Un día especial para el recuerdo
Esta crónica es especial para mí, tanto por la suerte de haber compartido una jornada de pesca con una persona que personalmente admiro, como por la posterior cena que compartí con mis compañeros del Valencia Bass club.
Pero volvamos al principio de la historia. Era un jueves en la sede del Valencia Bass Club, esta vez con la grata compañía de Cisco que se estrenaba en su nueva andadura, al igual que había hecho Javi "El picantón" la anterior semana. Ya me iba de la sede del club con la duda de si este sábado iría de pesca, ya que teniamos la cena de entrega de trofeos ese mismo sábado y debería salir antes para llegar a tiempo. Tras un intercambio de planes de pesca para el fin de semana con el "molt honorable" salta la chispa y me propone ir a pescar con él ese sábado. Como negarme a uno de mis "sueños de juventud", compartir una jornada de pesca con Mascarell y Leyton. Por desgracia Leyton no podía asistir, así que sería un mano a mano con el Presi.
A las 6:45 había quedado con Mascarell, y a las 8:30-9:00 ya estabamos en la rampa de Cortes con 0 grados centígrados. Como era de esperar estabamos solos. Yo haciendo de Leyton metía el barco en el agua, y acto seguido conducía "la bestia" a su guarida hasta la hora de comer.
Allí estaba yo, subido al barco más impoluto que mi mochila "Revertera" había visto desde su adquisición. Con un frío que cortaba el aliento nos dirigimos al Ral a la récula de la casa. No daré muchos detalles porque Leyton puede prohibirme la entrada al club el jueves que viene, así que aplicaré un protocolo de opacidad, bueno dejemoslo en translucidez. Sólo diré que pescamos a drop-shot en zona de árboles sumergidos a 5-7 metros, pero no tuvimos ni picada. Curiosamente, por razones de convergencia evolutiva como diría Javi o por convergencia a un máximo global como diría yo, el "molt honorable" utilizaba los mismos anzuelos de drop-shot que yo. Esos que me había recomendado el joven, pero sabio, Cisco, esos mismos que nos regalaron un subcampeonato autonómico cuando el enano de la suerte se subió en nuestro barco. "Mariposas" aparte, que diría Charlie al leer una de mis crónicas, no pescamos nada en esa zona, ni picada. También batimos orilla con jerkbait y crankbait, pero nada de nada.
Así que cambiamos de zona para ir a la zona de la isla, en el camino coincidimos con los Valderde que llevaban lo mismo que nosotros. Tras probar alrededor de la isla, no tuvimos ni picada. De vez en cuando, cuando sentía que Mascarell echaba a faltar a Leyton porque enredabamos nuestras líneas, bajaba de la tarima (los dos escalones) para que Mascarell tuviera las mismas sensaciones que cuando pesca con su compañero Leyton.
La cuestión es que volvimos al Ral a la zona de la récula del prebetón donde estabamos protegidos del viento que soplaba con fuerza. Batimos orilla con crankbait y jerkbait, pero no tuvimos ni picada. Nuestros señuelos se enredaban con las hierbas que crecían desde el fondo, es un fenómeno cada vez más frecuentes en Cortes. De ahí nos fuimos a la zona de la presa.
Hasta ese momento Mascarell (y eso que le debían de estar pitando los oídos) me había transmitido suficientes conocimientos como para ganar un hipotético Classic que se celebrara en Cortes, que digo uno, tantos como los pros americanos osaran a retarme. Pero su infinita generosidad no se iba a quedar ahí, me llevó a una récula "secreta" que yo había pescado en múltiples ocasiones pero que nunca me había dado peces grandes. Llevaba montado mi único Staysee (color Wakasaki), sí, el otro se lo quedó un lucio de Ricobayo. Siempre que montó un Staysee recuerdo las sabias palabras de Álex en cuanto a la secuencia de sacudidas. Así que dada la gran inactividad de los peces, decidí prolongar la parada entre sacudidas. "Jerk-jerk-stop", "jerk", picada, uno, uno, llevaba uno, pensaba que era un lucio porque la picada fue agresiva, pero pronto ví que era un bass bueno. Se metió debajo de la barca, lo aguanté con miedo de que se enredara en algún árbol que no veía, pero finalmente lo subí a la superficie. Mascarell lo izó arañándose sus dedos con las poteras. Era un bonito bass de invierno que tenía los ojos con tonos anaranjados como si estuviera en época de freza y que estaba muy gordo para la época del año en que estabamos. Pesaría algo más de 1.5kg.
Seguimos batiendo orilla con crankbait y jerkbait por una playa que tenía muy buena pinta, pero no nos picaron. Ya se estaba haciendo tarde, así que replegamos trastos y volvimos.
Ya en la rampa, la bestia sacó el barco sin inmutarse y allí comimos el pisto que mi madre nos había preparado. Sin duda alguna, no puedo agradecer suficiente la labor de mi madre en la preparación de la "meriendilla" en cada una de mis salidas de pesca. Había sido una jornada de pesca para el recuerdo con la grata compañía del "molt honorable", un placer, un sueño hecho realidad.
Por la noche teniamos la cena de entrega de trofeos del club. Miguel y yo tuvimos la suerte de sentarnos con una pareja encantadora, los "Pacos" que se estrenaban en la pesca de bass desde embarcación y nos contaron sus múltiples vivencias. Espero que se animen y este año también compitan con nosotros. Berni y yo recogimos nuestros trofeos como subcampeones autonómicos, los ojos de Berni como luceros del alba reflejaban la felicidad de su alma.
En la rifa no me tocó nada, aunque los suertudos de Miguel y Berni, se llevaron una caña y un carretito, respetivamente.
El colofón a este día especial concluyó en la grata compañía de Berni y Miguel alrededor de unos cocktails mientras discutiamos sobre el sexo de los basses, o si no era eso, era algo parecido.
1 comment:
Este Miguel tiene más suerte... Allí donde va arrasa con los premios de las rifas ggg.
Enhorabuena por la clasificación Jorge, y también para Berni que seguro q le hace un montón de ilusión ir al nacional.
Y en cuanto a lo de poder pescar y sobretodo aprender de Vicente, pues no te digo ná y te lo digo tó. Ya nos transmitirás los secretos, sin q te oiga Leyton que si no ya sabes lo q exclamará jajaja.
Suerte mañana en Tous, auuuu!!
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