, agradeciéndole una y otra vez la ayuda prestada. Os dejo la imagen para el recuerdo con el lazo de unión entre el rescatador y rescatado.


Pasado lo pasado, subir la rampa infernal fue un juego de ñiños. Finalmente, fuimos en búsqueda de Paco y Cisco que ya habían recogido mi embarcación, no sin algún sobresalto. Desde aquí darle las gracias a los dos, pues en el fragor de la batalla se me olvidó, por intentar ayudarme y por recogerme la embarcación.

Esta crónica acabó con una agradable tertulia final de despedida entre los cuatro caballeros del apocalipsis. Desde estas líneas agradecer de nuevo a los compañero implicados en esta jornada de pesca, Cisco, Paco y especialmente a Vicente, por su ayuda. Estoy en deuda con vosotros. Un abrazo y espero que os haya gustado la crónica.

11 comments:

pardo said...

vaya dia a lo india jones, lo que mas me ha gustado es la foto del Paquito,parecia un gorrila del nuevo centro.
por que la has quitado? hazme el favor, mandamela por e-mail.
felicidades Jorge me he reido mucho.
un saludo, que no un abrazo....

Jorge said...

Pardo, no me seas cabrón que esta crónica casi me cuesta un disgusto.

Esa foto la hicimos sin querer al pasarnos el móvil Cisco y yo. De hecho la foto posterior sale una mano. La foto no te la paso si no me autoriza por escrito el señor Paco.

Pardo y Paco, me gustaría veros por aquí cuando volváis de la Copa MegaBass.

Yo sí que te doy un abrazo :-)

francisco arroyo said...

si es verdad parezco un gorrila jajaja,gracias por las modificaciones jorge,pero mandale la foto a pardo para que se la cuelgue encima de la cama.un abrazo

Jorge said...

Hombre Paco, ya puedes poner comentarios.

Lo siguiente es que colguéis vuestra crónica del sábado Cortes que fue mucho más productiva que la nuestra. Si me mandais el texto y las foto, yo os la pongo

Kike Ortega said...

Sois unos fenóemos, vaya días de sufrir, desde luego hay que comprarse un 4 x 4 o no ir a los barrizales, por que esto es sufrir.

Un abrazo campeones.

Jorge said...

Pues sí, habrá que planteárselo, y más ahora que estoy pendiente de que me pasen a contrato indefinido.

Un abrazo, Kike.

Miguel said...

madre mia que odisea!!
Jorge no aprendiste de la experiencia del año pasado por Loriguilla?tambien lo pasamos mal eh.
Menos mal que Vicente os echo una mano que si no...os veo esperando la grua.
Bueno un dia movidito pal recuerdo que al final acabo bien.

Un saludooo

Javi said...

Como dice Kike, es justo y necesario que el doctor se haga con un 4x4 y con un remolque en condiciones. Hagamos un grupo de apoyo en facebook para que le den la plaza de profesor o de catedrático gggg ;)

Jorge said...

Tenéis razón, pero tengo que reconocer que soy bastante mirado con el tema de gastar dinero (tacaño) y hasta que no tenga un colchón suficiente y seguridad contractual, voy a mínimos.

Ahora si no pasa nada raro, este mes de mayo o junio pasaré a contrato indefinido. Entonces para celebrarlo y tirando la casa por la ventana, le compraré unas ruedas nuevas de 5 pulgadas al remolque. Ya le he preguntado a Cisco donde las compra: Valnort en el polígono de Rafelbunyol.

El 4x4 ya son palabras mayores, pero todo se andará. Si se alinean los astros y se me pone una buena oportunidad a tiro, seguramente la tome. Pero bueno, Javi estará conmigo que todo esto se debe hacer poco a poco y con "conosimiento".

Javi said...

Ante todo conosimiento y mesura ;)

Y2 said...

Ufff.. menudo susto Jorge, bueno lo del 4x4 ya lo verás en un futuro, de momento mira la meteo y como dice Javi, prudencia.