Thursday, April 21, 2011

El despertar de Cortes en compañía de "The Guardian"

Muchos de los atrevidos pescadores que nos hemos adentrado en Cortes estos primeros meses del año, nos hemos encontrado con la porra día sí y día también, o en palabras del ilustrado "The Guardian":

¡Pumba!, cebollazo en los morros.

Este hecho junto con unas condiciones meteorológicas adversas ha llevado a mucho pescadores, entre ellos yo me incluyo, a buscar aguas más propicias río abajo. Más concretamente estamos hablando de Tous donde los pescadores hemos saciado nuestra sed de peces de principio de temporada. Como resumen de mi última salida a Tous en compañía de un ilustre pescador castellano-leonés, os dejo un par de fotos de mis mejores capturas:


Ambas con la técnica de cangrejillo a texas que me transmitió el tío Berni. Marcos batió su record personal con un pez de 2.540kg, pero esa foto no la veremos en este blog. Esto me ha dado que pensar, y plantea la cuestión de los derechos de autor versus los derechos del barquero, que no banquero.

Así que cuando Emilio me propuso ir a Cortes pues tengo que confesar que tenía mis miedos (a la porra). Habiamos quedado a las 7:00am en la rampa de Cofrentes, pero me equivoqué con la salida desde la carretera nueva y llegué hasta la central nuclear de Cofrentes. Esto me recuerda las palabras de un familiar:

Como exploté un día Cofrentes estando tú allí pescando,
no te salva ni la Mare de Déu.

y yo añadiría, y a tí tampoco.

Pues eso que llegué a la rampa de Cofrentes y estaban Quereda y Juanki aparcando su coche con la barca ya dentro del agua. The Guardian y su incombustible compañero canino me esperaban.

Tras cargar los trastos y una botadura de la embarcación en consonancia con la ISO 2011/1 de seguridad fluvial, salimos en busca del Ral.

Las ganas de pescar nos hicieron parar a medio camino, en el río, y a la segunda o tercera llança peix con el fat ika chartreusse. Un luciete de palmo salía enganchado de la parte de debajo de la boca,. Es que todavía no sabía ni comer de lo que pequeño que era. Como es habitual, se hizo el silencio y Emilio rememoró sin saberlo la mítica frase de Javi:

Ya no haces porra.

Sin ninguna picada más, y con las aguas muy turbias seguimos río abajo. Fuimos directamente a la récula de la casa, a la punta de cañizos. Allí Emilio, como diría Pardo, me tocó los morros y me sacó uno de kilo. A lo que tuve que responder sacando un bass a pez visto con un shap shade color baby bass con la línea de 6 libras a manos de la bella docella (G.Loomis Drop-shot 4-8 libras con un Shimano Sephia 2500S by Yamamoto Team) dentro de la récula. Allí Emilio vería alguno más, pero si quieres.

Salimos de la récula y en la montañeta sumergida que hay en la salida de la récula, lucioperca en all-i-pebre. Seguimos por esa orilla saliendo de la récula pero no teniamos picada. En eso que mientras que Emilio desenganchaba su señuelo, lanzo hacia dentro justo detrás de la franja de vegetación sumergida. Noto la picada (cuanto tiempo si notar una picada tan clara), clavo y a disfrutarlo. El cangrejillo Fat Baby craw en color 231 (plum emerald) con un tungsteno de 3/16oz (5 gramos) era irresistible.

Así que imaginándome que los peces estaban en esas posturas, era cuestión de sacarlos. De esta manera saldrían 4 peces más en unos 30 metros de orilla ante la atónita mirada y silencio sepulcral de The Guardian.

Allí estabamos tan tranquilos, cuando nos cruzamos con un viejo conocido, al menos cibernauticamente, de The Guardian, con el que había tenido ciertas diferencias en cuantos a sus quehaceres. Como suele ocurrir en estos casos, cada uno se va por su lado tras calentarse y eso que estaba nublado el día. Esto me recuerda a las discusiones que se mantienen en el Congreso de los Diputados, la mayoría de ellas totalmente inútiles, donde las posturas de cada bando político son inamovibles. Lo que no sé, que es lo que hacen allí discutiendo, perdiendo el tiempo sin llegar a ningún punto de acuerdo.

Bueno, pues nos cambiamos de orilla y seguimos pescando. No sacariamos en esa zona mucho más, pero nos metimos al final de la récula de la casa para pedir el pase a tres transeuntes que iban por la orilla. Todo en regla, menos el motor eléctrico cuya cuerda se partió al intentar subirlo. Allí estuvimos descubriendo el mecanismo del "botijo", y tras un buen rato y una acción sincronizada/colaborativa subimos el motor y arreglamos el desaguisado.

Nos habían comentado que había un objeto hundido, seguramente una embarcación, amarrado al pino de la rampa del Ral. Así que Emilio, en representación de la ley en Cortes, fue a averiguar tal suceso. Efectivamente, de un objeto sumergido salía una cuerda de escala de buena calidad empalmada con otra. En su papel de guarda, Emilio dió parte a la Guardia Civil que se personó allí para confirmarnos que poco podrían hacer de momento y que seguramente el propietario volvería a recuperarla.

De allí nos fuimos a la récula del Prebetón, pero no sacariamos ninguno. Por allí nos encontramos a Quereda y Juanki, este último muy en su línea de comportamiento nos hacía unos lances precisos con una caña amarilla de crankbait. Este Juanki se ha echado a perder. También pasaría por allí, el más conocido como "fish or die" que obviamente no había comido ni pararía para comer. Además se le había dado bien. Tras charlar un rato e intentar Emilio sin éxito proporcionar servicio técnico de sondas, nos fuimos de nuevo a la récula de la casa y pescar la otra orilla, la de la hilera de árboles.

Allí sacariamos otros tantos y Emilio volvió a recuperar el aliento tras sus quehaceres de guardia. No hace falta que diga que la conversación fue fluida con bajadas y subidas de tono al más puro estilo Emilio Martínez Gómez.

De allí fuimos a la arboleda, y en la isla sacamos alguno que otro. Yo ya había perdido la cuenta.

Subimos hacia el río, donde Emilio me llevo a su santuario. Efectivamente, The Guardian, maestro supremo de la pesca a senko no se equivocaba, y cuando me descuidé llevaba clavado un pepino de más de 2 kilos. Allí estuvimos intentando domar aquel pez, pero la suerte no estuvo de nuestra parte y tras unos segundos de lucha, el pez se enramó. Emilio abatido tras la pérdida se precipitó desolado sobre mi hombro. No había consuelo para él, no lloraba por vergüenza. Sólo acertó a decir:

Eso me pasa por ser un enamorado de la pesca finesse.

Lo mismo se podría decir del Yamamoto Team, pero no me sorprendería tanto la frase como viniendo de boca de The Guardian.

En esa misma zona sacaría yo otro, que precipitó la archiconocida frase de Emilio:

¡Qué injusta es la pesca!

Sin más preámbulo nos fuimos a la récula que hay antes de la isla del río, y allí sacariamos el último pez del día.

Como conclusión, un día sorprendentemente tranquilo en Cortes con únicamente 4 ó 5 embarcaciones, lo que agradecieron primero los peces y seguidamente los pescadores que allí estabamos. Como es habitual, la compañía de The Guardian fue grata, así como la de su co-angler canino Lucky.

3 comments:

Javi said...

Parece que se os dio bien la cosa en Cortes. Lástima que estos días haya hecho tan mal tiempo pero apuesto a que más de uno habrá ide a Cortes ¿A que sí? ggg.
Ese día Jaime y yo estuvimos en Tous y no se dio tan bien como esperábamos pero algo nos entretuvimos.
1 abrazo a todos.

pardo said...

muy buena cronica jorge y muy buena compañia.
por cierto este lunes tambien habeis estado de pesca....
esperamos ansiosos la cronica.
saludos.

Jorge said...

Gracias por vuestros comentarios. Sí, ese día se dió bien, y también tengo pendiente la crónica del Viernes Santo con The Guardian.

Luego vendrá la ansiada crónica de este lunes en Loriguilla que comenta Pardo y que ya os digo que promete.

Un abrazo.

Jorge