Tuesday, August 24, 2010

The Guardian, Lucky Craft and The Doctor

Esta jornada de pesca se fragua en fechas cercanas al doble concurso del VBC. Emilio, el archiconocido guarda del acotado federativo de Cortes, famoso por los peces de 2.5kg que saca día sí y día también, seleccionado por la prestigiosa revista "B.A.S.S." para "Guard of the Year 2010", me había comentado que le gustaría que fueramos un día a pescar juntos. Para mí sería un placer. Así que tras un aplazamiento por el mal tiempo, finalmente acordamos otro día para ir a pescar.

Me fuí el día de antes para pescar por la tarde hasta última hora. No hice gran cosa y eso que tenía grandes expectativas, pesqué en la zona del río con un sammy en superficie, pero el viento le resto efectividad. Más tarde cambié a la spinner, pero nada de nada. Al final saqué uno bueno de 1.5kg pescando a drop-shot entre 2 luces. Se me había olvidado comentar que también se encontraba en el embalse personas tan ilustres como Cisco & Cuñao, Álex Fabra y Pardo.

Al día siguiente, tras una noche un tanto fresca que me hizo acurrucarme bajo mi manta durante la noche, empecé a pescar enfrente de la rampa del Ral con paseante a ver si salía alguno bueno, pero acabé pescando a drop-shot. Sí, soy consciente de que no debería pescar tanto a drop-shot, pero me gusta y la caña que me diseñó otro KVD de Massamagrell, no ayuda a que no me guste. Será cuestión de tiempo, que pone a cada técnica en su sitio.

De vuelta a la jornada de pesca, ví como Emilio bajaba con su flamante todoterreno de recién adquisición por el camino y me acerqué a la orilla. Sin duda alguna tengo que reconocer que Emilio hizo una buena compra. Tras cargar los trastos de pesca, cañas, almuerzo de las 10h y a Lucky (fiel compañero de Emilio) nos dirigimos al primer puestet. Lucky con una educación exquisita no molestó en ningún momento y seguía atentamente la evolución de las capturas mientras las subiamos a la barca. En más de una ocasión un bass "abofeteó" el hocico de Lucky en su saltos locos por encima de la tarima.

Fuimos directamente a la punta de árboles que entra en el embalse en la zona del Ral, pero volvía a hacer viento, y no había ataques en superficie. Mientras nuestra silueta quijotesca se reflejaba en las aguas del Júcar con los primeros rayos de sol pesqué un poco a drop-shot para sacar un par de peces, uno de ellos posiblemente de talla, Seguimos batiendo orilla con crankbait pero sin resultado significativo. Pasamos por encima de la punta y pescamos los árboles tumbados que hay a continuación, pero no hubo resultado.

En ese momento Emilio me sugirió que fueramos a la árboleda, zona que no suelo pescar muy a menudo, así que le dejé hacer. Pegaba menos el viendo en esa zona y Emilio empezó a pescar con paseante. En un momento dado, con una seguridad que me sorprendió, Emilo afirmó que si no picaban en ese punto quitaría el paseante. Lance certero, dos golpes de muñeca, pam, pam, y ataque brutal en superficie brutal, era un pez bueno que falló el ataque. Emilio con sangre fría dejó quieto el paseante, pam, pam, y esta vez sí, el ataque fue seguido por un carrete que silbaba liberando hilo. La cosa estaba complicada, estabamos rodeados de coberturas, la línea no era muy gruesa y el pez era un bestia que yo le echaba 2.5kg tras verlo saltar fuera del agua a escasos 5 metros de la barca. Rápidamente saqué mi caña del agua y me dispuse a agarrar ese pez tan pronto como saliera. Emilio lo acercó a la barca, pero estaba todavía muy entero (nótese la metáfora taurina) para ser cogido sin salabre. El pez volvió a tirar entre la cobertura para saltar fuera del agua por última vez. El hilo se partió, y nos quedamos desolados. Habiamos perdido uno de esos peces que al menos yo no veo todos los días. En estos casos me sabe peor por el pobre pez que se lleva el señuelo que por la pérdida económica que supone. Había que rehacerse y seguir pescando.

Pegaba mucho el sol ya en esa orilla, así que decidimos cambiarnos de sitio. Una vez más fue Emilio el que decidió que fueramos a la cantera al principio del tramo del río. Hicimos una pasada con paseante y nada. Así que pasamos a vinilo a la caida con senko e ika. No sacamos ninguno importante. Seguimos por esa orilla aprovechando que estabamos a la sombra, pero no tuvimos resultado con crankbait, ni vinilo. Así que aprovechamos para almorzar tranquilamente.

Nos pasamos a la orilla de enfrente, a la récula justo antes de la isla, pasando a saludar en el camino al "taxi driver" que se encontraba por allí y que sólo sirvió para que Emilio se calentara, y eso que el sol no pegaba demasiado todavía. Empezamos primero con vinilo y después con crankbait. Sacamos alguno, posiblemente alguno de talla, pero personalmente buscaba alguno de 1.5kg para arriba. De ahí nos fuimos a los cortados que hay dirección al Ral a mano derecha. Buscabamos peces suspendidos, pero la brisa imposibilitaba pescar cómodamente a la caída con senkos e ikas. Mientras pescabamos hablamos de lo bien que estaría que se celebrara de nuevo este año la "Trobada" con la gente del club de Alberique. También mostramos nuestra inquietud porque el "molt honorable" pasaría seguramente a ser sólamente "honorable", y la necesidad de reconocer su labor con la commemoración de la "Copa Vicente Mascarell".

Antes en la cantera ya nos habiamos encontrado con Pardo que había estado pescando el día anterior, y nos había comentado que había disfrutado mucho con un día nublado y sin viento. Allí nos enzarzamos en una agradable tertulia que se prolongó al ser escasas las picadas en ambos bandos. Allí pusimos las cartas sobre la mesa y compartimos sabiduría y creencias. Emilio aprovechó el lance para subirse al barco de Pardo para que le pegara una vuelta de control, mientras yo me quedaba en buena compañía cuidando de Lucky. Pescamos la zona de entrada a la presa sin resultado y después subí más arriba. Viendo que Lucky estaba sofocado por el calor, le pegué un rápido baño que primero no le gusto, pero luego agradeció. Probé a pescar la zona sombreada, pero nada de nada, ni crankbait, ni ikas, ni nada de nada. El calor era sofocante y se acercaba la hora de comer. Así que tras recogerme Pardo y Emilio nos fuimos a la rampa del Ral a "pegar un bocao".

La comida deparó una acalorada discusión de bandos políticos opuestos donde preferí mantenerme al margen, además de conocer un poco mejor a los compañeros.

Después volvimos a pescar la zona de la presa cerca de las boyas, yo, estaba vez sólo, probé la zona soleada aprovechando los intervalos nubosos. Probé con mi nuevo swimbait un Lucky Craft Supreme 130 Rainbow Trout que no acaba de gustarme porque no nada de forma fluida a un ritmo de recogida lento. Sin embargo, levantó un pez muy bueno que estuvo dando vueltas alrededor de la barca sin poder hacer que picara aunque lo tentara desde lejos. Seguí por esa orilla sacando alguno pequeño con lipless que estoy aprendiendo usar, todavía sin mucho éxito. Finalmente, me cambié a la zona de sombra. Allí conseguí hacer salir un buen pez que estaba orillado con el swimbait, pero no llegó a picar. Se quedo por la orilla así que le lancé una kut-tail, ví como se acercaba y noté la picada, pero no era el grande como suele pasar, sino su compañero que aunque era de talla, no era tan bueno. Más tarde saldría otro par de basses de buen tamaño, aunque no espectacular, y estos tampoco pescaron. Fuí subiendo río arriba hacia el Ral, pero no conseguí ninguno grande. El próximo día dedicaré más tiempo a pescar con crankbait de profundidad 3-5 metros para ver si están más activos a crankbait en esas profundidades.

Acabé pescando con spinner la orilla llena de árboles del Ral donde golpeaba el viento, pero no salió ninguno grande. Cansado físicamente decidí sacar la barca mientras Emilio y Pardo llegaban. En la orilla me encontré una concentración erasmus un tanto peculiar: dos familias inglesas llenando garrafas de agua en la rampa y una pareja de alemanes con su toalla tumbados a un lado sin molestar tomando el sol mientras leían un libro. Saqué la barca sin problemas pero me prometí que nunca más iría por esa rampa. Había un surco infernal en el centro del último tramo del camino que parecía una fosa abisal.

Cuando estaba llamando a Emilio para decirle que me iba, llegaron por allí para despedirnos y comentar las posibilidades de una nueva jornada de pesca juntos. Fue una jornada de pesca agradable con una persona muy sana.

Otra muesca más en el mango de nuestras cañas

Esta crónica comienza con una llamada telefónica de Cisco que tras una breve conversación me pregunta:

- ¿Sabes dónde podriamos ir de pesca esta semana?

Como si de una conexión mental se tratara, respondí acto seguido acertadamente. Así que no había más que hablar, tras comentar nuestras intenciones al molt honorable y confirmarnos que Juan y él también irían de pescar juntos esa misma semana, forzamos que se alinearan los astros. Así que para su sorpresa llamé al VBC personificado para concertar cita, aprovechando que no sabía nada, jejeje. Tengo que confesar que el VBC personificado es como los caramelos rellenos, duros por fuera pero blanditos por dentro, como se demuestra de la recreación aproximada de la conversación mantenida:

Juan: Siiiiii (muy característico de Juan).

Jorge: Hola Juan, ¿qué pasa por ahí?, ya te he enviado el permiso de navegación.

Juan: Vale. Ahora luego lo imprimiré.

Jorge: No hace falta que lo imprimas, si quieres te lo doy el miércoles.

Juan: (Silencio absoluto de varios segundos)

Jorge: ¿Tú donde vas el miércoles?

Juan: (A regañadientes) A pescar.

Jorge: Pues ya te lo doy el miércoles cuando nos veamos.

Juan: (Silencio aún más absoluto que duró una eternidad, puedo imaginarme la cara de póker de Juan)..... Venga, déjate de cachondeo.

Jorge: Ya he hablado con Vicente para irnos juntos de pesca.

Juan: ¡Ah, vale! DPM.

Así que en la fecha y hora acordadas, de madrugada, como toda jornada de pesca de verano que se precie, quedamos en Massamagrell tierra de pequeños grandes pescadores. Tras un paseo turístico por el pueblo dí con esta singular pareja y emprendimos el viaje a lo desconocido. En el camino recogimos al "molt honorable" starring as "the professional" en esta crónica. Más tarde se unió a nuestro grupo el mejor y más experimentado guía ribereño que podriamos tener "the trout master". "The trout master" no tardó en exigirnos voto de silencio mediante el gesto de cremallera en la boca seguido de la palabra "chito".

La cuestión es que tras llegar a la rampa de sesembarque y la maniobra de botadura de los barcos, Cisco y yo nos fuimos juntos por una orilla, mientras "the professional" y sus dos "angler assistants" iban en la otra. Cisco y yo batiamos orilla con crankbait mientras en la otra embarcación se agitaba una única línea al viento. No tardariamos en sacar algún que otro pequeño. También probamos con ika y a drop-shot en las posturas más querenciosas para estos señuelos y eso nos daría algún que otro pez pequeño.

Llegamos a una zona donde una valla metálica se sumergía en el agua, así que probé mi primer swimbait a ver si salía alguno bueno. Efectivamente, salió y llego a "dar un besito" al swimbait, pero nada. Así seguimos batiendo orilla, zona de cortados, etc. etc. pero ningún bass que nos quitara el hipo. Al final llegamos a una pequeña bahía donde sacamos unos cuantos de la medida pero muy justos pescando a drop-shot con el shap shade worm en color baby bass. Este color no falla.

Tras estos lances, the professional y sus dos asistentes acudieron en nuestra búsqueda para almorzar. Juan se hizo un bocata más grande que él, y así le pasó, que luego no me comió bien. Mientras almorzaban, "the trout master" se ejercitaba en técnicas de bass que hasta ese momento le eran extrañas, montaje a texas con un cangrejillo. "The professional" muy en su papel le susurraba algo así: "deja el cangrejo en el fondo, permite que el bass se familiarice con él, que le considere parte de su entorno". Sabias palabras donde las haya. Pero "the trout master" no iba a amilanar ante tanta sabiduría y nos confesó su truco para utilizar spinners de bass cuando no realizamos un nudo sobre la spinner.

Tras almorzar subimos más arriba de donde botamos las barcas, pero el resultado por nuestra parte fue peor, ni picada. Sin embargo, los de la otra barca se topaban con un cardumen de buenos basses que hizo que a Juan le volviera a temblar la mano como en aquella ocasión, y no pudo hacer picar a ninguno de estos peces. Seguimos subiendo hasta un puente para pescar sus pilares, pero no sacamos nada importante, creo que uno de los asistentes dijo que sacó uno de la medida, pero seguro que no llegaba.

Fuimos volviendo río abajo para hacer una parada en una caseta de pescadores, comer y descansar del calor del mediodía. Tristemente esta caseta de pescadores había sido destrozada por vándalos (humanos asilvestrados), menos mal que quedaban las mesas y sillas del porche porque eran de obra. La sobremesa estuvo amenizada por los asistentes (sobretodo uno de ellos) que contaban múltiples batallitas llenas de exageraciones. No nos aburrimos, no.

Reanudamos la pesca no sin antes de que "the trout master" nos volviera a recordar nuestro voto de silencio mediante el típico gesto del ciclista Contador mientras los barcos se alejaban y pronunciaba palabras ya casi inaudibles por la distancia como rifle, risco, vigilar, etc. Volvimos río abajo para ver si sacabamos algún bass bueno. Sí, sacamos alguno que sería de talla, pero ninguno espectacular, aunque el entorno sí lo era. Volvimos a sacar peces a drop-shot, aunque me quedé con las ganas de probar a texas. Durante esta sesión vespertina, the professional sacó un pez bueno alrededor de 1.8kg que nos enseño en la lejanía, mientras que uno de los asisstente, el que le "acompaña" en la competiciones sociales del VBC, perdía un pez bueno al cometer un error por desoir un consejo de "the professional" en la elección de la línea.

A las 18h volvimos al embarcadero para despedir a los "angler assistants" que habían realizado su cometido a un nivel que podriamos denominar de aceptable. Cisco con voz temblorosa y respetuosamente invito a "el profesional" a acompañarnos en las últimos horas de pesca de tan memorable jornada. Subimos río arriba batiendo orilla con señuelos de superficie, paseantes y swimbaits. Cisco, poco acostumbrado a llevar en su barca a personajes de tal señorío y/o categoría, iba acelerado, más concretamente, se le agorrotó el pie. Así que cuando me dió la opción de sustituirle, no lo dudé. Comandando la embarcación, y conociendo al dedillo el reglamento de abordajes como demuestra mi título de P.N.B. reciénmente obtenido, surcaba las aguas con mucho más estilo y conocimiento que el jovenzuelo de Cisco. Tuvimos diversas picadas, pero ninguna se materializó en un buen pez. Sin embargo, disfrutamos de la compañía de "el profesional", como buenos "angler assistants" en fase de aprendizaje en los que nos habiamos convertido desde el momento que el molt honorable puso su primer pie en el barco.

El sol empezaba ya a atenuarse y se acercaba el momento de irnos. Así que sacamos el barco y recogimos bártulos. Había sido una jornada de pesca en agradable compañía en un escenario inédito para nosotros que difícilmente olvidaremos. Desde estas líneas agradecer a Vicente su calurosa acogida y ayuda en las gestiones necesarias para que esta jornada de pesca fuera posible. Muchas gracias.