7 LUCIOS, 7
Con esta frase tan taurina queremos dar título a la crónica de la reaparición del equipo Paco Revert. Estando próxima la primavera y con ella el polen, los pajaritos haciendo nido y por supuesto la pesca de nuestro amigo el bass (ya sabemos que algunos ni con el frío más atroz dejan de ir a pescar, eh Jorge…) Jaime y yo decidimos volver a pescar después de varios meses sin ir juntos y como no podía ser de otra forma, nos acercamos a nuestro rancho particular, escenario de nuestros entrenamientos y que tantas alegrías y desengaños nos ha dado.
Era un día nuboso con lluvias esporádicas y poco viento. Visto eso y las aguas, montamos sendos crankbaits (y algún pikie) y empezamos a pescar. A los 10 minutos vi como un lucio seguía mi señuelo hasta cerca de la barca pero se espantó y se fue. Bueno, por lo menos había actividad.
Pescando en una zona de vegetación sumergida noté una cabotá y clavé. El primero de la mañana. Se falcó abajo y realmente creí que sería tocho. Hubo unos momentos de tensión a bordo hasta que pude subirlo (seguramente se habría enredado en la maleza) y al final no pasaría del kilo y medio. Ya no hacíamos porra.
Pues esto es todo lo que dio de si una corta pero intensa sesión invernal con 7 lucios en nuestro haber conseguimos una marca sólo imaginable en algún embalse extremeño, eso sí el más grande tendría unos 2 kilos y algo y casi todos los demás podrían clasificarse de lapiceros. Nos vemos mañana!!
