Tuesday, August 24, 2010

Otra muesca más en el mango de nuestras cañas

Esta crónica comienza con una llamada telefónica de Cisco que tras una breve conversación me pregunta:

- ¿Sabes dónde podriamos ir de pesca esta semana?

Como si de una conexión mental se tratara, respondí acto seguido acertadamente. Así que no había más que hablar, tras comentar nuestras intenciones al molt honorable y confirmarnos que Juan y él también irían de pescar juntos esa misma semana, forzamos que se alinearan los astros. Así que para su sorpresa llamé al VBC personificado para concertar cita, aprovechando que no sabía nada, jejeje. Tengo que confesar que el VBC personificado es como los caramelos rellenos, duros por fuera pero blanditos por dentro, como se demuestra de la recreación aproximada de la conversación mantenida:

Juan: Siiiiii (muy característico de Juan).

Jorge: Hola Juan, ¿qué pasa por ahí?, ya te he enviado el permiso de navegación.

Juan: Vale. Ahora luego lo imprimiré.

Jorge: No hace falta que lo imprimas, si quieres te lo doy el miércoles.

Juan: (Silencio absoluto de varios segundos)

Jorge: ¿Tú donde vas el miércoles?

Juan: (A regañadientes) A pescar.

Jorge: Pues ya te lo doy el miércoles cuando nos veamos.

Juan: (Silencio aún más absoluto que duró una eternidad, puedo imaginarme la cara de póker de Juan)..... Venga, déjate de cachondeo.

Jorge: Ya he hablado con Vicente para irnos juntos de pesca.

Juan: ¡Ah, vale! DPM.

Así que en la fecha y hora acordadas, de madrugada, como toda jornada de pesca de verano que se precie, quedamos en Massamagrell tierra de pequeños grandes pescadores. Tras un paseo turístico por el pueblo dí con esta singular pareja y emprendimos el viaje a lo desconocido. En el camino recogimos al "molt honorable" starring as "the professional" en esta crónica. Más tarde se unió a nuestro grupo el mejor y más experimentado guía ribereño que podriamos tener "the trout master". "The trout master" no tardó en exigirnos voto de silencio mediante el gesto de cremallera en la boca seguido de la palabra "chito".

La cuestión es que tras llegar a la rampa de sesembarque y la maniobra de botadura de los barcos, Cisco y yo nos fuimos juntos por una orilla, mientras "the professional" y sus dos "angler assistants" iban en la otra. Cisco y yo batiamos orilla con crankbait mientras en la otra embarcación se agitaba una única línea al viento. No tardariamos en sacar algún que otro pequeño. También probamos con ika y a drop-shot en las posturas más querenciosas para estos señuelos y eso nos daría algún que otro pez pequeño.

Llegamos a una zona donde una valla metálica se sumergía en el agua, así que probé mi primer swimbait a ver si salía alguno bueno. Efectivamente, salió y llego a "dar un besito" al swimbait, pero nada. Así seguimos batiendo orilla, zona de cortados, etc. etc. pero ningún bass que nos quitara el hipo. Al final llegamos a una pequeña bahía donde sacamos unos cuantos de la medida pero muy justos pescando a drop-shot con el shap shade worm en color baby bass. Este color no falla.

Tras estos lances, the professional y sus dos asistentes acudieron en nuestra búsqueda para almorzar. Juan se hizo un bocata más grande que él, y así le pasó, que luego no me comió bien. Mientras almorzaban, "the trout master" se ejercitaba en técnicas de bass que hasta ese momento le eran extrañas, montaje a texas con un cangrejillo. "The professional" muy en su papel le susurraba algo así: "deja el cangrejo en el fondo, permite que el bass se familiarice con él, que le considere parte de su entorno". Sabias palabras donde las haya. Pero "the trout master" no iba a amilanar ante tanta sabiduría y nos confesó su truco para utilizar spinners de bass cuando no realizamos un nudo sobre la spinner.

Tras almorzar subimos más arriba de donde botamos las barcas, pero el resultado por nuestra parte fue peor, ni picada. Sin embargo, los de la otra barca se topaban con un cardumen de buenos basses que hizo que a Juan le volviera a temblar la mano como en aquella ocasión, y no pudo hacer picar a ninguno de estos peces. Seguimos subiendo hasta un puente para pescar sus pilares, pero no sacamos nada importante, creo que uno de los asistentes dijo que sacó uno de la medida, pero seguro que no llegaba.

Fuimos volviendo río abajo para hacer una parada en una caseta de pescadores, comer y descansar del calor del mediodía. Tristemente esta caseta de pescadores había sido destrozada por vándalos (humanos asilvestrados), menos mal que quedaban las mesas y sillas del porche porque eran de obra. La sobremesa estuvo amenizada por los asistentes (sobretodo uno de ellos) que contaban múltiples batallitas llenas de exageraciones. No nos aburrimos, no.

Reanudamos la pesca no sin antes de que "the trout master" nos volviera a recordar nuestro voto de silencio mediante el típico gesto del ciclista Contador mientras los barcos se alejaban y pronunciaba palabras ya casi inaudibles por la distancia como rifle, risco, vigilar, etc. Volvimos río abajo para ver si sacabamos algún bass bueno. Sí, sacamos alguno que sería de talla, pero ninguno espectacular, aunque el entorno sí lo era. Volvimos a sacar peces a drop-shot, aunque me quedé con las ganas de probar a texas. Durante esta sesión vespertina, the professional sacó un pez bueno alrededor de 1.8kg que nos enseño en la lejanía, mientras que uno de los asisstente, el que le "acompaña" en la competiciones sociales del VBC, perdía un pez bueno al cometer un error por desoir un consejo de "the professional" en la elección de la línea.

A las 18h volvimos al embarcadero para despedir a los "angler assistants" que habían realizado su cometido a un nivel que podriamos denominar de aceptable. Cisco con voz temblorosa y respetuosamente invito a "el profesional" a acompañarnos en las últimos horas de pesca de tan memorable jornada. Subimos río arriba batiendo orilla con señuelos de superficie, paseantes y swimbaits. Cisco, poco acostumbrado a llevar en su barca a personajes de tal señorío y/o categoría, iba acelerado, más concretamente, se le agorrotó el pie. Así que cuando me dió la opción de sustituirle, no lo dudé. Comandando la embarcación, y conociendo al dedillo el reglamento de abordajes como demuestra mi título de P.N.B. reciénmente obtenido, surcaba las aguas con mucho más estilo y conocimiento que el jovenzuelo de Cisco. Tuvimos diversas picadas, pero ninguna se materializó en un buen pez. Sin embargo, disfrutamos de la compañía de "el profesional", como buenos "angler assistants" en fase de aprendizaje en los que nos habiamos convertido desde el momento que el molt honorable puso su primer pie en el barco.

El sol empezaba ya a atenuarse y se acercaba el momento de irnos. Así que sacamos el barco y recogimos bártulos. Había sido una jornada de pesca en agradable compañía en un escenario inédito para nosotros que difícilmente olvidaremos. Desde estas líneas agradecer a Vicente su calurosa acogida y ayuda en las gestiones necesarias para que esta jornada de pesca fuera posible. Muchas gracias.

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