Salida a Cortes con Miguel

Hola de nuevo,

hacía mucho tiempo que no os deleteitaba con algunas de mis crónicas :-) más que nada por motivos de conexión a Internet.

Este agosto he ido varias veces a Cortes, creo que unas 4, pero en esta entrada os pondré las fotos de la salida que hice con Miguel.

El día que fuimos con Miguel, la verdad que por la mañana nos comimos una porra en la zona del río, y eso que utilicé las técnicas "walking the dog" (del inglés: pasear el perro), "close the door", "open the window", "flippin' with flappin' ", pero nada de nada. Creo que tuvimos alguna picada a texas con cangrejillo, pero por lo demás fue bastante aburrido.

Por la tarde, y gracias a la intuición de Miguel nos fuimos a la zona de la presa a ver si teniamos más suerte en aguas más frescas. Fiel a mis principios monté un fat ika recién traido de los EEUU en color "clear w/gold and silver flakes" - Javi y Jaime creo que éste también está en España, por si os pregunta el abuelo de Escalona. Al poco rato de ir probando, y mientras Miguel grababa un video de la llegada de la dichosa golondrina, notó que se me llevan la línea y tac (que diría algunos) tochete. Los pasajeros de la golondrina haciendo fotos, la golondrina haciendo sonar la bocina, ché, un espectáculo.

Seguimos pescando la orilla dirección presa y tras algunas picadas de ratas, que diría el maestro, pasamos una zona de arboleda, cuando lanzo y dejo caer el ika a las profundidades abisales de Cortes. En eso que noto que la línea se vuelve a ir, y esta vez, pam, clavo y empieza a tirar como una bestia parda. Tira hacia dentro sacando hilo, y le digo a Miguel: "Este es tocho". Como suelo decir, éste no iba a sacarlo así como así. Se pone a tirar por debajo de la barca llevando mi caña GL IMX :-P a su límite de torsión, hasta que finalmente empieza a relajarse y Miguel que aprovechó la ocasión para grabar otro video, sube el pez a la barca.

La primera impresión de Miguel resume el tamaño del pez: "parece un mero". Efectivamente, era enorme, parecía más un mero que un bass. Al final dió en la báscula de Miguel 2.5 kg, aunque a mi me parecía el más grande que había pescado. ¡Qué tocho!
Esto no acabo aquí y seguimos pescando. Miguel se pasaba al ika para clavar unos cuantos de talla, y ver que el ika funciona. Al final de la zona de la presa teniamos que volvernos, pues eran las 6 y pico, y la vida (conyugal) de Miguel peligraba a su vuelta a casa. Así que replegamos los trastos y con todo el dolor de nuestro corazón, dejando tantos basses por pescar, nos volvimos a casa. Fue un día de pesca magnífico, en cuanto al periodo vespertino se refiere.

Me gustaría dedicar esta entrada a nuestro amigo y compañero Jaime, que aunque en la distancia, el recuerdo permanece. Espero que hayas disfrutado con su lectura :-)