Open de lucio 2009
Afortunadamente este año también podía disfrutar del ambiente del Open de Lucio y todo lo que ello conlleva. Esta vez con la grata compañía de Javi "El picantón" (de ahora en adelante Javi), Cisco y Javi Ferrús (de ahora en adelante Ferrús), que también descubrimos que es picantón.
Vicent y yo salimos el viernes del poli, después de recoger todos los trastos de mi coche, que eran muchos. Recogimos el barco y salimos en busca de Miguel y Javi que nos esperaban en la vía de servicio del Rebollar, un clásico en nuestras salidas y mucho más decente que otro lugares donde se puede quedar. Tras pedirnos unos bocadillos para el viaje, empezamos nuestro viaje.
Miguel y yo conducimos todo el camino, en mi caso porque Vicent estaba convaleciente de su esguince de tobillo, y en el caso de Miguel, porque Javi todos sabemos que no está para salir, y hacemos la vista gorda :-)
Tomamos la autovía A-3 y luego cogimos la autovía Extremadura-Comunidad Valenciana hasta Ciudad Real. Esta carretera estaba construida, pero nos desviaban por las vías de servicio, sin embargo a la vuelta ya estaba inagurada y pudimos recorrerla toda de un tirón. Una auténtica gozada, en 3 horas y media Ciudad Real - Valencia. Además, en este viaje saliendo antes desde Valencia, pudimos disfrutar del paisaje extremeño. Tuvimos 2 horas de camino desde Ciudad Real hasta Puebla de Alcocer aproximadamente.
Esta vez llegamos con tiempo de sobra para limpiar los barcos, pero como no tenemos un mapa del pueblo de Orellana, pues cruzamos todo el pueblo por las callejuelas infernales con el barco detrás esquivando coches y motos mal aparcadas hasta que finalmente llegamos a la zona de limpieza. Como no escarmentamos, pues intenté volver por el mismo camino hasta que nos cruzamos con otro barco que tenía más idea que nosotros y nos sacó de aquel infierno. De ahí fuimos a Acedera para la charla de bienvenida y concentración de participantes del Open. Estuvimos charlando con los compañeros que poco a poco vamos conociendo en una y otra competición en la que coincidimos. Fue un placer reencontrarnos con nuestros vecinos del Caspe 2008, Andrés, Ricardo y sus respectivos compañeros. Así como los compañeros del Bass Alicante, Blas y Jorge Valverde.
Después de esta concentración nos fuimos a Puebla de Alcocer donde nos esperaban Cisco y Ferrús que salieron a mediodía de Valencia por cuestiones laborales. Dejamos los trastos en nuestra casa y nos fuimos a cenar a "La codorniz", como siempre, un placer para los sentidos. En mi caso, después de un viaje tan largo y con manjares por doquier, entré en modo visión tunel y conversación nula, y pasé a saciar mi hambre. Algo oía en la lejanía sobre el origen de las mujeres de moral distraída de la zona, pero no era mi prioridad en ese momento. Después de esta animada conversación, nos dirigimos a nuestra morada para sortear las camas que ocupariamos en las próximas noches. El resultado del sorteo hizo que Vicent entrara en modo autista hasta la mañana siguiente, cuando salió del mismo cazando mariposas con un salabre de muskies en la cola de botar el barco. Puede sonar surrealista, pero nada más cerca de la realidad.
Dejando mariconadas atrás, llegó la hora de la verdad, había que pescar lucios en Orellana. Los rumores decían que los lucios estaban muy duros y no tendría nada que ver con lo del pasado año. Así que empezamos pescando fino con pikies pequeños. El mayor problema que experimenté es que no podía mantener el señuelo en el fondo y no me resultó cómodo pescar de esa forma. En todo el día sólo tuvimos 3 picadas. Vicent fue el único de los dos que consiguió sacar un lucio de 3kg. Fue el único pez que presentamos. Mientras tanto, Cisco y Ferrús sacaron 3 lucios con un total de 6 kilos, pescando con pikies más grandes y con más plomo. Bravo por ellos. Miguel y Javi se comieron una porra, Javi seguía estando gafado desde el Caspe de 2008. Las larvas de mejillón cebra se quedaron en su equipo y ahuyentan a todo pez que intente picar.
Esa noche repetimos cena en "La codorniz" con unos huevos al plato a sugerencia de Vicent que nos quitaron "el sentio". De ahí nos fuimos a la cama, algunos antes que otros, pero no seré yo quien revele sus nombres.
Al día siguiente, ibamos con la idea de que los peces estarían más duros, pero nosotros habiamos cambiado el chip y habiamos sacado nuestros mejores pikies algo más grandes que los del día anterior. Entre las cosas que monté, había un pikie de Storm que compré el pasado año y no había gastado. El pikie estaba un poco oscurecido por el paso del tiempo, pero tenía más peso que los pikies que teniamos y lo podía manejar a más profundidad.
Nos pasamos un rato pescando en la punta del chalet con varias picadas, pero o no conseguimos clavarlos o nos partía el trenzado en la clavada. Esto hay que analizarlo en profundidad, mi teoría es que la clavada brusca con el freno excesivamente ajustado hace que el golpe parta el hilo trenzado. Otra razón podría ser que el nudo se estrangula excesivamente sobre el bajo de fluorocarbono, pero sigue siendo un misterio para nosotros.
En un momento dado estabamos pescando una récula que pescamos el día anterior con alguna picada, pero sin sacar ninguno. Yo llevaba mi pikie naranja de Storm que no recibía ni una sola picada. En esto que lanzo una vez más sobre una punta que había pescado antes. Notaba como el señuelo golpeaba las piedrecitas del fondo cuando en unos de esos golpes noto un peso a la otra parte, clavo instintivamente pensando que podría ser algo o simplemente una piedra. Tan pronto como clavo, percibo la sensación de movimiento a la otra parte: "Vicent, llevo uno, pero parece que es pequeño". El lucio se acercaba hacia el barco y daba la sensación de que lo traía con facilidad. Cuando el lucio se encontraba a unos 15-20 metros, noto el peso más directamente, y ya le digo a Vicent que no parece que fuera tan pequeño. En eso que el lucio que había a la otra parte, se ve cerca del barco y tira en perpendicular a la superficie del agua con una fuerza que me dobla la caña con una facilidad pasmosa. Vicent que ve que el carrete no daba hilo, empieza a ajustar el freno del carrete mientras yo peleaba con el pez. Pero el puñetero del hilo seguía sin salir, así que libero aún más el freno del carrete y consigo que el lucio empiece a llevarse hilo. El lucio tiraba con una fuerza increíble y yo estaba sufriendo por si no estuviera bien clavado, porque notaba cierta holgura. En uno de esos lances de la batalla consigo subir el lucio a la superficie por la parte donde estaba Vicent, pero yo no lo veo. Vicent, me dice que es grande y que esté tranquilo, mientras se mete una pastillita debajo de la lengua. El lucio vuelve a tirar hacia el fondo, en su última carrera antes de volver a la superficie y antes de que Vicent lo ensalabrara. Sí, el lucio estaba dentro del salabre y lo subimos al barco. Las vivencias de hacía un año se volvían a repetir, este año había sido yo el afortunado, con un lucio que era más grande que el del pasado año, pero la emoción la misma. La foto en la rampa de pesaje es cortesía de Depredators.
Tuvimos que esperar durante 15 tensos minutos hasta que se abriera el pesaje intermedio. En ese momento ya estabamos en la rampa junto con otro barco que acaba de pesar la pieza mayor con un lucio de 8,120kg. Los compañeros de este barco decían que mi lucio era más grande, pero a mí no me lo parecía. Subo a pesaje con el lucio en la bolsa con agua, lo meten en la cesta de pesaje y el dígito 7 de kilos permanecía fijo mientras los gramos se movían arriba y abajo. Al final se quedó en 7.99, y acto seguido cambió a 8.00kg. Sí, nos habiamos quedado a 120 gramos de la que sería la pieza mayor del Open. La foto fue cortesía de Francisco Carrión de la revista Sólo Pesca. Muchas gracias, Quico.
Seguimos pescando la misma zona y otras más cercanas del puente de Cogolludo. Tuvimos alguna que otra picada pescando con pikie sobre las puntas y pescando cerca de las nubes de minitalla, que realmente resultaron ser percasoles. De hecho hubo un lucio que subió hasta la superficie persiguiendo el pikie de Vicent. Después pasamos por otra récula donde tuve una picada, pero no conseguí sacarlo. Al final fuimos a otra zona que ya no recuerdo cual y Vicent pescando sentando como uno que yo me sé, clavó el que sería nuestro segundo y último lucio. Este último pesó 1.98 gramos.
Después de sacar el barco fuimos a darnos una ducha sabiendo que nos habiamos quedado a 120 gramos de la pieza mayor. En la cena de entrega de trofeos compartimos mesa con unos compañeros del Bass Madrid que sólo pescaban lucio, todo el año. Lo cual me sorprendió en sobremanera. El momento más duro fue ver como los ganadores de la pieza mayor se llevaban 1.000 euros para la pareja, y un jamón, una caña y una bolsa de señuelos para cada uno. Mientras que nosotros nos ibamos sólo con una bonita foto. Para que nos vamos a engañar, fue el momento más duro que he tenido que vivir desde que compito en este mundillo de la pesca deportiva. Pero nada se puede hacer al respecto.
Al día siguiente, madrugamos para salir pronto de camino a Valencia. En 2 horas estabamos en Ciudad Real y en 3 horas y media de autovía estabamos en Valencia. El Open de este año distó mucho de la locura del pasado año, pero no por eso dejó de ser menos emocionante. Espero poder volver al año que viene, y si no puede ser, espero que quien vaya lo disfrute tanto como yo. Como siempre fue una placer compartir estos días con los compañeros del Bass UPV.Por último felicitar a Bass Madrid por la excelente organización e infraestructura puesta a disposición de todos los competidores. Muchas gracias un año más.
3 comments:
Hola a todos! Menudo bicharraco nano. Miguel y ello nos comimos un par de porras de las buenas, q desastre!!!! Menos mal que en las cenas recuperábamos fuerza con los manjares de nuestro amigo el putero extremeño gggg.
A ver si a la próxima consigo pesar un pez pq esto ya huele.
Nos vemos el sábado!!
que bien os lo pasais cabrones!!!!
una lástima esos gramillos de menos, pero en la próxima esperamos esa pieza mayor...
en diciembre espero ver algo parecido Jorge ;-)
Como siempre, muy buena crónica Doctor, gracias por tu tiempo!
De nuevo, y ya van dos veces este año, Jorge y yo nos hemos quedado con la miel en los labios, pero esta vez ha sido más traumática... a solo 120gr!!!!!!! que injusto es el mundo.
Tranqui Jorge que esto cambiará, te lo prometo! ;)
Post a Comment