Monday, March 15, 2010

Doblete Tous-Contreras

Mi compañero Miguel tenía ganas de volver a Tous para ver si conseguiamos sacar alguna tabarda. Para ello nuestro propósito era subir más arriba que de costumbre para ver que había por allí.

Así que nos fuimos directamente arriba y tras una hora y hartos de navegar a paso tortuga paramos en la primera récula en la entrada del cortado, pero no tuvimos ni picada. Así que subimos batiendo la orilla de la derecha también sin picada, hasta la récula de Paco. Allí, Miguel tuvo una picada en el mismo punto de la récula donde yo había sacado el segundo bass la semana pasada. Era un bass de 1.7kg, pero por desgracia después de hacer algunas fotos con mi móvil y una vez liberado el pez me dí cuenta de que no se había guardado ninguna foto. Tras reprimir mis ganas de lanzar el móvil al agua seguimos entrando en la récula con coberturas por doquier, y cuando nos dimos cuenta teniamos un bass de kilo y pico siguiendo la barca. Los basses estaban empezando a entrar en freza. En ese momento, miro hacia abajo y veo una tortuga de aproximadamente un kilo entre las ramas a unos dos metros. La tortuga mira hacia arriba para mirarnos, y sin dudarlo sale en nuestra búsqueda, se acerca a la barca, sigue acercándose, pensaba que en algún momento se daría la vuelta y se iría, pero no, me arrodillo, y simplemente la cojo con la mano. Tan sencillo como eso, como si estuviera adiestrada, la cogí y la subí a la barca, le hice una foto que no salió (lo mismo que la anterior de Miguel). La coge Miguel, y cuando nos descuidamos se había tirado una ventosidad con un olor tan desagradable que tuvimos que devolverla al agua donde volvió donde estaba. Increíble.

Poco después, Miguel lanza hacia dentro de la récula y patapam, tiene otra picada, sacando el mismo bass que saqué yo en esa récula la semana pasada. Era fácilmente reconocible por su delgadez, su lomo con tonos grisáceos como si de un hongo se tratara, y la mandícula inferior partida lo identificaban inequívocamente.



Salimos de esa récula entre carpas y basses deambulando por allí, y nos fuimos a la siguiente récula río arriba que hay a mano derecha. Allí nos encontramos con unos individuos de dudosa moralidad con un motor de eléctrico de los buenos. Salieron estos individuos de la la récula y nosotros con ellos, pero al salir, mi compañero Miguel que estaba en racha, patapam, "un altre", como suele ser habitual en esta época y como no podía ser de otra manera, con un un jig de jewel. Este pez era bueno, era corto pero rechoncho dando un peso de 1.9kg. Por mi parte, seguía con mi porra.



Así que fuimos bajando por si nos quedabamos sin baterías (y no nos equivocamos). Salimos de los cortados sin picada parando en alguna de las réculas que hay a mano derecha. También aprovechamos para comer. Desde aquí hacer un pequeño homenaje a mi madre que salida tras salida me prepara exquisitas viandas como las que se observan abajo.



Mientras Miguel dormía la siesta tras la comida aproveché ese momento para introducirnos en un agujero de gusano y trasportarnos a una récula en un universo paralelo. La cuestión es que en esa récula había una impresionante cascada que se precipitaba desde varios metros de altura. Estabamos cautivados por la belleza de esa récula cuando miro hacia el agua y veo flotando una cosa redonda de tamaño de una moneda de 2 euros. Era una tortuga diminuta, que al igual que la anterior, me arodillé y la cogí con la mano. Doblemente increíble. Tras aplacar los instintos humanos de Miguel, la liberé para que algún bass juegue con ella.



En eso que al llegar al fondo de la récula sale disparado un bass desde unas coberturas. Instintivamente lanzo el jig en su trayectoria sin ninguna esperanza de que picara, sin embargo lo hizo. Noto la picada y clavo como un resorte, tiraba mucho, pensaba que era un 3000, que digo un 3000, un 4000. Finalmente, mi caña "locals only by Revert team" no le dió cuartel y lo subimos a la barca. Un bonito bass de 1.7kg tan rechoncho como sus compañeros.



Salimos de récula y probamos en la zona de la arboleda, pero nada de nada, después nos cruzamos de orilla a la récula de enfrente, pero sin picada. Con esto y casi sin baterías llegamos a la rampa de desembarque y nos retiramos a nuestras moradas.

Por mi parte, tuve el tiempo justo de llegar para poner a cargar mis baterías, cenar e irme a dormir, pues al día siguiente tenía una cita con un músico-pescaoret. A las 8 y pico estabamos a los pies de un impresionante Contreras con 3.5 grados bajo cero y un agua a 7 grados. Me recordaba mucho al Tous del pasado año, no por la temperatura, sino por las coberturas, pero en este caso eran mayores y más abundantes. Podiamos encontrarnos pinos verdes de varios metros de altura en medio del embalse sobre una punta oculta por el agua. Además el agua era más turbia que en Tous.



Subimos río arriba batiendo orilla teóricamente buscando los lucios ocultos entre las coberturas, pero nada de nada. Buscamos una récula grande refugiada del viento, pero ni con esas. Probamos de todo, jigs grandes, jerkbaits, pikies, mogamos, spinner, crankbaits, etc., pero ni picada, ni verlos, sólo vimos un alburno herido en superficie.

Así que le propuse a Cisco buscar los cortados que hay dirección a la presa y pescar más profundo. Allí estuvimos pescando más despacio todas las puntas a diferentes profundidades, pero los lucios no daban la cara. Llegamos hasta la zona donde se ensancha el embalse desde donde se puede ver la presa del Collado. Había una montaña sumergida muy interesante que pescamos despacio. Allí vimos un bass de palmo puesto en la cobertura.

También se había formado una isla enorme en ese punto desde el cual se ve la presa del Collado, a la que le dimos la vuelta. También pescamos otra zona de puntas con una récula profunda al lado enfrente de la isla.

Finalmente, volvimos por el cañón de camino a la rampa de desembarque. Nos pusimos a pescar con pikies nuevamente despacio y pegados al cortado a 20 y pico metros. En eso que estaba Cisco felizmente pescando con su pikie haciendo dientes de sierra a esos 20 y pico metros, cuando nota una picada, clava, y en la primera arrancada que hizo aquel pez le partió su trenzado de 40 libras. Y con eso nos quedamos. Cisco se quedó sin palabras después de horas de probar y probar, y yo, despagado, sentí que habiamos perdido la picada del día.

Así que con esa picada fallida, recogimos bártulos y nos dirigimos para la rampa de desembargue con dolor en el corazón. Por cierto, la rampa está bastante bien, pues está completamente asfaltada y es posible dar la vuelta con el remolque abajo sin problemas. Sin embargo, la pendiente no es suficientemente pronunciada para un turismo y hay que tirar la barca por la zona de tierra que tiene mayor pendiente.



Cuando llegamos nos encontramos con los incombustibles ribereños en camiseta de tirantes (y eso que estabamos a 5 grados) que llevaban montado un senko. Tuvimos que escuchar, tras reirse de nosotros por nuestra porra, que habían sacado un lucio y otro que se le había escapado esa misma mañana. Las cosas que hay que escuchar y ver... y es que tiene que haber de todo en este mundo.

Con esto dieron por finalizadas dos jornadas de pesca levantándome a las 6 de la mañana y volviendo a casa a las 9 de la noche. Tous en su línea por estas fechas y lo de Contreras, una lástima, podría haber tenido un final feliz. De todas formas, me quedo con la compañía inmejorable que tuve en esos dos días, Miguel y Cisco.

Sunday, March 07, 2010

¡Menudos tochámenes en Tous!

Durante la semana habiamos estado hablando sobre donde ibamos este fin de semana de pesca. Cortes no era una opción, tras comerme dos porras "in a row" en dicho embalse con un semana de por medio en el dique seco, no me apetecía en exceso volver. Quedaban dos opciones, ibamos a Contreras a pescar lucio para disfrutar de un embalse que se está llenando a un ritmo espectacular, o ibamos a Tous para ver si nuestro amigo el bass comenzaba a despertar.

Al final, comentándolo con Cisco en el club, y a pesar de que las predicciones meteorológicas no eran las mejores, decidimos ir a Tous. Cisco pondría el barco y yo pondría el motor eléctrico popero con dos baterías, bueno, realmente una y un cuarto (tengo que comprarme una nueva batería). Estando allí en el club, sabiendo que mi compañero Miguel no podía venir, y viendo como un salmantino ansioso de tochámenes valencianos nos miraba con brillantes ojos, pues le hicimos un proposición indecente que no podría rechazar. Y así fue como, Cisco, Marcos (mejor conocido como Bonvi) y un servidor nos embarcamos en una apasionante jornada de pesca en el mítico embalse de Tous.

La primera visión del embalse de Tous cautivó a Marcos que se sorprendió de la transparencia de sus aguas. Como suele ser habitual, fuimos subiendo río arriba a paso tortuga mientras intentabamos sonsacarle conocimientos lucieros a Marcos, a cambio de revelarle algunas intimidades de Tous. En el trasfondo de este intercambio de conocimientos, espectulares cascadas se precipitaban desde las alturas de las montañas que circundan el embalse. Nunca había visto esto en Tous, sólo por esto ya valía la pena haber ido.

Volviendo al tema de la pesca, nos metimos en la primera récula enfrente de la arboleda. Dicha récula ya nos había dado buenos resultados durante el invierno. El agua estaba a 10 grados y todo apuntaba a que los basses podrían empezar a activarse tras una semana con temperaturas agradables. Por otra parte, Marcos estaba como en un sueño, alucinaba, se ponía las polarizadas para ver las coberturas inverosímiles que esconde Tous bajo la superficie del agua. Yo esperaba que sacase alguno, después de haberle llenado la cabeza de pájaros durante el camino.

Empezamos a pescar, yo fuí a la seguro, jig de jewel marrón de 3/8oz con trailer yamacraw a juego. Cisco no sé lo que llevaba porque estaba en modo prueba y probó tantas cosas, desde montajes a texas hasta ikas con insert pasando por crankbaits. Cisco vió el primer bass que salió a su crankbait, pero demasiado rápido para la actividad de ese pez. Mientras tanto, yo pescaba despacio a 5-7 metros lanzando a unos metros de la orilla. Pasaba el jig por encima de las ramas del fondo y lo dejaba caer en vertical. En una de esas, cuando subía el jig del fondo noto una picada, era una picada, era la primera picada que notaba después de un largo y duro invierno (no tan largo como en otros lugares). No hice ni la muestra, clavé como un resorte con la típica potencia que me caracteriza. Tenía una bass en la otra parte de la línea tirando lo que le permitía la custom rod de los Revert (un cañón). Pronto se pudo ver platear un bass a unos 4 metros, lo que fue seguido de una expresión de Marcos que dejo huella en Cisco y en mí: "¡Menudo tochamen!". Para Marcos era uno de los basses más grandes que había visto sacar en su vida, aunque sólo pesaba 1.4kg, con un récord personal de 1.6kg esto se entiende mejor. Este pez hizo que me dieran palpitaciones, aunque no fueron a más y no hizo falta el desfibrilador :-)


Seguimos pescando esa récula despacio, pero no recuerdo si tuvimos alguna otra picada. Volvimos a tomar rumbo río arriba con la intención de parar en alguna récula antes de llegar a los cortados. No nos acabó de gustar ninguna, aunque Marcos las veía todas con buenos ojos. Fuimos directamente a la récula donde había sacado un par de basses el último día que estuve en Tous. Allí tuvo una picada Cisco, pero no consiguió clavarlo. Así que cambiamos de orilla en busca de otra récula.

Entramos en la récula pescando con jig tanto Marcos como yo, en eso que Marcos, que ya había tenido un picada antes, tiene otra picada y clava como una bala. Esta vez sí, era su primer tochamen de Tous, recogía hilo sin darle cuartel. Era bueno, más grande que el mío, me alegraba mucho por él, pero ¿batiría su récord? Rápidamente se quitó todas las chaquetas que llevaba encima para posar con su camisa de Bonviedro. Hicimos una primera sesión de fotos en nivel "medium", y otra a nivel "advanced". Al final, ese bass se quedó a 40 gramos de su récord personal.


Pasamos de esa récula a otra que estaba al lado. Yo seguía de co-angler, mientras Marcos de mid-angler, y Cisco de angler. Una vez más, moviendo el jig por el fondo, noto una leve picada, más incluso porque el hilo estaba destensado. Clavo enérgicamente haciendo que la línea destensada sobre la superficie del agua hiciera un ruido que asustó a Marcos. Sí, era el segundo, los basses volvían a estar activos aunque profundos y lentos, yo calculo que estaban más allá de los 5 metros seguro. Este era más pequeño, estaría en un kilo, aunque no lo pesamos.


Volvimos a cambiar de orilla para pescar rápido y llegar a la récula de Fran. Esa récula no me había fallado este año y había que pescarla despacio, aunque la subida del nivel del embalse la hacía irreconocible. Probamos y probamos, fuimos entrando hacia el fondo de la récula que tenía una profundidad de 10 metros incluso en la zona más interna. Cuando en uno de tantos lances, patapam, otra picada, clavo y sí allí lo tenía. Tenía tantas ganas de que fuera un bass por encima de 2 kilos que lo creí, pero no, era un bass de 1.6kg. Además parecía un ejemplar viejo con una especie de hongos en el lomo. Era mi tercer bass del día, ¡qué ganas tenía de que los basses volvieran a picar como antes del invierno! Estaban despertando de su letargo, la mayoría de ellos poseían preciosos tonos anaranjados en sus ojos que nos avisaban de su incremento de actividad.


Increíblemente, Cisco, que había estado todo el día experimentando, y había tenido alguna picada, no había sacado ninguno. Había que volver, como siempre, se nos estaba haciendo tarde y el camino era largo. Paramos en un par de pequeñas réculas que se encontraba a mano derecha mientras bajabamos. En una de ella, Cisco, tras sentir el mimbreo de un bass acecha su jig, nota una picada firme, y clava. Era el último pez del día, un tochamen de 1.7kg que volvía a asombrar a Marcos. Cisco no podía fallar, había "flirteado" con nuevos señuelos durante todo el día en busca de la innovación, pero cuando volvió al redil, cumplió.


De vuelta al coche, Marcos nos confesaba como en un solo día habiamos sacado tantos buenos basses como él había capturado en su vida. Claramente, somos unos afortunados de poseer estos embalses en la Comunidad Valenciana, y sólo depende de todos nosotros que siga siendo así.


Esta crónica va dedicada a nuestros compañeros del Valencia Bass y a tantos otros que asistieron a la asamblea general de la AEBASS sacrificando su tiempo personal para que otros podamos seguir pescando este maravilloso pez. Gracias.

Friday, March 05, 2010

OTRO RETO, OTRO ÉXITO

En esta ocasión había quedado con Miguel para ir al Regajo con su barca ya que hasta que los señores de confederación lo tengan a bien no podré sacarla.


Estuve hablando con Miguel y tenía la cabeza llena de pájaros como dice Jorge con el Classic, con orillas llenas de nieve y con cupos de basses entrados en carnes. El objetivo en nuestro caso era conseguir un pez en el Regajo a estas alturas del año y encima sólo teníamos de margen hasta la hora de comer porque por la tarde noche teníamos que dedicarnos a la caza de otro escurridizo pero cariñoso animal...


Con más ilusión que confianza entramos al agua y no subimos para arriba, ya que no íbamos a pescar, por lo menos disfrutaríamos de un embalse lleno. La verdad es que era espectacular ver toda la maleza de las orillas dentro del agua y nos imaginábamos como sería la primavera si se mantiene el nivel.


Probamos varias cosas, crankbaits de varios tamaños y acciones, vinilos a Texas, Carolina, Drop-shot, Shakey... sin ningún éxito. La verdad es que salvo por la agradable charla y las vistas, el día deparó poco hasta que cerca del mediodía llegamos a una recula y pescando a dropshot noté una picada muy brusca. Clavo y creo q toqué al bicho pero se soltó en el acto. Le estaba comentando la jugada a Miguel y en ese momento poooom otra cabotà que casi me quita de las manos la caña. Vuelvo a clavar y vuelvo a fallar. Iba con una lombriz y seguramente la cogiera por la cola. Era la primera picada de la temporada y lo normal, en mi caso, es fallarla.


Aun así, Miguel estaba contento por haber localizado peces por lo menos y se le iluminó la cara. Pero más se le iluminó al minuto siguiente cuando clava otro con un cangrejo. El problema es que (y mira que lo tengo dicho) llevaba el freno abierto. En consecuencia, el pez se soltó. Empezamos a machacar la zona con todo tipo de señuelos pero no conseguimos nada hasta que avanzamos un poco más y me avisa Miguel de que le están tocando, veo que se pone en posición de clavado como Jorge, pero con un swing más suave ggg y esta vez sí, lo clava firmemente. Después de unos instantes de pelea lo subimos al barco. 1'5 kilos de bass. Lo habíamos conseguido.


Lógicamente seguimos batiendo esa zona pero ya sin resultados. Ahora teníamos que volver deprisa al coche porque si no llegábamos pronto nos esperaría una buena reprimenda de esos seres maravillosos (a veces) llamados gachises jajajaja.


Thursday, March 04, 2010

Un clasico entre los clasicos


Hola a todos
La siguiente crónica nace a raíz de un video que nos envió nuestro compañero de fatigas Jaime desde su nueva residencia en Francia. En el video aparecían varias secuencias subacuáticas (ellos sabrán lo que les costaría grabarlas) de lucios arremetiendo contra un clásico señuelo que a mi particularmente nunca me ha gustado. Quizá por el simple hecho de ser uno de los más antiguos de mi caja no haya tenido apenas oportunidades para que me convenciera de lo contrario.
Pues bien el señuelo en cuestión no es otro que el Jointed Minow de Rapala.

Os cuento, hace dos fines de semana decidí acercarme al embalse de Arenoso para ver cómo estaban los accesos para botar la barca.
Este embalse es una pasada, para el que no lo conozca, no tiene una población de lucios muy abundante pero sí que podemos tener una buena sorpresa con algún torpedo de buena talla. Y claro en las fechas en las que estamos se hace casi obligada la visita para ver si podemos engañar alguna gran hembra (de esas de dos cifras) que pueda andar ya merodeando zonas someras para frezar.

Pues bien, recordando mis andanzas de pescador de pie, me cogí una cañita y me di un paseo por las inmediaciones de la presa. Después de estar toda la mañana sin tocar ni un solo pez y ni siquiera verlos(algo frecuente en este embalse), llegue a una buena zona somera. Al llegar aquí pensé que quizá sería un poco pronto para que albergara algún lucio, pero lejos de mi predicción, al primer lance hacia la zona somera.....pam picadon!! Unas cuantas cabriolas y el animal se suelta.

Joder!!...pensé, el único que voy a ver en todo el día y se me escapa..... pues bien, me volví a equivocar. De nuevo al siguiente lance pero unos metros más adelante.....patapam otra picada!!Este no se podía escapar y después de varias carreras, al final, lo logré sacar del agua.

Llego aquí al origen de esta crónica. Después de soltar al animal me pare un segundo y pensando un poco llegue a la conclusión de que estos dos peces que acababa de coger estaban en actitud de freza, por el tamaño (2-3 kg) debían ser machos, seguro que había alguno más, y que estaban rondando ya a alguna hembra mayor en dicha recula y claro, empecé a machacar la zona con todo tipo de señuelos, eso si, sin ningún resultado más.
Cuando ya me alejaba de la recula desistiendo de mi empeño llegaron dos pescadores más. Me comentaron que no habían pescado nada en toda la mañana y después de charlar un poco se pusieron a pescar justo en esta recula que yo había dejado ya por imposible.

Uno de ellos llevaba puesto justo este mismo señuelo, un Jointed Minow de Rapala del mismo color que el que aparece en la foto (Perch). Y pensé (incrédulo de mi) este tio se cree que va sacar algún lucio con esa reliquia....pues si, como imagináis me volví a equivocar, tenía el día tonto, jeje.
Después de que yo había probado con crankbaits (2 diferentes), yerkbaits, incluso utilicé dos swimbaits, y algún piki y no conseguí incitar a que picara ningún pez mas......llega el tío y me saca otro lucio (sobre 2 kg) en mis morros. Pa flipar!!pensé... me tendré que pensar si me gasto menos dinero en Lukycraft y marcas parecidas y me compro algún Rapalita.

Ahí me di cuenta de que ese señuelo, que yo ni siquiera recordaba, tiene algo que a los lucios les debe gustar bastante, será el movimiento, será el color....no sé, quizá la madera de balsa que le da una movilidad característica.....es una incógnita, pero la verdad es que funciona.

Después de este día nunca se me ocurrirá desmerecer a ningún señuelo, tenga los años que tenga, y menos de una marca como Rapala, todo un clásico.

Pues bien esta era mi experiencia que os quería contar después de ver el video del franchute con el Jointed de Rapala.

Un abrazo a todos, en especial a Jaime el "frances" que se debe de estar pelando de frio por allí arriba.

Tuesday, March 02, 2010

...las tallas pequeñas

Hola chicos por fin he estrenado mi caña Kistler Helium LTA, pero en Gandia donde los basses siguen un régimen exhaustivo y pocos son los que pierden la línea en aras de dar una satisfacción a los que pasan por allí para tentarles.

Y la caña muy bien, me gustó mucho su comportamiento y eso que en los primeros lances me costaba acostumbrarme al mango no por su morfología sino porque me parecía más corto de lo que acostumbro a usar. Pero en definitiva muy buena compra... (saqué 5 basses y uno de más de treinta centímetros),







Como veis las tallas no son las de cortes!!!! pero bueno para sacarse las ganas de pescar vale... pezqueñines pero revoltosos




lo pasé bien probando la caña, pero eso si echando de menos a “los mosqueteros”.