
Esta vez, como estamos aun en pleno invierno, decidimos centrarnos en la captura del lucio ya que el bass, como muchos saben, se ha quedado algo pequeño y además, en el rancho sólo hay 4 basses grandes y los sacamos el año pasado. Como ya es costumbre cuando vamos al rancho, Jaime y yo quedamos a las 8’30 donde las putas de Gavarda y a eso de las 9’30 ya estábamos embarcados.
Era un día nuboso con lluvias esporádicas y poco viento. Visto eso y las aguas, montamos sendos crankbaits (y algún pikie) y empezamos a pescar. A los 10 minutos vi como un lucio seguía mi señuelo hasta cerca de la barca pero se espantó y se fue. Bueno, por lo menos había actividad.
Era un día nuboso con lluvias esporádicas y poco viento. Visto eso y las aguas, montamos sendos crankbaits (y algún pikie) y empezamos a pescar. A los 10 minutos vi como un lucio seguía mi señuelo hasta cerca de la barca pero se espantó y se fue. Bueno, por lo menos había actividad.
Pescando en una zona de vegetación sumergida noté una cabotá y clavé. El primero de la mañana. Se falcó abajo y realmente creí que sería tocho. Hubo unos momentos de tensión a bordo hasta que pude subirlo (seguramente se habría enredado en la maleza) y al final no pasaría del kilo y medio. Ya no hacíamos porra.
Así fueron pasando las horas y los lucios se mostraron en todo su esplendor con ataques decididos a los crankbaits de medias aguas. Al final de la mañana y ya con 5 lucios sacados y otro
Pues esto es todo lo que dio de si una corta pero intensa sesión invernal con 7 lucios en nuestro haber conseguimos una marca sólo imaginable en algún embalse extremeño, eso sí el más grande tendría unos 2 kilos y algo y casi todos los demás podrían clasificarse de lapiceros. Nos vemos mañana!!

Fdo: E.P.R.