Pretemporada del equipo PACO REVERT o "viaje de pirados" (parte I)

“Cuando un millón de millas hacia cualquier lado es lo más cercano a tu hogar...” R.J. Dio.

Todo parece q iría bien. Lo más importante, el viento, estaría ausente por completo según Paco Montesdeoca. El embalse está al 25’5%, el agua llega hasta el asfalto de la carretera que baja. A las 9 teníamos todo listo para embarcarnos en una aventura q no sabíamos si seríamos capaces d realizar. El objetivo era claro: llegar a la cola de Tous y empezar a pescar desde allí. Como íbamos provistos de 250 Amperios ¿Qué podíamos temer? Pronto nos dimos cuenta que no hay q fiarse del hombre del tiempo. Hacía un aire q te cagas y constantemente nos salpicaba agua hasta q nos chopó del tó.

Con nervios de acero más propios de un FRANCOtirador que de unos jóvenes pescadores sedientos de capturas (en el agua y también en las discotecas) dejábamos pasar sin hacer ni siquiera un lance recula tras recula, cortado tras cortado y punta tras punta. Pasadas las 12 (lo q supone más de 3 horas de viaje) del mediodía avistábamos por fin la central de millares que marca el final del embalse. Allí vimos otra barca que había entrado por allí y nos preguntaron: Piquen o qué? A lo q yo respondí: No, encara no em escomençat a pescar! Nos miraron con cara de incredulidad (o de mofa) sabiendo q veníamos d la presa. Ascendimos un poco más en nuestro camino hacia el olimpo de los lucios y comenzamos a pescar unos árboles. Se mascaba la tensión en nuestros rostros, cualquier lance podría ser el bueno.

A los 5 minutos, en un lance con el pikie... hice un enredo enorme en el carrete de casting que me obligó a cortar varios metros de hilo. Mal empezamos. Mientras desenredaba el hilo un tío sacó un lucio de unos 4 kilos desde orilla y el cabrón se lo subió corriendo a la furgoneta. Y nosotros desde la barca nada. Malo. 20 minutos después seguí pescando. Jaime llevaba ya un buen rato azotando cada postura querenciosa para el lucio con su pikie y con su salamandra sin obtener respuesta. Así fueron pasando las horas hasta que decidimos pescar los cortados con crankbaits de profundidad.

A las 14: 20 aproximadamente llegó lo q todos esperábamos. Noté un peso al otro lado de mi línea y grité: Jaime llevó uno, es un bass!! Al principio, debido a la forma de tirar pensé q así era pero en cuanto vi como le blanqueaba la tripa (y como se doblaba rápidamente la caña) me di cuenta de q era un lucio. Lo controlé con el freno y después de un tira y afloja de lo más divertido, se dio por vencido y se dejó coger por las hábiles manos de Jaime. Lo pesamos y dio un peso de 3’5kg. Misión cumplida llegamos al final de tous y sacamos un lucio. Seguimos con los crankbaits en los cortados un buen rato con la esperanza de sacar alguno más pero no pudo ser. Aproximadamente a las 4 comenzamos el regreso hacia los coches.

Continuará.

“uno, dos y tres. Uno, dos y tres. Uno, dos y tres...”