Sunday, April 05, 2009

Salida a Cortes con la escuela

Primeramente enmarcar esta crónica en una salida con la escuela BassUPV a Cortes en este fin de semana donde se esperaba que hubiera mucha gente pescando, y tras haber pasado recientemente un frente frío que duró un par de días del que no sabiamos como los peces se habían recuperado tras otros dos días de buen tiempo.

Y con estos últimos pensamientos en mente salí con mi barca rumbo a Cortes. En la vía de servicio de Buñol me encontré con Leyton y Mascarell, que tras adelantarlos sólo por picar a Leyton, me adelanté un poco hasta que un par de camiones (camino al vertedero de Dos Aguas) nos ralentizaron la marcha e ibamos todos como un convoy. En una argucia no propia de un doctor, cuando llegué a Macastre me desvié por el centro del pueblo para puentear a los camiones, mientras el resto seguía por el by-pass que rodea al pueblo. Pude sentir como los ojos de Leyton me seguían pensando lo que todos pensáis. Mi estrategia salió bien y llegué mucho antes que ellos. Ya os podéis imaginar lo que me llamó Leyton cuando llegaron a la rampa, conociéndolo, no podía ser de otra manera.

Para colmo de los colmos para Leyton, estaba Miguel García arreglando su barca tranquilamente en medio de la rampa cuando intentó botar el barco. Tras intentar un par de veces hacer la maniobra esquivando el barco de Miguel, se dió por vencido, y ya viniendo calentito, casi se le tira al cuello a Miguel :-) Al final le ayudé a Miguel a tirar el barco. Cogí el mío que ya estaba botado y me fuí para el punto de quedada a paso de tortuga, mientras Miguel pasaba por mi lado como una exhalación.

Cuando llegué a la rampa del Ral, y tras los comentarios jocosos sobre los correos de asistencia de Bruno a la salida de pesca, lo subí al barco y nos fuimos para la récula de la casa. Cuando iba a entrar en una récula me encontré con que ya estaba ocupada por Alex y Fran subidos en la derbi que ya se pueden considerar parte de la fauna de Cortes. Además la derbi con su color verde se mimetiza. Pescamos enfrente de la casa a la derecha de Alex y vimos uno de 2kg por las orillas que no picó. Yo llevaba una un ika y Bruno, un shadow (fluke blanco). No tuvimos picada mientras saliamos de la récula de la casa rodeando los cañizos finos. En ese momento monté una kut-tail en color cinnamon. Llegamos a la playa con árboles grandes que hay a continuación, y cuando llevaba felizmente mi kut-tail por el fondo noto una picada puntual, seguida 2 segundos más tarde por una sacudida, clavó y empieza a tirar, estaba ya emocinado pensando en el bass que iba a sacar, cuando me veo que es una lucioperca, aaahhh! Me alegré por mi madre que la esperaba como agua de mayo. Seguimos pescando esa orilla y cuando estabamos pescando un puntal, me veo un bass paseando por el puntal, le paso cerca la kut-tail, y no lo dudó, se lanza a por ella, se la lleva, lo clavo y se me escapa. Tras fallar este pez, nos fuimos a la ŕecula del prebetón. Allí pescamos una récula en la orilla orientada al oeste, y no tuvimos picada. Pasamos a la récula a la izquierda de la récula larga, y nada de nada. Pescabamos con jig y ikas, pero no vimos basses por las orillas. Al salir de esa récula, tuve una picada a un cangrejo a texas, pero no lo clavé y se me llevo una pata del cangrejo. En ese momento el Ral estaba lleno de barcos, había uno en cada récula. Así que decidí cambiar de estrategia e irnos para la zona del río.

Entramos en la zona del río y paramos en la orilla de la derecha. Pescamos a texas con el cangrejillo y Bruno con una especie de flapping-hog de Zoom. Vimos un bass por la orilla, y tras llegar a la primera récula con unos árboles, la pescamos desde la orilla hacia dentro. En eso que me fijo en la caña de Bruno que estaba pescando sentado como un señor y veo una picada, y le digo: "Bruno, te han picado", y Bruno que va sobrao me responde: "Ya lo sé, no estoy tonto, lo estoy dejando comer" y acto seguido da la mano, pero al dar la primera vuelta a la manivela del carrete destensa el hilo y se le escapa. Bruno había hecho un fallo de novato, y el pez se le había escapado. Segundos más tardes un pez de kilo y pico salía a la superficie y saltaba fuera, era el que se le había escapado a Bruno.

Pero Bruno como los buenos, no perdió la concentración y siguió pescando de la misma manera. Me vuelvo a fijar en su caña, y vuelvo a ver otra picada, esta vez clava y no destensa. El pez empieza a tirar como una bestia, Bruno me decía que era un lucio, en eso que el pez se va para el centro del embalse y empieza a subir hacía la superficie, cuando lo ví, era un bass y de los buenos. Tras pelear unos segundos lo cojo y lo subo a la barca. Lo pesamos, pesaba 2.3kg, jeje, casi ná. Récord personal de Bruno que este año se va superando salida tras salida.

En ese momento me puse a batir orilla para pescar aquellos peces que estaban activos, pero cuando me dí cuenta, Bruno estaba pescando la cola del barco con un jig, y no era plan. Así que volví con mi cangrejillo, en ese momento ví un bass escarbando en la orilla, y lo pescateé, le tiré el cangrejo al lado y no dudó en cogerlo. Fue presa fácil, lo clavé y lo saqué sin problemas. Era un pez bueno, pero había sacado más grandes :-) Peso 1.6 kg. Seguimos pescando sin picada hasta que llegamos donde empieza un cortado, antes de la pendiente de grandes piedras y tuvimos unas picadas, pero no conseguimos clavar lo que fuera.

Con eso volvimos para compartir la sobremesa con el equipo Paco Revert y Vicent, el pescador solitario. Allí coincidimos con personajes míticos de la pesca del bass: el Chincheta, el Tapi, Toni "el de la Z9", Blas Valverde y muchos otros que no sé sus nombres. Como es habitual compartimos nuestros manjares, entre ellos los cacaos y almendras que fríe mi madre y que ya se han convertido en alimento oficial del equipo Paco Revert. Acabamos de comer, recogimos bártulos y nos volvimos a pescar. Bruno y yo pescamos la orilla que hay a la izquierda de la zona de pesaje. En eso que estaba felizmente pescando con mi ika en un árbol grande sumergido cuando noto que el ika llega al suelo, lo levanto un poco y noto una picada, pero no noto nada más, un segundo más tarde subo un poco más el señuelo y noto otra picada, y ahora sí que clavo y ya me veía con un tocho en la otra parte de la línea, pero no, era un lucioperca de kilo y pico. Pero qué hace una lucioperca en un árbol picando a un ika como si fuera un bass, un sentimiento perturbador me embaucó, y me trajo las imágenes de luciopercas en el Caspe picando a lo que fuera por todas partes. Realmente me preocupó.

Seguimos pescando y clave uno pequeño, y luego vimos a otros que ya no conseguimos clavar. Nos fuimos para la zona del río, y no nos dió tiempo a nada. Tuvimos que volver a la rampa del Ral y allí dejé a Bruno a regañadientes (por su parte), pero tenía a mi otro gran amor esperándome en una orilla de la récula de la casa.

Salí a toda ostia a por él y lo recogí en la récula de la casa. Pescamos una de las réculas enfrente de la casa, cuando Crespo tuvo una picada al jig que llevaba. Era un lucio que tras intentar que no cortara el hilo, fue imposible.
De ahí nos fuimos a la récula de prebetón en la zona más cercana a la rampa de pesaje, allí tras batir orilla con jerkbaits Crespo clavó uno de kilo y pico, y yo por fin estrené mi caña de crankbait con un par de basses de kilo y algo.
Para acabar la jornada y sabiendo que nuestros familiares agradecerían que les llevasemos alguna que otra lucioperca, nos fuimos a la playa de las luciopercas, sita en la récula de casa, a la derecha de las cañas (no cañizos). Allí entré en modo pesca de lucioperca y monté un skitter grub blanco a texas y nos plantamos delante de la fatídica playa. Tras ir buscando el banco de luciopercas, dimos con él, estaba arrastrando por el fondo mi bonito skitter grub blanco cuando noto una picada puntual, jeje, ya estaban ahí, pam, clavo y empieza a pelear como una bestia, y decían que las luciopercas no tiraban, pues había que ver a esta, menuda fiera. Tras unos minutos y sin saber como izarla al barco, nos hicimos con ella.
Sí, da miedo sólo con verla en la foto. No contentos con llevarnos 3 luciopercas, seguimos pescando luciopercas y minutos más tarde, pam, otra picada, y otra lucioperca. Aquello era preocupante, esa playa estaba infestada de luciopercas, Crespo lo pudo comprobar. Tuvo una picada, la clava y se le escapó.

Pero lo más alarmante estaba por venir. Estaba Crespo inocentemente arrastrando su skitter blanco por el fondo cuando ya estando cerca del barco lo levanta del suelo y lo sube hacia la superficie y observa como una sombra negra sigue el señuelo. Esa sombra tenía un lomo que Crespo me dijo que no podía abarcar con sus manos, sería una lucioperca de por lo menos 7-8 kilos. Se le pusieron los pelos de punta y su cara aparecía ante mí desencajada por la imagen de aquel animal oscuro y tenebroso que había abandonado las profundidades para mostrarse. A Crespo le llevo unos segundos recuperar la serenidad y que sus ojos volvieran a sus órbitas, estaba conmocionado.

Probamos un poco más, pero se estaba haciendo de noche y ya oiamos en la lejanía los gritos desgarradores de los orcos que se preparaban para bajar de las montañas y devorar a los pescadores de bass que osaban a usurpar su territorio de pesca. Muy a mi pesar dejé a Crespo en la orilla bajo su responsabilidad, y a escasos metros de su coche donde podría refugiarse y huir en caso de ataque orco, mientras yo salía a todo gas en busca del embarcadero. Allí me encontré con Alex y Fran que estaban a punto de echar el cierre al embalse, luego vendría Crespo para ayudarme a recoger, guardar sus trastos y llevarse una lucioperca para su padre.

En conclusión, un buen día de pesca con buenos basses a pesar de la cantidad ingente de barcas en el embalse, pero con demasiada presencia de luciopercas en muchas partes distintas del embalse donde no me las esperaba, y con la sorprendete ausencia de alburno, lo cual me sorprendió igualmente.

3 comments:

Javi said...

Muy bien George, la verdad es q fue un día raro pq el tiempo estaba aparentemente bueno, pero nosotros no supimos dar con los peces. La verdad es q estuvimos como un par de horas dando palos de ciego y encima con el agravante de ir viendo barcas en cada sitio, con nuestra limitación de ir a eléctrico. Al final salvamos la jornada con una lucioperca de kilo y algo q sacó Jaime y un bass de 1'5 justo q saqué yo in-extremis poco antes de irnos. Salvamos el día, pero sin muchas alegrías. Veremos a ver la próxima vez.
Yo en pascua he estao por el pueblo y fui un día a la trucha. Saqué 5 o 6 de esas truchas comunes que ya no se ven salvo en parajes remotos. Fueron todas pequeñetas menos una q haría unos 25 cm (de risa encomparación con los basses de aquí, pero tb tienen su aquel) el resto de días nevó así q res de res.
En fin, espero veros pronto.
Au!!!

Jorge said...

Gracias por tus comentarios Javi.

Ya le tengo dicho a Jaime que se gaste los cuartos en hacer un upgrade de su barca que por cuatro duros puede tener una de aluminio de segunda mano de categoría con eléctrico de pedal. Pescaríais más, tanto él por tener una mayor comodidad, como tú. Además esa inversión se recupera más fácilmente si se quiere vender la barca posteriormente.

En cuanto a las truchas y a las nieves de tu pueblo, ¿tienes un reportaje fotográfico de tal magnífico evento?

Un abrazo.

Javi said...

Pues la verdad es q no pq yendo con el vadeador por aguas corrientes, cuantos menos aparatos susceptibles de pasar a mejor vida con el contacto del agua mejor.

Lo de la zodiac, como dice él, ya está amortizada jajaja. Lo del upgrade, al final tendré q comprarme yo una ;) (pues no me queda...)